Por Iván Silva Originalmente publicado en The Orakul
Me fascina pensar en las múltiples oportunidades que están disponibles en Chile a través de la innovación inteligente. Si bien muchas economías y países ya están mirando hacia la Web 3.0 y sus posibilidades, Chile todavía está aprendiendo y desarrollando la web 2.0.
He mencionado las posibilidades porque realmente creo que Chile quiere y puede mejorar en términos de innovación a escala mundial. Existe cada vez mayor conciencia de que la tecnología no sólo es una fuente generadora de entretenimiento, sino también, una importante herramienta de apoyo para realizar actividades comerciales, educativas y culturales. Creo que es importante presionar a los gobiernos y a los parlamentarios presentes y futuros a comprometerse con una política que fomente la innovación, de plantear estrategias que incentiven al sector privado a aumentar su compromiso con la innovación mediante una mayor inversión en investigación y desarrollo a nivel nacional.
Actualmente, gran parte de la investigación y desarrollo se concentra en los grandes sectores industriales, como la minería y la pesca (salmón).
Los hechos son claros: José Miguel Benavente, en su estudio de la innovación y la tecnología en Chile, claramente indica esta falta de inversión por parte de la industria privada en investigación y desarrollo en el 2005, que posteriormente ha sido reiterada en años posteriores por otros estudios (Rothammer 2009; Foladori y Fuentes 2008).
La innovación es un tema nacional, que requiere cambios y compromete a la educación, los negocios y sistemas legislativos. Por otra parte, tenemos que examinar críticamente los incentivos, medidas y recompensas para la innovación en el país. Un análisis nacional de Innovación es un paso crítico, para fomentar esta colaboración, que reúne a las opiniones y puntos de vista de todos sectores.
Pero esto es sólo un paso, la pregunta es si la revisión de recomendaciones derivadas del análisis, serán apoyadas y respetadas y más importante aún, que Chile se movilice según dichas recomendaciones.
Los chilenos han demostrado una alta capacidad para innovar, aunque esto no se ha traducido en una cultura generalizada de la innovación. Necesitamos un cambio sistémico. Con la rapidez de la globalización y una mayor necesidad de inmediatez posible gracias a Internet y las tecnologías digitales, nuestra posición en la economía mundial está en un punto crítico.
Es muy importante que Chile desarrolle la infraestructura necesaria para posibilitar la innovación que se produzca en los principales sectores de la economía y mantener nuestra competitividad internacional, así como para fomentar y diversificar nuevas áreas para crecer a través del emprendimiento y la innovación.
De esta manera, Chile 3.0 no sólo será un sueño, sino una realidad que puede asegurar su futuro digital mediante la creación de la plataforma de servicios innovadores, ideas y productos que nos mantendrán a la par con el resto del mundo.
Fuentes:
José Miguel Benavente H (2005)
“Innovación y tecnología en Chile: Donde estamos, que se puede hacer”
Roghthammer, F. (2009)De ciencia, Tecnología y desarollo nacional, Ingeniare. Rev. chil. ing. v.16 n.1 Arica jun. 2008
Foladori, G. Y Fuentes, V. (2008) Nanotecnología en Chile ¿hacia una economía del conocimiento?