Londres 2012: Tradición, rock, competencia, orden y paz

Londres 2012: Tradición, rock, competencia, orden y paz

13 Agosto 2012

Tres semanas de Juegos, que hoy se cerraron de manera magnífica, tal como por lo demás también había sido la tónica de la ceremonia inagural en“la city”, Londres. Un cierre que mostró un mix absolutamente representativo de la cultura británica.

Roberto Olivares >
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Miles de millones de personas alrededor del mundo, vimos como este Domingo se cerraban los XXX Juegos Olímpicos de Londres 2012. Juegos que en representación de centenares de banderas, reunieron a miles de atletas de todas las razas, ideologías y credos… ¡bajo una antorcha!

Miles de atletas que representan lo mejor de la juventud de cada País. Representación que, independientemente de los talentos y capacidades de los que fueron dotados por la naturaleza, quienes lograron llegar a Londres 2012 se ganaron a costa de su propio esfuerzo y perseverancia…¡y la de sus familias! Jóvenes y familias cuyo esfuerzo y sacrificio, en tiempos en los cuales el exigir derechos y renegar de las obligaciones es la tónica, deben ser tomados y resaltados como ejemplos.

Tres semanas de Juegos, que hoy se cerraron de manera magnífica, tal como por lo demás también había sido la tónica de la ceremonia inagural en“la city”, Londres. Un cierre que mostró un mix absolutamente representativo de la cultura británica. Una mezcla que tomando costumbres y modas, música sinfónica, teatro sheksperiano y rock, haciendo referencia directa a guerras externas e internas y asumiendo los errores cometidos en el camino al desarrollo, sumado más que a la complicidad, la participación directa de quien simboliza la tradición, nada menos que la Reina y desde la mirada desdramatizadora del típico humor inglés, me parece debería ser tomada como ejemplo de cómo proyectarse como ciudad y por qué no, como País.

Londres 2012 fue en definitiva, un remanso en donde coreanos del norte y el sur, comunistas, capitalistas, musulmanes, judíos, cristianos, budistas, ateos y agnósticos, compartieron en paz. Tres semanas en que la atención estuvo centrada en jóvenes de los cinco continentes que tras años de arduos entrenamientos y llevando una vida ordenada, se ganaron merecidamente el protagonismo que tuvieron, en tiempos en donde muchos jóvenes (y no tanto) buscan ganarse el protagonismo a punta de escándalos.

Unos Juegos Olímpicos en donde competitivamente a Chile no le fue bien. Un resultado que, en ese mismo espíritu Olímpico, debiese ser un aliciente para esta vez como País, apoyemos a los mismos jóvenes que en esta ocasión no lograron buenos resultados, y especialmente a otros tantos que anónimamente hoy siguen sus pasos. Una ocasión para que además los medios de comunicación, y muy en especial la televisión, destine parte de las horas (y recursos) dedicadas a financiar y transmitir realitys y programas de farándula, a financiar y transmitir competencias deportivas, y que los periódicos que diariamente ponen en portada a los famosillos y famosillas (y sus familias) que más seguido cambian de pareja, o silicona se ponen, les den alguna a los jóvenes (y sus familias) que si son un ejemplo a seguir.