Por Pía Díaz, corresponsal El Martutino, Madrid

Las terrazas con mesas con plexiglás que divide a un comensal de otro, los mozos con mascarillas y guantes plásticos. Permisos sacados en internet con un tiempo limitado por un día para poder ir a una playa específica. Todas estas medidas parecen de ciencia ficción, pero es lo que espera a los veraneantes en España.

La península ibérica es sinónimo de verano, playa, calor, gente bailando durante toda la noche. La realidad se ve muy diferente este verano debido a los dramáticos números de mortalidad que sufrió el país en la peor fase de la aparición del Covid 19. 

Hasta el 20 de mayo el número total de muertes era de 28,628 y 232.824 diagnosticados. A mediados de marzo el país entró en “estado de hibernación”, donde casi toda la actividad se detuvo. Las personas sólo podían salir a comprar comida o a la farmacia más cerca de la casa. La policía detenía y confirmaba la información. Las calles estaban vacías y sólo cruzaban ambulancias con las sirenas apagadas por la ciudad. Tres centros comerciales fueron convertidos en morgues improvisadas. El Ejército ayudó a sacar los cadáveres de las residencias de ancianos.

El gobierno impuso luego un plan de cuatro fases de desescalada para volver a la normalidad. El próximo lunes 25 de mayo Madrid, Barcelona y Castilla y León pasarán a la fase 1. El resto del país ya está en ese nivel. Eso significa que la gente podrá juntarse en grupos de máximo 10 personas, que los restoranes podrán abrir sólo las terrazas y con el 30 o 50 por ciento de su aforo. Y que podrán salir hasta 100 kilómetros de distancia a la redonda de su domicilio. 

Se mantiene las franjas horarias para salir a hacer ejercicio que obliga a los mayores de 18 y menores de 70 a salir entre las 7 y las 10.00 de la mañana o de las 20.00 hasta las 23.00. Los adultos mayores podrán salir luego. Y después los niños. 

La Fase 2 elimina los horarios para salir a la calle, pero se mantendrán algunos tramos exclusivos para los mayores de 70 años. Los centros comerciales podrán abrir, pero sólo hasta el 50 por ciento de sus capacidades. Sólo en esta fase se permitirá la reapertura de las playas y las piscinas. 

Cabe mencionar que aquí ya estamos con temperaturas sobre los 30 grados.

Si no aumenta el número de infecciones se pasará a la Fase 3 donde se podrán, finalmente, abrir las discotecas y bares nocturnos, aunque a un tercio de su capacidad.

Así como en Valparaíso hay muchos que lloran los cierres de algunos lugares emblemáticos, en España se teme la muerte del “chiringuito”, los locales que sirven pescado frito y sangría y cerveza helada en las calurosas playas hispanas. 

En Europa los gobiernos intentan un equilibrio difícil y delicado entre mantener los números de contagio bajos y evitar el derrumbe de la economía. En ningún lugar eso es más claro que en el sector turismo. 

Alemania y Austria abrieron sus puertas al turismo interno y levantado algunas barreras fronterizas. Italia y Francia abrieron el país. España, en cambio, impuso una cuarentena de 14 días a toda persona que llegue del extranjero, hasta nuevo aviso.

“España necesita el turismo, pero el turismo también necesita seguridad y garantías para la salud”, advirtió el primer ministro español Pedro Sánchez.

Los profesionales del sector turismo critican la medida. Ellos compiten con Francia, Italia y Grecia por los turistas. “Medidas como esas son una estocada mortal al turismo”, dijo a El Martutino Paco Pérez Lozao, ejecutivo de una multinacional del sector turístico. “Hay mucha incertidumbre y las previsiones han ido empeorando. Nuestros pronósticos es que no volveremos a tener volúmenes como el 2019 hasta el 2023”.

Uno de cada dos turistas internacionales en 2019 visitó Europa, según datos de la Organización Mundial de Turismo. El sector aporta más del 10 por ciento del PIB de la UE y da trabajo a más de 27 millones de personas, según cálculos comunitarios. 

En España el sector del turismo es el primer motor de la economía que en 2018 -últimas cifras publicadas- supuso 147.946 millones de euros, equivalente al 12.3% del PIB ese año. El sector emplea de forma directa a 2,62 millones de personas, más del 12% del total, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).

Las perdidas en el sector turístico y de viajes se estima que serán de 92 mil millones de euros, afectando a unos 350.000 empleos.

“Tenemos que revivir el turismo internacional. Eso es para nosotros esencial. Es muy importante que estos vuelvan lo antes posible”, dijo el ministro de Turismo para las islas Baleares, Iago Negueruela.

El año pasado 15 millones de personas visitaron las islas. El 30 por ciento del presupuesto de Mallorca depende del turismo. 

Permisos online para ir a la playa

Algunas de las medidas para dar confianza a los turistas y contener el avance del virus son: separar las mesas de los restoranes y chiringuitos dos metros como mínimo, todo el personal usarán guantes y mascarillas, los hoteles pueden abrir al 30 por ciento de su capacidad o 50 dependiendo de su estructura, se eliminan los buffet, se instauran turnos para ir a la playa o la piscina (que deben ser solicitados en una página web con un día de anticipación), se deben entregar los nombres y teléfonos de todos los comensales para poder hacer un seguimiento en caso de algún brote, se tomará la temperatura de todos los que entren en algún local.

La ciencia ficción llegó al verano.

FOTO: Referencial. Fuerteventura, Tenerife, Islas Canarias, 2018