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[OPINIÓN] El dilema de la violencia
El frágil equilibro entre vida y muerte. El juego cósmico cruel y bondadoso, esperanzador y deprimente, en que todos somos actores, títeres de un destino extraño, bailarines en el tiempo.
Alfonso Salinas >
authenticated user CorresponsalEl dilema es que sin violencia, nada hubiera cambiado. El drama es que las personas que están dispuestas a protestar saben que los van a reprimir. Los carabineros les van a disparar, golpear, rociar con gas pimienta, mojar, prepotentes, despiadados, abusivos. Las personas protestan por cambiar el sistema, los pacos por defender el orden. Sin orden, es imposible trabajar tranquilo, vivir. Sin violencia nada va a cambiar. Mientras más se altere todo hay más afectación a la normalidad que permite vivir tranquilos. Y mientras más se afecte, mayor la disposición a ceder y subir pensiones, etc. Es verdad. Pero la gente que no puede abrir su local, que vive asustada, sufre, con cada mobiliario roto, cada negocio saqueado, cada esquina quemada, también es muy genuino, no es de cartón. Cada vez es mayor es el daño que se le infringe al país, y es más difícil recuperarse y más riesgoso irse a la chucha con todo. Tampoco es claro cuál es el sistema que se quiere implementar y que de verdad pueda hacer que todo mejore, aunque el actual sea pésimo. Menos que todos concuerden con la misma solución, ni que el día después no se miren con recelo y desconfianza cuando el enemigo común haya muerto. Pero los agentes que defienden el status quo defienden algo que es un abstracto, cualquier cosa. Quizás estarían mejor en el nuevo régimen. O igual, serían máquinas del orden como ahora, de cualquier sistema. Es un drama y una comedia negra y sarcástica. Cada cronista agarra un pedazo, lo registra, difunde y alimenta, saciado de ver solo una parte.
Foto: Huawei / Agencia Uno