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“Hemos sufrido en carne propia la crueldad de esta pandemia”: Ser funerario en tiempos de Coronavirus

30 Junio 2020

María Loreto Arechavala es dueña de la empresa Funeraria Arechavala ubicada en la comuna de Concón. Ella ha estado  toda su vida relacionada con la industria mortuoria y en entrevista con El Martutino, nos relató cómo es ser dueña de una funeraria en tiempos de coronavirus.

Matías Cortés Rosati >
authenticated user Corresponsal Corresponsal Ciudadano

El coronavirus ha modificado la rutina diaria de las personas y empresas bruscamente, viéndose en la obligación de cambiar sus hábitos y tomar los resguardos necesarios para evitar contagios. Pese a esto, hay un tipo de servicio que no se ha detenido durante la pandemia: las funerarias.

Es por ello que las autoridades sanitarias han establecido un estricto protocolo respecto a lo que conlleva este doloroso proceso, ya que no solo los familiares y cercanos del difunto se exponen al contagio, sino que los trabajadores del rubro funerario también arriesgan su vida en esta pandemia, sobre todo con el incremento de las cifras de fallecidos registradas a causa de la enfermedad.

María Loreto Arechavala es dueña de la empresa Funeraria Arechavala ubicada en la comuna de Concón. Ella ha estado  toda su vida relacionada con la industria mortuoria y en entrevista con El Martutino, nos relató cómo es ser dueña de una funeraria en tiempos de coronavirus.

 ¿Cuál es el procedimiento a seguir en los servicios de casos covid? 

En los casos de Covid-19, el protocolo y las directrices que están siguiendo las funerarias de la región, en conjunto con el Seremi de Salud, son muy claros: los fallecidos por coronavirus deben por norma salir del lugar del fallecimiento con su certificado médico (donde indica la causa de muerte) directamente al cementerio que la familia ha estimado y allí, junto con su grupo familiar muy acotado, tendrá unos minutos de despedida. Quizás unas palabras, un responso, etc. pero algo muy rápido, eso dependerá del cementerio y de sus protocolos. Algunos, por ejemplo, no están realizando velación y el ingreso del fallecido es con una hora determinada y con presencia de familiares a una distancia prudente. Finalmente, se procede a bajar el féretro a la sepultura designada.

¿Pueden los familiares despedirse de su ser querido si este murió a causa del virus?

En el caso de que la persona haya fallecido a causa de coronavirus, los familiares no tendrán acceso al fallecido. En ocasiones de esta índole, sólo el personal de la funeraria, el cual cuenta con todas las medidas de seguridad, está autorizado para hacerse cargo del difunto. Los familiares más cercanos, que no deben ser más de 20 personas, pueden acompañar el traslado al cementerio, siempre y cuando, se mantengan a una distancia prudente. El resto de la caravana tendrá que quedarse fuera del cementerio.

Considerando el contexto actual, ¿cambian los procedimientos fúnebres en los casos en que la persona ha fallecido por causas ajenas al coronavirus?

El fallecido no covid-19 tiene una velación de 24 horas que aún mantiene la Ley de Cementerios y Servicios Funerarios, la cual muchos cementerios y parques la hacen cumplir. Se vela en donde la familia estime; puede ser domicilio particular, parroquias que aún permiten los velorios, iglesias evangélicas o velatorios de funerarias autorizadas. Posteriormente, se realiza una misa en la parroquia, todo con un máximo de personas que no puede ascender a 20. Finalmente, el cuerpo será trasladado al cementerio, donde los protocolos estarán establecidos según el recinto, pero, además, todo esto estará sujeto a que las comunas no estén en cuarentena. En el caso de estarlo, se prohíben los velorios.

¿En qué momento del procedimiento los funcionarios están más expuestos al virus?

En los hospitales y en los velorios principalmente. Una vez que ocurre el deceso de la persona a causa de covid, el cuerpo pasa por un proceso de sanitización, en el cual se utilizan todos los protocolos de los servicios de salud en conjunto con las funerarias, consiguiendo de forma segura y responsable reducir el virus al más mínimo contagio. Luego, procedemos a instalar cuidadosamente a la persona dentro de la urna para comenzar a soldar la parte interna de esta para trasladarla directamente al cementerio. 

Si bien el virus permanece en el cuerpo, es muy difícil que este se propague mientras se cumpla con todas las medidas. Es por ello que yo diría que los momentos de mayor riesgo son en los velorios que están siendo autorizados (por causa de muerte ajenas al covid). 

El momento en donde estamos más expuestos es cuando retiramos a los fallecidos de los hospitales o de los domicilios y de los velorios autorizados en los casos de no covid. Siempre está el riesgo de contagio, pero creo que al tomar todos los resguardos y seguir todas las normas del servicio de salud y consejos que como funerarios nos hemos dado, no debiera haber contagios. En este minuto, uno está expuesto al contagio en cualquier lugar, pero no podemos bajar la guardia. 

¿Qué resguardos están tomando las empresas funerarias?

Los resguardos específicos y propiamente tal son: un traje especial desechable, guantes, botas, antiparras, mascarillas profesionales y alcohol 70°. Sumado a esto, realizamos una exhaustiva limpieza de las carrozas con desinfectante autorizado como lo es el amonio cuaternario. En nuestro caso, hemos establecido como medidas que solo pueden entrar un máximo de dos personas a la oficina al momento de contratar un servicio, manteniendo la distancia y usando mascarillas. También contamos con un dispensador de alcohol gel. 

Después de instalar el fallecido correctamente en la urna, se debe sellar con soldadura y luego proceder a limpiarla con los desinfectantes antes mencionados. Se recomienda terminar el trabajo, poner cuidadosamente los trajes junto con todos los utensilios manipulados y depositarlos en una bolsa desechable dentro de la basura. Sin embargo, lo ideal es quemarlos.

¿Cómo ha afectado psicológicamente la pandemia?

Ha sido triste y amargo, especialmente para las personas del rubro funerario, porque hemos sufrido en carne propia la crueldad de esta pandemia. Se han contagiado nuestras propias familias y muchas veces nos han comunicado por whatsapp que han fallecido colegas y empleados de las funerarias. Estamos en primera línea y nos enfrentamos a la muerte día a día sin dar tregua. Dicho esto, y con mucho pesar por los colegas que han partido, podemos decir que emocionalmente nos ha afectado mucho.

 

Foto: Huawei / Agencia Uno

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