Enrique Bialoskorski: “Las cosas que uno hace en la vida adulta están inspiradas en lo que uno vivió en su juventud”

Enrique Bialoskorski: “Las cosas que uno hace en la vida adulta están inspiradas en lo que uno vivió en su juventud”

14 Enero 2015

El autor del libro “Sal de Mar, en los esteros Nilahue y Boyeruca”, nos cuenta sobre el trabajo que hay tras esta actividad artesanal y lo poco valorada que es en nuestro país. 

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Entrevista por Planeta de Papel Ediciones


¿De qué se trata su libro?

Se trata de reconocer una actividad que está en decadencia y que se remonta a antes de la llegada de los españoles, pero que con el desarrollo de la sal industrial ya no tiene mucha capacidad de competir.

¿Cómo realizó el trabajo de registro?

Yo quería que quedara registrado el mayor número de escenas posibles de esta actividad, entonces realicé viajes continuos hacia las salinas. Hubo años que yo iba cada 30 días, para que no se me escapara una faena, porque no quería que fuera una simple colección de fotos tomadas durante un fin de semana largo y listo. Fue mucho trabajo, fueron muchos viajes porque había que hacerlo con meticulosidad.

¿Cuánto tiempo duró este trabajo?

Fueron ocho años de trabajo, así que espero que sea un aporte para las futuras generaciones.

¿Desde un comienzo pensó en hacer de esto un libro, o esa idea surgió después?

No, lo del libro nace después. Lo de registrar esta actividad nace a partir de una pequeña anécdota de cuando era joven. Resulta que yo tenía una moto y con un amigo realizamos un viaje por la costa. De repente llegamos a un destino donde se acababa el camino y ahí tuvimos que subir las motos a unos botes para cruzar el estero. Cuando llegamos al otro lado vimos unos cuadrados extraños, entonces me dice el tipo del bote que ahí se hacía sal. Como no conocíamos de qué se trataba, les tomamos una foto a los boteros y les dije que volvería para que me mostraran las salinas.

Pasaron 40 años, me acorde de la foto y fui a dejársela a los boteros, pero averigüé que ellos ya habían fallecido, así que ubiqué a sus hijas y esposas para entregarles la foto y cuando conocí a esa gente empecé a interesarme en el tema de las salinas. Después, al darme cuenta que tenía tanto material, tantos datos y había conocido a tanta gente, me pareció oportuno que todo podía terminar siendo un libro.

En esta actividad, ¿trabajan familias enteras?

Claro, son familias que por generaciones han trabajado en esto, pero como ya tiene poca venta la sal y mal precio, la gente joven no quiere saber nada de las salinas, así que los que están trabajando actualmente son gente mayor.

¿Dónde se comercializa la sal de mar?

Les cuesta mucho, va gente a comprar para las fábricas de cecinas, las curtiembres y lo más brutal es que la mayor venta la hacen a Codelco, para echar sal en los caminos en invierno por la nieve y eso que es un trabajo artesanal. Es una falta de respeto usarla para echarla a los caminos pero bueno, así es la situación.

El precio además, no se relaciona con lo largo del proceso

Es súper bajo para todo el trabajo que da, por eso que no hay interés entre los jóvenes, porque cualquier trabajo esporádico en una viña o en un bosque, les factura más y es menos sacrificado.

¿Cuál es el valor del saco?

A cinco mil pesos el saco aproximadamente y ese dinero tiene que compartirse entre el dueño del lugar y el trabajador, así que en ese sentido, es muy poco interesante. Pero muchos de ellos son amantes, fanáticos de su trabajo, por el sólo hecho de poder trabajar al aire libre, al sol, al viento, sin un jefe que le esté diciendo tal cosa y sin un horario muy establecido, sino según la necesidad de las salinas. Son muchos los que disfrutan de su trabajo, aunque sea mal remunerado, se sienten orgullosos de hacerlo.

Aparte se trabaja en un ambiente familiar y de amistad

En general las faenas se hacen en forma individual, silenciosa y aislada, pero llega un momento, por ejemplo en la cosecha, que tienen que hacer un equipo, porque de a una persona no se terminaría nunca. Entonces se hace una especie de minga y viene gente a ayudar, se juntan ocho o diez personas y hacen las tareas durante el día y se van ayudando entre amigos.

¿Tiene otros proyectos similares?

Hay un proyecto sobre el rodeo de burros que se hace en el norte, que es otra actividad  muy interesante que me tocó conocer por casualidad y también hay un libro sobre las ocarinas que es una historia que todavía no quiero adelantar.

¿De dónde nace el interés por rescatar y registrar estas tradiciones que son poco valoradas en nuestro país?

De mi juventud. Yo he descubierto que las cosas que uno hace en la vida adulta están inspiradas en las cosas que uno vivió en su juventud. El tipo joven que no ha hecho nada interesante tendrá una vida fome y el que ha hecho cosas durante la juventud, tendrá una edad mayor más interesante.