[OPINIÓN] La peculiaridad político electoral de Valparaíso

[OPINIÓN] La peculiaridad político electoral de Valparaíso

29 Junio 2016

El análisis político se mueve entre las propuestas programáticas ofrecidas en relación a las demandas de las y los vecinos, así como a la credibilidad de los candidatos ante sus electores. 

Ibán de Rementería >
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Valparaíso, El Puerto, viene padeciendo una grave crisis económica, social y cultural que se manifiesta patéticamente en el hecho demográfico de tener la misma población hace más de cincuenta años, seguramente para las ciudades de tamaño similar, unas 300 mil personas, debe ser el único caso para América Latina y el Tercer Mundo. No hay espacio aquí para recorrer todas las vicisitudes por las que ha pasado la ciudad puerto desde la apertura del Canal de Panamá en 1914 a la declaratoria de Sitio Patrimonial de la Humanidad por la UNESCO en 2003, pero bien sabemos que inexorablemente los procesos de deterioro económico, social y cultural se manifiestan como conflictos políticos.

La “precuela” de la peculiaridad política electoral de Valparaíso se manifestó en las primeras elecciones primarias de la Concertación para escoger el candidato a alcalde de la ciudad puerto en 2012 donde votaron 9.643 personas y el Demócrata Cristiano (DC) Hernán Pinto, con el 54,8 %, derrotó a la militante del Partido Socialista (PS) Paula Quintana.

Esta votación puede parecer poco significativa comparada con la votación de la comuna en la anterior elección municipal que a llegó a 121.051 votos, aquella votación primaria solo sería el 8.0% de los electores en Valparaíso durante la anterior elección de alcaldes en 2008. No obstante si comparamos esa votación primaria en Valparaíso con las votaciones primarias de la Concertación en dos municipios emblemáticos de la Región Metropolitana: en Santiago Centro la votación total llegó a 2.896 votos ganando la PPD Carolina Tohá con 67,33% de los votos; en la comuna de Providencia la votación en la primaria de la Concertación llegó a 3.598 votos, ganando la independiente María Josefa Errázuriz con el 39,7%. Entonces, la votación primaria de Santiago solo llegaría al 30% de la de Valparaíso y la de Providencia al 37,3%. No está demás repetir aquí la importancia que tenía para la Concertación recuperar el Municipio de Santiago y disputarle al alcalde Labbé, de gran valor simbólico tanto para la Alianza por Chile como para los nostálgicos de la dictadura, el más representativo municipio de la clase media alta en el país. Ambas candidatas lograron su cometido.  

La significativa votación primaria de la Concertación en Valparaíso en 2012 expresaba la dura confrontación de intereses que cada una de las candidaturas representaba, por un aparte, Paula Quintana, logró movilizar la gran demanda ciudadana de cambiar la ineficiente y corrupta administración municipal que se expresaba en la transversalidad política de las administraciones post dictadura, que en esa primaria se mostró con toda su crudeza en una movilización contundente de recursos para derrotar a Paula Quintana. Tanto es así que ella se negó a respaldar la candidatura de Hernán Pinto denunciando que había recibido el respaldo del alcalde Jorge Castro mediante el uso indebido de recursos municipales. En los hechos, en la elección municipal Hernán Pinto no pudo derrotar  a Jorge Castro, pese a que en la votación de concejales que acompañaba a la de alcalde de Valparaíso, la Concertación logró el 51,5% de los votos y la Alianza por Chile solo el 32,6% de los mismos.

Antes de la reciente elección primaria de la Nueva Mayoría para discernir quien sería el candidato a alcalde con quien desafiar a Jorge Castro, el “Sondeo de opinión pública, Municipales 2016” del Programa de Estudios Sociales y Desarrollo de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, publicado en abril de este año, que estudiaba a cinco municipios de la región, entre ellos a Valparaíso, destacaba varias opiniones que indicaban la peculiaridad porteña, entre otras, las tres siguientes más destacables.

Primero, mientras que el problema de mayor preocupación en los consultados de los cinco municipios, en cuatro de ellos estaba en primer lugar la delincuencia y en los cinco fue mencionado, con un 46% de promedio, en Valparaíso el primer problema era el aseo y la limpieza con un 75%. Este problema no fue mencionado por los consultados en los otros cuatro municipios, esta es una singularidad porteña. Aquí la singularidad se manifiesta en que las y los porteños no se dejan intimidar en sus opiniones por los que le dicen los medios de comunicación, sino que son perfectamente capaces de priorizar sus problemas reales.

Segundo, sobre las características que debería tener el nuevo alcalde, el primer lugar en cuatro municipios fue la honradez con un 55% de preferencias, en segundo lugar la transparencia con un 53% y en tercer lugar la capacidad de trabajo con un 48% de preferencias, en cambio, la singularidad porteña se manifiesta en que la característica más importante que debe tener el nuevo alcalde o alcaldesa es la capacidad de trabajo con el 59%, seguido también de la transparencia como en los otros municipios, pero en tercer lugar está el liderazgo, lo cual señala que los porteños ven en la capacidad de gestión del alcalde la solución de sus acuciantes problemas, y solo en el cuarto lugar, con el 45%, ubican a la honradez como una característica necesaria.

