Rasca Soberana: Desarrollando identidad musical desde el trabajo territorial

25 Mayo 2020

Rasca Soberana ha ido desarrollando su identidad musical y sentido social de manera orgánica con el trabajo territorial del Centro Cultural El Surco (Achupallas, Viña del Mar), llevándolos a construir una producción creativa marcada por la crítica social.

Cristián Hormazábal >
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Por Cristián Hormazábal

Tras su nacimiento en el año 2015 bajo el nombre “Vida”, la Rasca Soberana ha ido desarrollando su identidad musical y sentido social de manera orgánica con el trabajo territorial del Centro Cultural El Surco (Achupallas, Viña del Mar), llevándolos a construir una producción creativa marcada por la crítica social, las causas sociales, la lucha por las libertades individuales y el bienestar colectivo.

El nombre de la agrupación formada por Carlos Olivares, Pablo Aillapan, Matías Pacheco, Teddy Herrera y Esteban Zavala es la unión de dos conceptos, hoy en día, políticamente contradictorios: Rasca, como algo peyorativo, vulgar, de muy baja calidad. Y, por otro lado, Soberana, territorio libre e independiente, cuya gestión política no está sometida (ni se deja someter) a un poder externo. 

“El concepto Rasca Soberana puede materializarse en una persona, territorio o idea que nace de una cierta marginalidad, que sufre sistemáticamente la estigmatización y discriminación por parte de la sociedad, pero que se rige bajo sus propios preceptos de libertad y no se deja reprimir ante presiones externas”, explican.

Hace unos días atrás lanzaron su primer EP, ¿cómo fue el proceso de producción y selección de las canciones?¿qué idea querían mostrar al público? 

El trabajo con el EP ha sido un proceso largo que aún no culmina. Sentimos que aun estamos en el proceso más difícil de una producción, la postproducción. Pero haciendo un poco de historia, el proceso comienza con la necesidad de grabar las canciones de la banda, pues ya se habían acumulado muchas canciones en los ensayos, y lo peor que le puede pasar a una banda es tener muchos temas que finalmente se terminen perdiendo en el inconsciente sonoro. Fue así como nos contactamos con la Grabadora 710 en Quilpué. Teníamos la fortuna de conocer a Rodrigo Matus, a través de nuestro baterista (comparten en Nerbuda) y de habernos topado en varios escenarios, colaborando en las actividades del Centro Cultural El Surco, etc. Ahora, la preselección de canciones se hizo por gustos propios. Una vez hecha, se habló nuevamente en las reuniones con Rodrigo, previo a grabar. Se definieron por democracia directa qué canciones quedaban, teniendo en cuenta qué temas estaban más “Seguros” para grabar. Luego se abordó la estrategia para el set de grabación, que se realizó el día previo a la grabación y se registró toda la “obra gruesa” en un día muy largo, cansador, pero satisfactorio. Y algunos detalles en otra sesión. 

En lo referente a qué idea queríamos mostrar, pensamos que no hay idea que mostrar a “el público”, hay realidad que evidenciar a las personas.

Al oír el EP se puede sentir una fuerte crítica al sistema de vida, por lo que me gustaría saber ¿de qué manera los marcó, como artistas, vivir en un lugar así?, ¿Y de qué manera se ha manifestado en su trabajo musical? 

Hoy en día nos encontramos en una sociedad perturbada por años y años de abuso sistemático. De algún modo todos nos vemos afectados y creemos que como artistas tenemos un deber de informar y hablar sobre nuestras realidades, vivencias y descontento social a través de nuestras letras y generar algún despertar de la consciencia.  

Desde la “estética” de la banda, ¿Cuáles son los elementos sonoros que los identifican como agrupación? 

Estamos en la constante búsqueda de nuestro sonido, experimentando y jugando en cada ensayo. Tratamos de no cerrarnos a nuevas sensaciones sonoras y de no seguir una línea al momento de tocar -a veces se logra, en otras no-. Sin embargo, nuestras influencias son muy variadas, todos los integrantes tienen gustos musicales diferentes, y de paisajes sonoros muy distintos: Carlos está más ligado al folk, Pablo en sus inicios era metalero, Teddy ligado al rock -pero este weón escucha de todo y se comparten mucha música con Pablo-, y Pacheco le gusta el Funk, el reggae. Ergo, nos consideramos una banda bluesrockflokfunkreggaeafrolatino-indie.

Sabiendo las complicaciones sanitarias que atañen ¿cuáles son las próximas actividades que tendrán? 

Lamentablemente nos toca estar viviendo el peor gobierno seudodemocrático, donde las autoridades nunca estuvieron a la altura del pueblo sino a la altura de la codicia, el engaño y el poder. El país se ve afectado por un periodo de crisis muy grande (18 octubre), y por desgracia o no, es el comienzo crítico de un cambio de paradigma y pensamiento que nos lleva como ciudadanos y ciudadanas a entrar en conflicto y cuestionarnos. En el día a día de gran parte de las personas, está el sobrevivir, el exponerse por necesidad, la preocupación por el familiar que debe trabajar, en fin. En estos momentos creo que no importan nuestras actividades, mientras gente aún está sin techo y sin un pedazo de pan en la guata. Dense cuenta de que llegar a fin de mes no es un tema en boga por la pandemia, es un problema de clase, que se vive en la realidad y que se evita y ataca bajo el discurso del resentimiento.