Resguardar la salud… de la democracia

08 Julio 2020

Una parte de la élite ve en la pandemia la posibilidad de posponer nuevamente el proceso constituyente, ya sea modificando su calendario o, incluso, suspendiendo el plebiscito de entrada. Esto último sería un error de grueso calibre y permitirlo uno aún mayor.

Eduardo Muñoz >
authenticated user Corresponsal Corresponsal Ciudadano

El proceso constituyente es una conquista de las y los chilenos ganada sobre la base de lucha y convicción de que es posible un futuro mejor, una sociedad justa y buena. Como nunca, la ciudadanía se ha reconocido a sí misma como un actor irreemplazable en la generación de una nueva constitución y, quizás, de otro Chile. Por estos días lúgubres, esa convicción deviene en esperanza. 

Sin embargo, nada está garantizado. Hoy más que nunca es necesario generar un gran frente común para asegurar la democracia y el proceso constituyente, en la convicción de que ninguna fuerza por sí sola, instituida o no, puede representar y defender esa conquista sin la necesaria coordinación y unidad de acción, más allá de cualquier diferencia, pues es una los y las chilenas ganamos en la calle. 

La crisis sanitaria no ha venido más que a reafirmar el malestar que sienten millones de compatriotas con el modelo político y económico imperante, divorciado de los cambios sociales y plagado de abusos producidos por la concentración de poder político y económico en muy pocas manos, sin balances de poder efectivos, sin capacidad de control ciudadano permanente sobre el poder y los malos gobiernos. Este sistema a la chilena se ha mostrado incapaz de proteger a sus habitantes, pues no es eficaz en el aseguramiento de derechos humanos básicos como son la salud, la educación, la vivienda, el trabajo digno, la igualdad de género y, en general, las condiciones mínimas del bienestar social que conducen a sociedades libres e igualitarias. El actual marco constitucional restringe la capacidad de la sociedad de protegerse, de proteger sus recursos y de proteger el presente y el futuro de sus hijos e hijas.

Sin embargo, ciega a ello, una parte de la élite ve en la pandemia la posibilidad de posponer nuevamente el proceso constituyente, ya sea modificando su calendario o, incluso, suspendiendo el plebiscito de entrada. Esto último sería un error de grueso calibre y permitirlo uno aún mayor.

El plebiscito de entrada donde las y los ciudadanos se pronunciarán acerca del proceso es muy importante pues el apoyo directo, en el voto, de la ciudadanía se constituye en un mandato y símbolo incontestable de que la voluntad de cambio es mayoritaria y que, por tanto, el legítimo debate posterior, incluso desde el momento mismo de las campañas a delegados constituyentes, es parte de un proceso legítimo y soberano.  

Saltarse el plebiscito de entrada corre el riesgo de degradar el proceso posterior y que, una vez más, la soberanía popular sea usurpada por pequeños grupos de interés o que se confunda la diversidad de visiones sobre el futuro, con caos o desorden, igualando grupos mayoritarios con grupos más pequeños que, aunque legítimos en democracia, buscan mantener el statu quo o dañar la democracia. Todos sabemos que los extremos, a veces, “se topan”. Más aún si son fanáticos. 

Con la finalidad de asegurar la realización del plebiscito y del proceso constituyente, la sociedad democrática debe unirse para demandar mecanismos que garanticen la seguridad sanitaria para el referéndum constitucional y para los procesos electorales que nos tocará llevar adelante en tiempos de epidemia, incluso después del “peak” de la curva, pues es importante dar una señal clara y sin ambigüedades acerca de la democracia que queremos para Chile.

Para esto es crucial una posición común, sin grietas que permitan poner en duda ni la realización del proceso, ni menos el compromiso democrático de las y los chilenos. Una Nueva Constitución debe ser legítima y ciudadana, de lo contrario podrá ser un nuevo texto, pero no el útero de un nuevo ciclo político, económico y social, que es lo que el país reclama.

En este debate debemos tener presente elementos como la tradición electoral, la cultura política y el imaginario democrático del pueblo chileno, y al mismo tiempo, exigir un proceso compatible con el resguardo de la salud y seguridad de las personas. 

La cultura electoral chilena es de voto presencial, y en nuestra historia el voto con cédula única es un símbolo del triunfo de la igualdad del voto, tal como fuera el voto femenino en 1949 o la recuperación de registros electorales transparentes para el plebiscito de 1988. Es por esto por lo que privilegiar fórmulas que respeten la presencialidad del acto electoral es importante. 

Seguir postergando calendarios electorales cuando lo que sabemos es que, sin vacuna efectiva, el proceso recuperación de la normalidad será largo y con rebrotes, es una forma de dilatar una solución urgente, aunque esta sea del desagrado de una minoría. 

Mantener la fecha y la presencialidad es posible si se toman medidas para disminuir aglomeraciones y filas, se recalcula el número de locales, permitiendo una menor distancia entre lugar de residencia y centros de votación, y otras medidas que son factibles de analizar. El análisis comparado de procesos puede permitirnos encontrar otras formas y acciones que ayudarían en estos objetivos. Para ejemplos, ver informes emitidos por IDEA Internacional; Naciones Unidas; la Comisión Electoral Neozelandesa; El Instituto Nacional Electoral Mexicano; o en Chile el Informe de Espacio Público o la UDP. 

Más de alguno empezará a dar argumentos de economista de Chicago y a reclamar por el gasto público en tiempos de necesidad. A ellos debemos responder: Chile necesita enfrentar el virus y sus consecuencias económico-sociales e, igualmente, recuperar la confianza en sus instituciones, en su democracia y en la capacidad de resolver democráticamente los conflictos. TODOS esos objetivos tienen costos, y el país tiene la capacidad para abordarlos. El problema no es económico, es político. Pero esa explicación es para otra columna. Sólo hay que recordar que a punta de malos argumentos económicos llegamos al momento donde estamos y vivimos los dolores que estamos viviendo. 

Ver Calendario elecciones 2020-2022 publicado por SERVEL en https://www.servel.cl/conozca-todas-las-fechas-del-ciclo-electoral-2020-2022/