Ya son tres los foros a los han sido invitados los candidatos presidenciales después de su inscripción formal en el SERVEL y el último se efectuó en el marco del Enagro 2009, convención que reúne a los agricultores de todo Chile y que, pese a las ausencias de Jorge Arrate y Eduardo Frei, los asistentes pudieron disfrutar de las presentaciones de Marco Enríquez y Sebastián Piñera, en ese orden, sobre sus ideas sobre el área.
Si bien ambos candidatos coincidieron en temas como la necesidad de revisar la institucionalidad de Indap, el apoyo a la labor del Servicio Agrícola y Ganadero, la flexibilización laboral requerida por el sector y el fortalecimiento de las políticas crediticias sectoriales, volví a extrañar un discurso más desarrollado y no tan “cuñístico”, donde se pudiera ver con luminosidad el “cómo” se implementarán las ideas.
Escuché demasiadas veces el vamos a hacer, el debemos hacer, el queremos hacer... pero salvo por anuncios periféricos de Marco y Sebastián, no hay luces del cómo materializarán los programas, con qué medios, a través de que camino ejecutivo y legislativo se pretende concretar lo que tan insistentemente se anuncia como “lo que este país necesita”.
Es decir, anunciar la nacionalización del agua es un discurso muy atractivo para la fanaticada, pero me pregunto cual sería el camino escogido por Piñera y Enríquez para concretarlo. Asimismo los demás temas pontificados: Uso de suelos, control sobre el uso de plaguicidas, las garantías a aplicar en la importación de productos agrícolas, trasparencia en la importación de productos lácteos, acceso al crédito, etc. sólo por nombrar los temas tratados en esta convención.
Insisto en el punto: Necesitamos, debemos, queremos, soñamos... pero cómo. Qué harán, con quién, cuánto cuesta, de dónde saldrá el dinero, qué se puede hacer a sola voluntad del ejecutivo, cuáles de todas estas ideas necesariamente deberán ser sometidas a los berrinches del Congreso Nacional. En fin, decir clara y transparentemente qué propuestas son viables y ciertas de materializar y cuáles quedan en el siempre apelado ambición personal o colectivo.
Piñera perdió la oportunidad de decir clara y concretamente lo que haría de ser Presidente en materia agrícola y Enríquez utilizó la plataforma dispuesta a sabiendas que no tiene nada que perder.
Del dicho al hecho hay mucho trecho y hasta donde se, los chilenos no comemos ni planificamos la vida a punta de cuñas.
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