Conectividad, planes y organización: 3 ideas para el nuevo cerro de Valparaíso

21 Abril 2014

Las ciudades requieren planificación, requieren organización entre autoridades y personas civiles, obras públicas conforme crece la población, requieren de inversión pública y privada en las distintas áreas y zonas. 

Edgardo Müller >
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Por Edgardo Müller, arquitecto PUCV

Chile un país con accesos restringidos: Valparaíso esto lo sabe bien. El 12 de Abril de este año tuvo lugar el que seguramente debe ser el incendio más trágico que conoce nuestra historia reciente. Las llamas, como ya es costumbre, comenzaron en la parte alta de la ciudad, zona denominada Camino La Pólvora, y fueron imposible de mitigar. Cuando se alertó del foco activo de incendio éste ya había avanzado por decenas de  hectáreas, de otra forma no se explica el tamaño colosal que cobró el evento.  El fuego fue implacable y no se detuvo hasta consumir más de 2000 viviendas. De este dato no hay mucho que inferir, un nuevo gran Error.

Lo que sí podríamos sacar de un relato como este es que nos referimos a una zona poco poblada o en las afueras del radio urbano donde lógicamente no hay mucha vigilancia. La verdad es que no. El camino La Pólvora es una ruta superior que recorre todo el largo de la ciudad, pero por arriba mayormente, de tráfico rodado, que incluso se encuentra entre dos partes de la misma ciudad: Valparaíso ciudad y Curauma, nuevo sector residencial impulsado hace ya algunos años en pos de generar viviendas de “buena calidad” en zonas donde el valor del suelo fuera poco. Consideremos en este caso que Curauma es en gran parte una ciénaga sobre la que se ha decidido levantar ciudad.

La geografía de Valparaíso siempre nos propone el desafío de construir donde es muy difícil y esto el porteño lo tiene bastante entendido. Para este ciudadano no hay imposibles y esto es remarcable si nos fijamos en el espíritu de perseverar detrás de estos actos.

Pero yo quisiera ir un poco más allá del buen espíritu, sin propender a desmerecerlo por cierto. Me pregunto a veces si este buen espíritu no debiese ser mejor encauzado hacia el avance y el desarrollo común y no a salir de la urgencia como muchas veces pareciera que estos mismos ciudadanos lo hacen cada vez que tienen que ir al plan a hacer algún trámite o la compra en el supermercado. Están lejos de “la ciudad” y esto queda en evidencia cuando desde una quebrada intentamos mirar para ver si alcanzamos vislumbrar alguna porción de urbe.

Valparaíso es una ciudad en donde siempre está presente la dificultad de los accesos. Tanto para acceder a cerros como quebradas como incluso viviendas. Este evento trágico más allá de eliminar un montón de viviendas deja en claro que el tema de los accesos es un tema “delicado”. Las casas se quemaron y lo que quedó al descubierto es una trama de calles complejas, variables en sus anchos, muy sinuosas y con pocas alternativas. Yo creo que hasta el camión de la basura en algunos casos no debe acudir pues no cabe o sencillamente es riesgoso. Por ejemplo respecto de esto, ¿Cómo voy yo de un cerro a otro? Por escaleras. ¿Y en vehículo? Bajar hasta av. Alemania, ubicar aproximadamente el cerro al cual pertenece el lugar al cual quiero llegar y volver a subir. Un periplo no despreciable si consideramos que incluso podemos errar en la estimación del cerro al cual pertenece aquel lugar y tener que volver a repetir la operación. Esto para mí es significativo en cuanto a la consideración de que Valparaíso sobre la Av. Alemania tiene una gran carencia en cuanto a la conectividad  se refiere y esto no lo resuelve el teléfono, la internet o el 4G.

