[OPINIÓN] Valparaíso y su borde costero: ¿Guillier, dónde estás?

22 Noviembre 2017

Candidato Guillier, yo soy la señora Juanita, sólo que me llamo Gonzalo ¿Me responderá? Al candidato Piñera no le pregunto nada, porque ya vivimos su período presidencial, donde ambos proyectos siguieron avanzando con su beneplácito.

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Por Gonzalo Ilabaca

El SEA rechazó la petición del alcalde Sharp para que el Mall Barón ingresara nuevamente a un Estudio de Impacto Ambiental, de modo de que se pueda evaluar en profundidad los impactos de dicho proyecto. Según el municipio, los antecedentes aportados por la empresa del retail eran incompletos e insuficientes. Según el SEA, los cambios a la iniciativa original no alteran la Bodega Simón Bolivar, Inmueble de Conservación Histórica.

Y así, amigos, más allá y por sobre las elecciones, “el sistema” igual avanza, como un cáncer, contaminando órgano tras órgano, espacio tras espacio, frente a nuestra indolencia y pasividad de ovejas, a pesar que nos creemos listos como lobos: el choro porteño.

El espacio público es el lugar donde todos somos iguales. Por lo tanto la calidad de una ciudad se mide en la calidad de sus espacios públicos. El mejor espacio público de una ciudad que está al lado del mar es su borde costero. Pero en Valparaíso su borde costero -a diferencia de Viña, Reñaca y Con Cón (nuestros vecinos  más próximos y que viven mejor que nosotros)-  es entregado a privados para su propia explotación, subsidiados más encima por el Estado, en beneficio de los grupos económicos y en desmedro de la ciudadanía.

El T2 y el Mall Barón son fiel reflejo del drama de Valparaíso, proyectos de alto impacto, que definirán el futuro de Valparaíso privatizando el espacio público más importante, espacio que los porteños no tenemos: el borde costero en el centro del anfiteatro. De esta manera una parte importante de nuestro pequeño borde costero urbano será destinado al retail, donde consumir es más importante, privando, discriminando y segmentando a una gran mayoría de porteños de un espacio democrático de recreación y ocio porque no es lo mismo ir al lado del mar a descansar y relajarse en familia donde todos deberíamos ser iguales, que ir al mismo lugar repleto de ropas, comidas, helados, que muchos no podrán comprar. El otro sector, donde se pretende instalar el T2, el mejor lugar de la ciudad, no será para los humanos, sino para los containers. ¿Quiénes se benefician? Los privados, el Estado, cualquiera menos nosotros, los choros porteños.

En el Valparaíso del siglo XXI, ciudad que por su geografía es carísima de construir y habitar, ciudad en ruinas y vulnerable, ciudad empobrecida y abandonada por el Estado, ciudad que por impuestos de IVA de Aduanas le da US 10 millones de dólares al día a las arcas fiscales, ciudad Patrimonio de la Humanidad, se insiste en saquearla, despojarla del mar que es su riqueza paisajística, histórica, ambiental y económica. De no parar este abuso, Valparaíso nunca podrá revitalizarse. ¿Quiénes son los responsables? Nosotros, todos los porteños, por permitir esto sin hacer nada.

Aquí, en el Congreso, frente a nuestras propias narices, cuando desde el mundo político nos dicen que después de estas elecciones “que Chile cambió”, que ya saben leer la Voz de la Ciudadanía, cuando juren los antiguos y nuevos senadores y diputados, les pregunto: ¿Pondrán para todo el país el Bien Común por delante de todo, como máxima ética  para una sociedad más justa?

Por esta columna gratuita y ciudadana ¿Le puedo pedir a Alejandro Guillier que se pronuncie -quien dice  como máxima prioridad comprometerse con la descentralización- si en nuestra región los porteños tendremos derecho a participar vinculantemente en aquellos proyectos  de alto impacto? ¿Que protegerá la condición y desarrollo patrimonial de la única ciudad Patrimonial de Chile? ¿Que habrá una nueva ley de Puertos que no sólo deje dineros en la región sino buenos diseños portuarios para la comunidad y que no habrá una cantera en Laguna Verde (Reserva Mundial de la Biósfera) y parte del corredor biológico entre el mar, Peñuelas y la Campana?  

Candidato Guillier, yo soy la señora Juanita, sólo que me llamo Gonzalo ¿Me responderá? Al candidato Piñera no le pregunto nada, porque ya vivimos su período presidencial, donde ambos proyectos siguieron avanzando con su beneplácito.