Un tercer asunto donde aparece la peculiaridad porteña es en la intensión de votar, así mientras en el conjunto de las cinco ciudades el 63% manifiesta la intensión de votar, en Valparaíso lo hace el 71%, lo cual señala una mayor voluntad de hacerse cargo de sus asuntos que en las otras ciudades. Este es un claro antecedente de lo que pasó en las primarias locales.

Para el análisis de los resultados de las primarias de la Nueva Mayoría en Valparaíso, primero, veamos qué nos indica los datos fácticos comparados y, luego, qué cada candidatura supo satisfacer con su convocatoria. Mientras en Valparaíso en esta primaria 14.491 fueron a votar, en La Florida, la tercera comuna más grande de Chile, llegaron a votar 6.892 personas. Es de destacarse que allí ganó un candidato PC, que es lo más díscolo de la Nueva Mayoría, pero solo obtuvo 2.757 votos, menos de un quinto de los 8.121 que en Valparaíso obtuvo el DJ Méndez. Es de suponerse que allí la NM quiere recuperar ese municipio tan emblemático.

El análisis político se mueve entre las propuestas programáticas ofrecidas en relación a las demandas de las y los vecinos, así como a la credibilidad de los candidatos ante sus electores. Como ya se dijo el eje de la demanda municipal era el aseo y la limpieza, en lo concreto la gestión de la basura, el aseo y los grafitis en las calles, en el imaginario colectivo porteño se trata de una ciudad puerto devenida en una ciudad patrimonial basureada por la incompetencia y corrupción municipal, suciedad urbana y municipal que debe ser limpiada, la suciedad de la administración municipal es la causa de la urbana, lo que es un asunto político. El tema de la seguridad ciudadana es una instalación comunicacional política que no es del caso analizar aquí, los temas de educación y salud siempre estarán en déficit en un país en desarrollo como el nuestro, pero por razones demográficas si bien cada vez hay menos demanda por educación, la pública tiene déficit de calidad; en salud el crecimiento de la población de tercera edad genera demandas específicas, no obstante la capacidad resolutiva de los hospitales es aceptable, pero hay notables deficiencias en atención primaria.

El tema del empleo se expresa acuciantemente con los vendedores ambulantes, que proliferan en las principales avenidas de la ciudad y sus calles transversales. Además, los y las ambulantes instalados desafiantes en las afueras de mercados, supermercados y malles ponen de manifiesto descarnadamente que esta es la única solución social al desempleo que ese tipo de comercio “retail” le ha impuesto a la ciudad el modelo de desarrollo patrimonial inmobiliario. Si bien el empleo no es un asunto municipal, el modelo de desarrollo urbano, la gestión territorial y el uso del suelo, así como gestión patrimonial y turística si son asuntos municipales, de los cuales las transversales administraciones DC y UDI nunca se han hecho cargo ni parecen tener idea de que se trata. La expresión máxima de esta incompetencia patrimonial de la administración municipal es la “mamarachización” creciente de la ciudad puerto patrimonial mediante el grafitismo que incontrolable para la autoridad es convertido en seudo  arte mural, cohonestado a tamaños inconcebibles y luego publicitados como una “peculiaridad porteña”.

El mal estado de calles y veredas, paseos y miradores, la destrucción de plazas para construir estacionamientos, las deficiencias del equipamiento urbano, la desorganización creciente y mafiosa del transporte, etc., son otros temas municipales que centran el problema de la ciudad en la incapacidad de gestión y la corrupción municipal.

El tema del puerto y su desarrollo no es tema para la ciudad y sus habitantes porque para ellos ya ni empleo genera, la renta y utilidades portuarias se las llevan el Ministerio de Hacienda y las concesionarias privadas, aquí más que recoger una demanda vecinal y ofrecer propuestas alternativas se trata de hacer una tarea pedagógica de movilización social para que la ciudad recupere su renta portuaria.

La candidatura DC de Omar Jara pretendió “vender” una cierta capacidad de gestión municipal y local como ex gobernador de la provincia de Valparaíso, pero el haber sido administrador municipal durante la alcaldía de Aldo Cornejo le hacía muy difícil diferenciarse del contubernio transversal que ha llevado el municipio a la quiebra y la ciudad a la debacle urbana. Su gestión como gobernador se centró en defender el Mall Barón y el Terminal 2 que son resistidos por el movimiento social urbano. Además, su imposición desde arriba  por la DC “progre” le enajenó el apoyo del aparato “pintista” que logró derrotar a Paula Quintana en 2008, pese a que importantes cuadros del PS local y regional trabajaron activamente en su campaña, si bien tal esfuerzo emuló la votación DC de esa primaria, la demanda social por lo alternativo fue mayor.

