En el pequeño pueblo de Ottone, allá en la región de la Emilia Romagna, en Italia, probablemente nadie imaginó el talento que Renzo Antonio Giovanni Pecchenino Raggi, más tarde conocido por su seudónimo Lukas, desarrollaría en su nueva patria de adopción, cuando con casi dos años de vida, junto a sus padres Giulio y Clarice, dejó su ciudad natal. Sin duda el talento desarrollado por este gran hombre, que el 29 de mayo recién pasado habría cumplido ochenta años de vida, fue excepcional de tal manera, que hoy después de muchos años de su partida, su obra y su legado siguen igual de vigente entre nosotros y siendo tremendamente significativo para el arte y la vida de la ciudad y del país

Sería desde su llegada al país hasta el último día de su vida que Lukas dedicaría su trabajo y obra a la ciudad de Valparaíso. Significativo al máximo en esta materia es el libro “Apuntes Porteños”, escrito el año 1971, en el cual el autor hace una radiografía urbana, topográfica y humana de la ciudad, desde la llegada del descubridor, hasta mediados del siglo pasado. Recoge el libro el desarrollo de Valparaíso y sus particulares conformaciones, que años más tarde le valdrían ser declaradas Patrimonio de la Humanidad. En la fundación que lleva su nombre y que se dedica a mantener vigente su obra y legado, estamos convencidos que habría sido él quien más hubiera celebrado la nominación, por cuanto mucho antes que nadie entendió y reconoció las particularidades de esta ciudad. Pero como siempre hizo todo, lo habría celebrado de manera discreta y con un dibujo que inmortalizara a su manera el momento.

Hoy día la ciudad de Valparaíso ha querido reconocerlo con la denominación de “plazoleta Lukas”, al espacio urbano que se encuentra inmediatamente a la salida del ascensor reina Victoria, del cerro Alegre, en el cual dos jóvenes artistas con mucho talento y de manera muy lograda han plasmado en los muros aledaños, los dibujos del libro “bestiario del reyno de Chile”, una verdadera obra maestra del artista.  Una coincidencia porteña, la plazoleta enfrenta el cementerio en el cual descansa el artista, así es Valparaíso.

Genio, talento, creatividad, ironía y agudeza eran los materiales que Lukas usaba para cada día cautivar a la audiencia que veía su trabajo tanto en diarios como en la televisión y que hoy después de más de dos décadas de su partida, lo sigue recordando con entusiasmo y afecto.

En este nuevo aniversario nos encontramos familia, fundación y amigos de Lukas, rindiendo un sentido homenaje a la memoria de este gran hombre y extrañando al gran artista y trabajando con el mayor ahínco posible en mantener vigente su legado, consciente que es una responsabilidad con la cultura, pero también  con las futuras generaciones.