La “lista del supermercado” de las autoridades

26 Mayo 2020

Un concejal necesita ser un buen articulador entre distintas realidades en una comuna. Ser capaz de levantar problemáticas, pero también explorar soluciones; oír a los de su sector político, pero también sentarse con quienes no han votado por él.

Francisco Rique... >
authenticated user Corresponsal Corresponsal Ciudadano

La Ley Orgánica Constitucional de Municipalidades establece las responsabilidades y obligaciones de los concejales en ejercicio. En varias han expresado que esta normativa los ata de manos y la utilizan como una excusa para justificar su desempeño. Pero la ley es una cancha donde alcaldes y concejales pueden desplegar su trabajo público, pero bajo ninguna circunstancia puede ser visto como una barrera para hacer buena política.

En este campo están aquellos que llamo “expertos en listas de supermercados”, hoy más recurrentes en tiempos de crisis. Con esto me refiero a las autoridades que son solamente redactores de una nómina de solicitudes y “exigencias” (algunas impracticables) a la autoridad que está por sobre ellos. Por ejemplo, un concejal a un alcalde; un alcalde a un ministro o presidente.

En los Concejos Municipales – para seguir con el ejemplo - vemos correr algunas “listas de supermercado”, que suelen venir acompañadas de una victimización del concejal a cargo de su lectura, incluyendo lamentos por las limitaciones de su cargo. Al mismo tiempo, utilizan un tono perentorio, porque reconocen en su actuar un papel de mensajero entre los gobernados y gobernantes.

Así comete una doble falta el experto en la “lista de supermercado”. Primero, se convierte solamente en un intermediario operativo entre el gobierno comunal y la ciudadanía, sin darse cuenta que esto lo puede hacer un buzón de sugerencias o un teléfono de atención al público. Segundo, en esa dinámica de “pedir por pedir”, juegan con la credibilidad del trabajo político y engañan a las personas, pues generan falsas expectativas con solicitudes ajenas a sus facultades.

Un concejal necesita ser un buen articulador entre distintas realidades en una comuna. Ser capaz de levantar problemáticas, pero también explorar soluciones; oír a los de su sector político, pero también sentarse con quienes no han votado por él; estimular a los vecinos y vecinas en hacer política desde sus barrios. Y, por supuesto, muy responsable en lo que dice, promete y pide, pues de lo contrario profundizará la crisis de credibilidad de la política.

Pero un concejal también necesita apoyo. Pese a que en varias comunas los concejales tienen oficinas para atender público, en varias ciudades de la región no existe esto. Esto ocurre porque los alcaldes ven siempre a los concejales como potenciales rivales (y algunos concejales quieren ser solo alcaldes), no como aliados en el trabajo local. Así tiene más peso la ambición y no la cooperación.

Mientras los concejos municipales sean oportunidades para algunos de pasar su “lista de supermercado”, la política en las comunas no podrá mejorar.