Valparaíso, sus incendios y sus Bomberos

Valparaíso, sus incendios y sus Bomberos

18 Octubre 2010
Sus edificios arden con una facilidad alarmante. Al parecer en Valparaíso el fuego se siente a sus anchas; tan bien que no discrimina entre una humilde casa en lo alto del cerro, o un viejo y robusto palacio en pleno barrio del Almendral.
Daniel Briceño >
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Valparaíso ha de pertenecer a aquel grupo de ciudades en el mundo en donde con mayor frecuencia ocurren incendios. No transcurre mucho tiempo entre uno y otro; pareciera que la ciudad entera estuviese fuertemente ligada al fuego, como las gaviotas a la caleta.
Sus edificios arden con una facilidad alarmante. Al parecer en Valparaíso el fuego se siente a sus anchas; tan bien que no discrimina entre una humilde casa en lo alto del cerro, o un viejo y robusto palacio en pleno barrio del Almendral.
El fuego de Valparaíso puede hacer su aparición en los lugares más impensados de la ciudad, incluso en los mismos cuarteles de Bomberos. No sólo uno ni dos han sido presa de las llamas, varios han sucumbido ante éste viejo enemigo. Qué venganza ha de ser para el fuego de Valparaíso poder devorar la casa de su mayor enemigo.
La vieja pregunta sobre qué es primero, si el huevo o la gallina, en Valparaíso arroja obvia respuesta. El Cuerpo de Bomberos se de debe al fuego.
Los incendios que aquí se producen no serían lo mismo de no contar para su extinción con el Cuerpo de Bomberos, pues su actuar ayer como hoy genera un espectáculo sin parangón en el diario vivir del puerto acaparando la atención de hombres, mujeres y niños quienes se detienen largos minutos a observar como arden los edificios al cual trepan uno tras otro los Bomberos. Todos de incógnito; todos con algo del “Bombero Misterioso” de Pablo Neruda.
Joaquín Edwards Bello dirá que en Valparaíso; “Bombas, bomberos e incendios nos obseden”, además agregará que mientras duró su estadía en Europa jamás supo de incendios y no vio más Bombero que aquel casi simbólico que exhibe la comedia francesa en el foyer, situación absolutamente distinta a la nuestra en la que casi a diario vemos pasar bombas una tras otra en dirección a una gruesa columna de humo. No hay como Valparaíso para el fuego.
Otro a quien también los incendios de Valparaíso llamaron la atención fue nada mas y nada menos que el gran poeta Nicaragüense Rubén Darío, tal vez de los más grandes poetas del siglo XX, no por nada apodado “El príncipe de las letras castellanas”, quien en su primer libro escrito en Chile titulado “Emelina” el que relata aventuras, asesinatos, amores, festejos e incendios, abre el primer capítulo titulado precisamente "El Incendio", relatando el valeroso rescate de entre las llamas de una joven muchacha el que fuera realizado por un joven Bombero del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso al que el autor nombra: Teniente Gavidia.
El personaje en cuestión, según indicación del mismo Darío, habría de pertenecer a la Tercera Compañía de Bomberos.
Los incendios de Valparaíso han generado las más grandes y dolorosas desgracias de las que tenga memoria el puerto, pero también hicieron brotar a la superficie nobles sentimientos de altruismo, abnegación y constancia al fundarse aquí el primer Cuerpo de Bomberos del país y de toda Sudamérica. Cuerpo de Bomberos que después de 159 años sigue sirviendo de manera voluntaria, sin cobrar un solo centavo a sus empleadores (Los Porteños), más sólo aquel aporte que se solicita a la autoridad para procurar que el servicio y el material sea siempre el mejor, asunto que tanto cuesta mantener y es siempre la mayor preocupación de los jefes bomberiles a lo largo del país. Las campañas para recaudar fondos también son incendio de cada día.
Los funerales de los Bomberos de Valparaíso son sin duda el último acto cívico de ésta especie que aun conserva esa pompa con siluetas a carroza fúnebre y percherones enlutados. Allí los bronces y colores de los uniformes de las distintas Compañías se iluminan, proyectan y tiritan por gracia de las antorchas a parafina que abren el paso a la marcha. El trayecto es siempre el mismo, tanto así que los adoquines de la subida Ecuador reconocen cada una de las pisadas de quienes acompañan al malogrado Bombero hasta el cerro Panteón. Igual cosa ocurre con la huella vieja de calle Dinamarca. La calle de las marchas tristes.
Cuando los incendios escasean se realizan “Incendios sintéticos”. Las constantes prácticas y ejercicios mantienen a los voluntarios y material en perfecto estado de servicio. No hay que fiarse: los incendios no avisan. Eso lo saben bien los Bomberos más viejos.