Se necesitan OBRAS PÚBLICAS de envergadura. Valparaíso necesita una nueva Av. Alemania. Una nueva vía horizontal a los 200 mts de altura que recuerde y siga el buen ejemplo que planteó el arquitecto chileno Fermín Vivaceta en el año 1872. Esto hace ya casi 150 años. Si yo mal no estimo, la ciudad no ha visto de Obras Civiles de importancia a excepción de la construcción de la Av. Argentina (1932) para tapar el cauce o estero que aquí pasaba o la construcción del Camino la Polvora para el ingreso de camiones al Puerto (años 2000). Se “entiende” que Valparaíso crece espontáneamente. Grave Error. El hecho que este concepto ya se haya naturalizado en el ciudadano ya es algo grave. Las ciudades requieren planificación, requieren organización entre autoridades y personas civiles, requieren de obras públicas conforme crece la población, requieren de inversión pública y privada en las distintas áreas y zonas. Positivo sin duda sería el impacto económico que generaría la consolidación de un segundo cinturón en los cerros, con servicios públicos, oficinas, comercio equipamiento, etc. Como poco significaría que las viviendas que quedan debajo del cinturón aumentarían su valor considerablemente (como cuando en Stgo se abre una estación de metro) y las que quedan por sobre aparte de aumentar su valor pueden gozar de tener un núcleo económico y de servicios más próximos que les signifique economía y real acceso. No parece tan complejo la verdad, pero necesitamos gran voluntad y trabajo para convencer al Estado de la inversión y a los privados en algún estudiado caso de las posibles rentabilidades.

En vez de seguir haciendo viviendas sociales a la loca pensemos en que cuando existan esas viviendas no queden en el completo abandono o el aislamiento. Entreguémosles viviendas con accesos a la ciudad. Regla básica de esto es que primero se urbaniza y luego vienen las viviendas, no al revés. Para esto necesitamos visión, dejar de pensar en apagar incendios para comenzar a construir BIEN el lugar donde queremos vivir, es decir, un gran impulso para salir de números negativos o derechamente salir del retraso a poder mirar futuro.

Un segundo punto importante sería el de generar un “Plan de manejo de Quebradas”, documento específico y técnico que siente las bases de cómo abordar un lugar complejo de habitar como lo es una quebrada. Partamos por su reforestación eliminando ojalá de cuajo los centenares de hectáreas de eucaliptos que siempre son protagonistas de los famosos incendios. Las quebradas debemos habitarlas tanto con una forestación planificada como con viviendas regularizadas y autorizadas pues son éstas también las que en cierta forma tienen la posibilidad de cuidar el territorio. Si no habitamos estos lugares seguirán siendo vertederos y bosques de combustible puro y duro.

Finalmente un tercer punto sería fomentar la organización social de los cerros o barrios. Impulsar la creación y consolidación de sedes sociales ya no solamente como lugar para hacer reuniones sino como instrumento de interlocución del vecino respecto de las autoridades. Que las sedes sociales sean más que simplemente sociales, que se conviertan en sedes administrativas, técnico y social donde trabajen profesionales, funcionarios, ojalá en general vecinos del mismo, que conozcan cercanamente de la problemática del sector , con una estructura donde el ciudadano pueda acudir y encontrar un apoyo técnico y gestión de sus necesidades, anhelos o emprendimientos. Esto aproximaría al ciudadano con aquellos a quienes él mismo le ha entregado su voto.

Cualquier ciudad de Chile merece dignidad y posibilidades y esto es fundamental al momento de construir sociedad. Necesitamos autoridades que puedan romper “la inercia del deterioro “ para poder vislumbrar algo de porvenir. Necesitamos que el ciudadano se sienta reconocido en cuanto a sus inquietudes. Necesitamos probidad en el gobierno y extrema voluntad para evidenciar ojalá una imagen de que efectivamente su sueldo está siendo bien pagado. Necesitamos buenas construcciones, espacios públicos iluminados, pavimentos en buen estado, de vez en cuando obras tamaño ciudad que nos permitan sentirnos orgullosos de nuestro territorio. Necesitamos construir ideales, no sólo de economía o riqueza, necesitamos ver nuestra ciudad limpia, caminar y vivir tranquilos por ella.

En fin, vivir y habitar un buen lugar.

Revisar el plan de Desarrollo Urbano ejecutado por la ciudad de Medellín a modo de ejemplo es de gran utilidad. Para verlo pincha aquí