Por Tomás de Rementeria Venegas
Vicepresidente agrupación www.jovenesdemocratas.org
Según datos de la OIJ (Organización Iberoamericana de la Juventud) la situación de los jóvenes menores de 29 años en Iberoamérica no es positiva. Los datos nos demuestran que en diversos ámbitos los jóvenes no se pueden desarrollar en forma correcta y que las oportunidades para ellos son escasas.
Entre 15 y 24 años son unos 150 millones los jóvenes que habitan en Latinoamérica, Portugal y España. Si lo viéramos en términos laborales como bien consigna en un reportaje de esta semana el matutino español El País, del total de jóvenes de entre 15 y 24 años el nada despreciable porcentaje del 45 por ciento no tiene trabajo y se encuentra desocupado.
Sobre esta situación, al mismo circulante el Secretario General de la OIJ, el chileno Eugenio Ravinet le expresó: “El joven está desprotegido de las políticas sociales. El primer sospechoso de un crimen suele ser el joven. El jefe que va a contratar desconfía antes de un joven. La tasa de desempleo entre los jóvenes es el doble o, en algunos casos, el triple del promedio nacional y ningún país ha emprendido una reforma laboral que tome cartas en el asunto”.
Como bien lo dice nuestro compatriota las políticas laborales centradas en la juventud o no han existido o han dado resultados paupérrimas en este sector del planeta, por lo que dilucidamos como el primer gran problema las diferencias en las oportunidades de conseguir trabajo y la ausencia total de políticas efectivas en tal materia.
Otro problema lo vemos mirando el tema de salud a través del Estudio de Tendencias y Urgencias de la OIJ. Observamos que el acceso de salud y las condiciones de los jóvenes en este acápite dejan mucho que desear. Algunos factores específicos como la violencia, el VIH/SIDA, el consumo de drogas, la depresión y el suicidio representan causas comunes de problemas de salud e incluso el aumento que ha tenido en ciertas zonas del continente la mortalidad en jóvenes menores de 29 años. Si lo miramos de forma especifica en los datos entre varones menores de 29 años vemos problemas graves con el VIH en Panamá, Brasil y Republica Dominicana (en ambos países representan mas del 10 por ciento del total del país), las muertes relativas al embarazo juvenil en Ecuador y Colombia, los homicidios en El Salvador (especialmente preocupante ya que representan el 46 por ciento del total) Colombia (con el 62,5), Venezuela (38,3) y Brasil (42 por ciento).
En relación al suicidio debemos preocuparnos especialmente de Uruguay (19 por ciento), Chile (11 por ciento) y Nicaragua (17 por ciento). Si bien hay países en donde las muertes relativas a VIH, drogas o violencia son relativamente bajos como Costa Rica, Chile, Uruguay, etc.. De estos datos salta a la vista la preocupación general que se debería tener en el tema VIH relacionado con el turismo y la prostitución como se ve en los países que representan el mayor porcentaje y que son en su totalidad países de alta actividad turística. Probablemente en esto se da la entrada de recursos de jóvenes que prematuramente ingresan al comercio sexual (en ese punto la diferencia entre hombres y mujeres es prácticamente marginal).
La violencia social se relacionado de forma sustantiva con la falta de oportunidades y la deficiente formación educacional ya que donde los homicidios son fuertes es en países con altas tasas de delitos de sangre y además se ve de forma directa la prevalencia de grupos pandilleros de crimen pseudo-organizado como las Maras en el Salvador o los grupos narcos paramilitares en Brasil.
Como última interrogante resulta paradigmático considerar la falta de políticas publicas en relación a salud mental en los países mas desarrollados del subcontinente, la fuerte presión que tienen estos países con mortalidad por suicidio.
El último tema crucial es la educación y en este tema como en salud la realidad iberoamericana no puede verificarse como todo sino que debe mirarse en el contexto particular de las subregiones y de ciertos países. Como dato preliminar prácticamente un tercio de los jóvenes menores de 29 años en Iberoamérica tiene mas de 10 años de escolarización lo que representa un porcentaje que si bien no es comparable con los niveles del África Subsahariana, es un porcentaje bastante modesto considerando de la presión que ejercen los altos niveles de escolarización y años de estudio de países como España, Cuba, Portugal y Chile.
En el tema alfabetización si se ven avances claros. Los jóvenes representan el porcentaje de mayor tasa de alfabetizados, pero preocupante resulta eso si los altos porcentajes de jóvenes entre 15 y 29 que no saben leer y escribir, en Guatemala, Nicaragua y Honduras. Y por ultimo notamos que resulta preocupante la desigualdad en el acceso educacional según los quintiles cuando el primer quintil tiene un 47 por ciento de acceso a la educación primaria, el quinto tiene un 81, así como en la educación secundaria la brecha aumenta de un 12 a un 58 y en la terciaria de un 0,9 a un 20.
En este análisis hemos podido ver en que situación nos encontramos en tres temas claves como empleo, salud y educación los jóvenes Iberoamericanos. Ahora queda definir como solucionaremos estos problemas y eso es parte del trabajo que debemos hacer todos los jóvenes comprometidos con una situación mejor para nuestros pares.