Muy buena columna. La pluma de Romina es tanto o mas "capaz" que la de tantos. Creo en un país que no sólo profesa la igualdad de condiciones en el papel, en un país en el que no tengamos que llegar al punto de que a través de reportajes u otros medios de redes sociales, o simplemente que a través de testimonios como el de Romina, se muestre y denuncie esta discriminación solapada.
Claramente las políticas de rehabilitación, pensiones y accesibilidad no son eficientes sino se aplica una política mancomunada y mucho mas integral, en donde se ataquen todos los puntos como lo es el de la educación, mobiliario ciudadano, vivienda, salud etcétera. Espero que nuestras autoridades y la ciudadanía completa (me incluyo en ella) no caigamos en una discapacidad aún peor, que es la mental. Esta me parece aún mas severa y sólo contribuiremos a esconder la basura debajo de la alfombra, algo así como que "ésto le sucede a alguien más, ajeno a nosotros, por lo tanto no merece nuestra atención". Si seguimos así, nos convertiremos en "lisiados del alma".
Por último, no quiero decir con lo anterior que apliquemos medidas paliativas, como premio de consuelo, sino que exista una real preocupación por realizar leyes, que protejan y fomenten la contratación de éste sector, lo cual les permitirá desarrollarse en igualdad de condiciones y de capacidades.
Muy buena columna. La pluma
Muy buena columna. La pluma de Romina es tanto o mas "capaz" que la de tantos. Creo en un país que no sólo profesa la igualdad de condiciones en el papel, en un país en el que no tengamos que llegar al punto de que a través de reportajes u otros medios de redes sociales, o simplemente que a través de testimonios como el de Romina, se muestre y denuncie esta discriminación solapada.
Claramente las políticas de rehabilitación, pensiones y accesibilidad no son eficientes sino se aplica una política mancomunada y mucho mas integral, en donde se ataquen todos los puntos como lo es el de la educación, mobiliario ciudadano, vivienda, salud etcétera. Espero que nuestras autoridades y la ciudadanía completa (me incluyo en ella) no caigamos en una discapacidad aún peor, que es la mental. Esta me parece aún mas severa y sólo contribuiremos a esconder la basura debajo de la alfombra, algo así como que "ésto le sucede a alguien más, ajeno a nosotros, por lo tanto no merece nuestra atención". Si seguimos así, nos convertiremos en "lisiados del alma".
Por último, no quiero decir con lo anterior que apliquemos medidas paliativas, como premio de consuelo, sino que exista una real preocupación por realizar leyes, que protejan y fomenten la contratación de éste sector, lo cual les permitirá desarrollarse en igualdad de condiciones y de capacidades.