El inicio del fin de la transición política en Valparaíso

El inicio del fin de la transición política en Valparaíso

13 Octubre 2016

El triunfo del movimiento social porteño sobre el duopolio que pretende seguir apropiándose de la administración y los recursos de la ciudad de Valparaíso será una manifestación más de la pecualiaridad política anunciadora de los porteños.

Ibán de Rementería >
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Paula Quintana ha renunciado a la militancia en el Partido Socialista para poder hacer público su apoyo a Jorge Sharp como candidato a Alcalde de Valparaíso por el Movimiento Valparaíso Ciudadano. Bien puede considerarse esta renuncia como el hito que marca el comienzo del fin de la transición política en Chile, el fin de los continuos reagiornamientos de las políticas institucionales, económicas y sociales impuestos por la Dictadura Militar, que han venido realizando los gobiernos de la Concertación y la Nueva Mayoría.

La renuncia de Paula Quintana y su apoyo Jorge Sharp para Alcalde es el llamado de ambos a la que la ciudad de Valparaíso exprese su rechazo a un modelo de desarrollo urbano y portuario neoliberal donde el estancamiento portuario y la depredación de su patrimonio cultural solo les ha traído a sus vecinas y vecinos deterioro social y pobreza, degradación municipal y llevado a la emigración de su población joven como estrategia de sobrevivencia.

Pobreza expresada en miles de ambulantes que sobreviven en las calles, en la degradación de los espacios públicos y la arquitectura local con la proliferación de la basura y el desaseo pos sus calles, del “grafitismo” que “mamarachea” la ciudad, en espectáculos públicos de mala factura y dudosos propósitos, con proyectos inmobiliarios innecesarios e insolentes con la ciudad patrimonial, con la permanente indefensión en protección civil ante los incendios de los bosques que rodean la ciudad, etc., etc., etc.  

El modelo neo liberal de desarrollo de la “Ciudad Patrimonio de la Humanidad”, de la segunda vivienda, del patrimonio “reinventado” y el hotel “boutique” ha dañado gravemente el patrimonio urbano y cultural de la ciudad, envilecido el modo de vida de las y los porteños, empobrecido sus ingresos en beneficios de unos pocos emprendedores afuerinos, los más, y locales, los menos.

Asimismo, la administración municipal de Valparaíso se ha visto corrompida por un sistema político binominal que se ha concretado en el negocio duopólico público privado  que usa en su beneficio los pocos recursos de la ciudad y su presupuesto, así mientras el déficit municipal es igual a su presupuesto anual, el puerto de Valparaíso recauda US$ 3.600 millones anuales por impuestos, 77 veces el presupuesto municipal, de lo cual la ciudad no recibe un centavo. Es en la ciudad puerto donde más se ha sufrido el impacto decadente del modelo de desarrollo neoliberal, por lo tanto donde más se hace necesario cambiarlo, pero es a la vez, donde más pronto será posible iniciar el cambio político –de poder-  que ponga fin a la transición y su neoliberalismo.

Los porteños con la convocatoria Paula Quintana y la conducción de Jorge Sharp le están poniendo fin a la transición, al período transicional, en la política local, lo que permitirá instalar una nueva administración municipal honesta en el uso de los recursos y participativa para sus vecinos, que en la recuperación de los recursos patrimoniales de la ciudad recupere la calidad de vida para sus vecinos, que el desarrollo urbano esté al servicio de sus habitantes y visitantes y no de las inmobiliarias, que el destino portuario de Valparaíso sea reafirmado por sus vecinos cuando la renta portuaria que produce su localización geoestratégica financie el desarrollo económico, social, urbano y patrimonial de la ciudad y sus vecinas y vecinos.

En fin, solo cuando la ciudad sea buena para sus vecinos, lo será para sus visitantes. El triunfo del movimiento social porteño sobre el duopolio que pretende seguir apropiándose de la administración y los recursos de la ciudad de Valparaíso será una manifestación más de la pecualiaridad política anunciadora de los porteños.

Muchos han afirmado, entre otros yo mismo, que proponer una nueva alternativa política al duopolio actual es abrir la oportunidad a la reelección de Jorge Castro como alcalde de Valparaíso y al triunfo de la UDI, pero precisamente lo que caracteriza a esta época de continua y permanente transición es la indiferenciación institucional, económica y social entre los proyectos políticos de la Nueva Mayoría y Vamos Chile, como legítimos herederos de la Concertación y la Alianza por Chile, por lo tanto, el riesgo de anunciar y convocar –eso es el arte- a una nueva política que supere el neoliberalismo, bien vale la pena.