Es la primera pieza de una trilogía en la cual se propone investigar el cuerpo, como espacio de intercambio, de tráfico, trueque. Una obra que llega a Valparaíso con apoyo del Fondo Iberescena.

Puede resultar provocador, pero también conmovedor, rupturista y un intenso guiño hacia la reflexión, es la obra  brasileña “Mordedores” de  Improvável Produções, bajo la dirección de Marcela Levi y Lucía Russo. 

En su reseña de presentación, la compañía nos habla del trabajo de estas directoras, quienes dieron inicio a un proceso de larga duración que demandaba la participación de performers en una investigación sobre la violencia, entendida y experimentada más allá de sus connotaciones inmediatas de aniquilamiento, muerte y destrucción. Contrariando el imaginario y las políticas culturales y sociales, que buscan pacificar la violencia por medio de dopaje, de un vaciamiento de energía, las Directoras incorporan la energía de la violencia como disparadora de una espiral de fuerzas en tensión.

“Mordedores” es parte de la programación que permite la circulación de obras iberoamericanas a través del Fondo Iberescena y se presenta el miércoles 28 de octubre a las 20 horas y el jueves 29 a las 19 horas, en el Parque Cultural de Valparaíso.

Al respecto una de sus directoras, Lucía Russo, nos detalla:

“Con Mordedores nos interesan las tensiones, la no resolución, la no pacificación. Cómo vivir incluyendo la fricción, la violencia inherente al ser humano, como fuerzas vitales. Cómo llevar adelante una convivencia que incluye los roces, los choques, la efervescencia, los brotes de furia y los ataques de alegría, cómo es posible la violencia incontenible, contagiosa de una carcajada.”

¿De qué manera la violencia y sus dimensiones han sido inspiradoras para su trabajo?

“Creemos que la violencia, es algo que nos rodea y nos constituye, la extrema violencia que asedia al mundo es brutal y eso nos convoca a pensar y reaccionar. Estamos presenciando en este exacto momento personas muriendo, al intentar cruzar fronteras, y éstas se están tornando cada vez más infranqueables, con la construcción de muros visibles y concretos. No nos interesa la violencia, en cuanto fuerza de aniquilamiento y destrucción, pero sí en cuanto a intensidad. En Brasil, el Gobierno llamó pacificación la entrada de fuerzas armadas en las favelas, para teóricamente combatir el tráfico de drogas. Nos preguntamos si es que es necesario pacificarnos.”

“Mordedores apuesta en esa intensidad que existe en la violencia, proponiendo como acción fundamental el acto de morder y de ser mordido en contacto con el otro. Tenemos un contorno, con una frontera amurallada. Afirmamos con mordedores nuestro deseo por una convivencia sucia, en la que somos marcados por el otro, marcados por babas, sudores, saliva, con dientes, con olores. Mordedores evoca la intensidad que existe en la violencia, para tocar el deseo en el erotismo, en la oscuridad, o sea, en lugares que se hacen posibles solamente cuando admitimos una especie de suciedad, en contacto con el otro. “

¿Cuál es el trabajo desarrollado con Chile y sus redes de asociatividad ?

Vengo bastante continuamente a Chile, el encuentro Latinoamericano se hizo en 2001, acá en Santiago, que fue una iniciativa de Natacha Melo, producida por Cristian Ahumada, y que tuvo colaboración de otras personas en esa oportunidad, y desde entonces, vengo casi todos los años a dar talleres y presentar mis trabajos. En los últimos 2 años vine con Marcela Levi, con quien formamos Improvável Produções en Río de Janeiro en 2010, y venimos, tanto presentando trabajos como haciendo talleres. Esas acciones de intercambio, o de circulación y presentación, llevadas adelante por interés mutuo, entre artistas y gestores que nos interesamos mutuamente y que apostamos por un intercambio a largo plazo, en una cierta continuidad que no existe, concretamente a través de políticas culturales que fomenten ese tipo de intercambios, al menos desde nuestros gobiernos nacionales, tanto Chile, Argentina o Brasil, sino el único fondo que existe, que fomenta, esa circulación entre sudamericanos e iberoamericanos es Iberescena, y aunque no existan estos fondos y estas políticas culturales, nosotros, desde nuestro interés, propiciamos nuestra persistencia y generamos asociaciones a través de proyectos puntuales.

Hemos venido el 2014, en Santiago a Mil, traídas por La Vitrina a dar un taller y al mismo tiempo presentando una intervención urbana dentro del Festival Escena Doméstica, entonces, a través de un proyecto concreto, diferentes propuestas nosotras mismas creamos las asociaciones entre esos artistas, gestores e instituciones como Santiago a Mil.

Este año venimos con una asociación previa que se dio entre NAVE y Danzalborde.

Las asociaciones son súper importantes porque generamos una continuidad, que no es dada a través de un fomento. Sino que somos los interesados quienes conseguimos gestionar y desarrollar un trabajo a largo plazo. Yo vine al primer Danzalborde y casi 15 años después, fui viendo todo el proceso de cambio y de transformación del Festival y de La Vitrina también, así he visto los cambios de sede, he dado talleres en diferentes lugares y con Marcela, nos interesa mucho continuar ese trabajo que nos parece muy interesante, porque Brasil con Chile no tienen un intercambio muy fluido y es algo que nos interesa bastante propiciar.