Respaldo comunista a Bachelet despierta suspicacias en directivas de la DC y Radical

Por Helmuth Huerta

Michelle Bachelet sumó el apoyo oficial del Partido Comunista, para la elección primaria del 30 de junio, cuando la ex presidenta se enfrentará al demócrata cristiano Claudio Orrego, al independiente Andrés Velasco, y al senador radical José Antonio Gómez. Este último, al reaccionar por el respaldo comunista a Michelle Bachelet, dijo que su propuesta es transparente y no implica sorpresa ni misterio.

Desde ahora Michelle Bachelet cuenta con el apoyo de 5 partidos políticos para enfrentar las primarias presidenciales del 30 de junio: el Partido Por la Democracia (PPD), el Partido Socialista (PS), el Movimiento Amplio Social (MAS), el Partido Izquierda Ciudadana y ahora el Partido Comunista.

Pese a que este partido había declarado que sólo apoyaría “un programa, y no un candidato”, el presidente de la colectividad, Guillermo Teillier, adujo que al Comité Central le bastó con los compromisos públicos expresados por Michelle Bachellet sobre 5 temas que para ellos son cardinales. A saber: Nueva Constitución, nuevo sistema electoral, educación como derecho universal, reforma tributaria y reforma laboral.

Aun así, algunos representantes del comunismo, como Álvaro Muñoz, hijo de la histórica dirigente del partido, Gladys Marín, y actual dirigente sindical de Asociación de Funcionarios de Chiledeportes (ANFUCHID), aducían que el PC ha sido crítico de los gobiernos concertacionistas, y por eso debía dar su apoyo al senador  José Antonio Gómez Guillermo Teillier reconoció esta postura tradicional del partido, pero dice que ahora el país enfrenta un nuevo escenario político.

Por esto, el líder de los comunistas explicó “quiero decir de inmediato que nosotros hemos sido críticos de los gobiernos de la Concertación, fuimos oposición, incluyendo por ciento el de Michelle Bachelet, entonces más de alguien nos dice, pero como ustedes puede apoyar a una candidata que ya fue Presidenta y que no hizo esto o aquello. La situación política ha cambiado en nuestro país, es decir, si no nos damos cuenta que hay un cambio en la situación política y que hoy la gente quiere cambiar el modelo, desde el punto de vista institucional, económico, social, entonces quiere decir que no estaríamos entendiendo nada”.

El Partido Comunista pospuso para después de las elecciones primarias del 30 de junio la decisión de integrar eventualmente un gobierno junto a la Concertación. Al respecto, el presidente de la Democracia Cristiana, Ignacio Walker, dijo que esta discusión también está pendiente en su partido, aunque no tiene prejuicios anticomunistas.

En esa línea, el presidente de la falange indicó que “supone la decisión previa política fundamental de formar una coalición de gobierno con el Partido Comunista y esa conversación ni siquiera está hecha. Nunca hemos sido, ni somos anti comunistas, porque somos democráticos, porque creemos en la inclusión, no en la exclusión”.

En la antesala del apoyo del PC a Michelle Bachelet, el senador del Partido Radical Social Demócrata, José Antonio Gómez, había dado a conocer su programa de gobierno, pues los comunistas decían desde hace meses que no apoyarían “candidatos, sino programas”. Gómez llamó la atención sobre el misterio tras este cambio, y resaltó la transparencia de sus propuestas.

En esa perspectiva, el senador y líder de los radicales señaló que “nosotros nunca tenemos sorpresas desde el punto de vista político, estamos convencidos de que nuestra propuesta, es la que representa ese Chile nuevo. Las decisiones políticas siempre son misteriosas, uno no sabe cómo se toman, ni hacia dónde van”.

El Partido Comunista barajaba 3 opciones antes de esta decisión: 1°) Apoyar a José Antonio Gómez 2°) Apoyar a Michelle Bachelet o 3°) Dejar en libertad de acción a los militantes, y así respaldar a quien gane en las primarias, pues de todos modos ya integran el Pacto Nueva Mayoría, que agrupa a 7 partidos políticos opositores.

En la elección presidencial de 2009, el PC logró 6,2% de los votos, mientras que en la elección de alcaldes de 2012, obtuvo el 5.36% de los votos. Es decir, se trata de una fuerza política que puede ser gravitante ante una eventual elección competitiva.