El mismo que escribiera "Emelina" y más tarde “Azul”, dedicaría un poema repleto de heroísmo y agradecimiento a nuestros Bomberos. Publicado en el diario La Época el 6 de julio en 1888 del cual copio un breve extracto:
“¡Gloria a aquel que sucumbe en la lucha!
Valeroso, sublime, esforzado;
gloria a aquel que al deber consagrado
salva vidas, riquezas, hogar.
Bronces hay que sus cuerpos encarnen,
y el recuerdo del fiel compañero
en el alma viril del bombero
nunca, nunca se puede borrar.”
A poco de finalizar éstas líneas, dos nuevos incendios han estallado en Valparaíso: el primero en el cerro Toro y otro en Playa Ancha. Las gruesas columnas de humo pueden ser percibidas desde casi cualquier lugar del puerto, no así las sirenas de incendio que de día y mientras el tráfico abunda casi no se oyen. “BOMBAS, BOMBEROS E INCENDIOS NO OBSEDEN”.

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Comentarios

Imagen de Iván Rojas León

Las diversas sorpresas y

Las diversas sorpresas y situaciones que encierran las escaleras del puerto van puliendo en el combate contra incendios, pero más aún en reconocer que ningún incendio jamás podrá parecerse al anterior, en estas escondidas y empinadas calles. Aún hoy en día los carros bombas se encaminan sobre adoquines, adelantando viejos autobuses eléctricos, tal como lo hicieron los bomberos que tripulaban sus maquinas ese 1 de enero de 1953 y tal como lo hacían las unidades forestales que subían por avenida Francia encaminándose al Cerro la Cruz, cuando el fuego no perdono a mas de 60 casas y dos vidas, una de ellas la de un joven bombero. o Tal como ocurrió en Cordillera en donde un mar de fuego avanzo sin detenciones sobre toda una población. Sin dejar de lado cuando la calle Serrano sucumbió ante la explosión y la destrucción de la totalidad de un robusto edificio.

La herradura construida en una arquitectura mixta, las tradiciones, las casas con sus ventanas buscado el mar, en fin esa nostalgia mística que tiene el puerto se representa fielmente en esos caballeros del fuego, pioneros de Chile en el combate del fuego y en la respuesta del llamado al oír la sirena...

Imagen de SERGIO ALLIENDE

MUY INSPIRADOR Y EMOTIVO.

MUY INSPIRADOR Y EMOTIVO. PALABRAS MUY CIERTAS QUE HACEN INFLAR EL PECHO DE ORGULLO A QUIENES HEMOS TENIDO EL HONOR DE VESTIR LA GUERRERA Y LA COTONA DEL BOMBERO PORTEÑO.

GRACIAS DANIEL

Imagen de Daniel Ortega Baquerizo

Fatal error en este artículo,

Fatal error en este artículo, el cuerpo de bomberos de Valparaiso no es el más antiguo de Sudamerica, ese lugar le corresponde al Benemérito cuerpo de Bomberos de Guayaquil (el cuerpo de Bomberos fundado oficialmente más antiguo de toda América), el cuerpo de Bomberos de Valparaiso fue fundado en 1851 (hace 164 años) y el Benemérito cuerpo de Bomberos de Guayaquil en 1835 (hace 180 años).