Roberto Aravena, dirigente sindical socialista, presidente comunal de la CUT, antiguo luchador social, de reconocida probidad, ajeno a cualquier prebenda municipal, local o regional, era representativo del movimiento social, en este caso de los trabajadores organizados, ofreciendo su liderazgo en un momento de grave crisis de representación de los partidos políticos para hacerse cargo de los asuntos municipales de la ciudad puerto y patrimonial. Pero esta candidatura no supo instalar ni sus diagnósticos ni sus propuestas ante la crisis de la ciudad, pero sobre todo no pudo diferenciarse de la NM y de su participación en el contubernio transversal que ha venido mal gestionando y apropiándose indebidamente de los recursos municipales y de la ciudad. Aquí la conducción socialista desde la Intendencia a no dudarlo jugó un papel sutil en levantar una candidatura socialista que fuese un riesgo para la candidatura dDC de Jara y así bien negociar su participación en la futura alcaldía, pero no una amenaza para ella. En los hechos ni a nivel comunal, ni a nivel regional, ni a nivel nacional existió ningún apoyo político ni con recursos para Aravena por el PS. Más aún la presidenta del Partido Socialista y otros altos representantes de ese partido fueron Viña del Mar para apoyar la candidatura primaria de socialista Andrés Silva y no asomaron la nariz por el puerto.

Leopoldo Méndez, el DJ Méndez, es un artista mediático que se muestra como la superación de una vida marcada por una juventud delictiva, el abuso de alcohol y drogas, problemas de la violencia intrafamiliar, etc., es un “emprendedor” exitoso que sabe cómo salir de la pobreza y por lo tanto sabrá cómo sacar de la pobreza a la ciudad puerto, además, es porteño como el que más  pero, asimismo conoce el mundo. Sus contactos políticos con la NM provienen de su participación artística en la pasada campaña presidencial de la Presidenta Bachelet. El reclutamiento de personajes de la farándula para los cargos políticos de elección popular  es toda una estrategia electoral de esta época donde predomina una “política despolitizada”, a veces estos personajes exitosos se vuelven más díscolos de lo políticamente soportable y producen debacles,  como sucedió con el famoso actor Jorge Gajardo, que ganó la alcaldía de La Florida como socialista y diversos conflictos intra partidarios lo llevaron a la renuncia y luego a la instalación de un alcalde UDI, Rodolfo Carter. La habilidad política del DJ Méndez es notable ya que supo ser un extraño (out sider), un díscolo, y así diferenciarse de los políticos, pero a la vez supo hacerse mantener dentro del espacio político institucional de la NM, así cuando se quiso impedir su candidatura por incumplimiento de los requisitos educativos debido a razones burocráticas, bastó que amenazase de ir como candidato a alcalde por fuera de la NM, para que rápidamente sus  exámenes fueran aprobados y su candidatura legalmente inscrita, estaba claro que para la NM era mejor que él fuese por dentro y no por fuera de ese espacio político.

El temor que recorre en este momento a la Nueva Mayoría es que el Pacto la Matriz (PM) convoque a sus primarias no oficiales a más electores que aquellos que acudieron a su llamado. De ser así el triunfo de quien escoja el PM o el del alcalde Castro son opciones viables, si el Pacto la Matriz no logra convocar más gente a su primaria el triunfo del DJ Méndez puede darse por cierto.

La ventaja del DJ Méndez está en que es un díscolo, pero que pertenece a la Nueva Mayoría – de igual manera como en las tendencias presidenciales se está disparando Alejandro Guillier – ya que si bien más del 70% de los electores rechaza al conjunto de los partidos políticos y a las alianzas que los agrupan, la mayor parte de ellos no están dispuestos a votar por alguien de derecha o centro derecha, en tal caso la única posibilidad de triunfo para este sector, es que el candidato de la izquierda o centro izquierda carezca de convocatoria y sea desmovilizador de los sectores más progresistas y, ahora, sobre todo con mayores exigencias éticas, esto ya aconteció con la derrota de Frei y el triunfo de Piñera; simétricamente algo similar sucedió con el triunfo de Lagos Escobar en la segunda vuelta del año 2000. Pero como en las municipales, con o sin binominal gana el que obtienen la primera mayoría simple, ahora en Valparaíso todo es posible.

La única ventaja que tendrá quien surja como candidato de las primarias del Pacto La Matriz es que puede instalarse en el imaginario colectivo de las y los porteños como una alternativa política y de gestión municipal realmente diferente de todos los partidos políticos y autónoma de todos los intereses particulares que ellos representan, esa independencia y autonomía, en tanto es mayor que la del DJ Méndez, sería su carta de triunfo. Esa será otra peculiaridad política de Valparaíso.