Una de las más frecuentes críticas a las “oligarquías” porteñas es su omnipresencia en las áreas de influencia y poder tanto en el mundo privado como en las decisiones públicas. Se habla de “oligarquías” pues se tiende a pensar que se trata de un grupo de unas cuantas personas que gozan de privilegios sociales o familiares, que en la práctica se materializan en redes de contactos e información ubicados en puestos estratégicos de poder. Dicho prejuicio se extiende al generalizado rumor de la existencia de “camarillas” regionales en diversos gremios y disciplinas, ya sean culturales, educativas, deportivas, etc. Quisimos comprobar si existían talesoligarquías y camarillas, y para eso recopilamos la información pública de las principales instituciones desde sus sitios web y sus memorias anuales, y encontramos varias coincidencias. La lista filtrada de las personas que participan en lugares estratégicos en más de una de estas instituciones es la que está a continuación, indicando en cuáles de ellas participan o han tenido un rol relevante:

Al cruzar dicha información y graficar las conexiones entre estas personas y las instituciones, el resultado es una compleja red que revela vínculos de las mismas personas en ámbitos exageradamente “transversales” (pueden descargar la versión en PDF desde acá) :

Desde otro punto de vista, los mismos datos se pueden utilizar para graficar los vínculos que a través de estas mismas personas se producen entre las instituciones, y nos encontramos así con una laberíntica red, una maraña, de conexiones que estas personas hacen al cruzar de un directorio, de un equipo o de una organización a otra, definiendo influencias en áreas sin aparente vínculo más que ellos mismos o los intereses que representan. Un ejercicio algo más desgastador sería comparar las misiones, objetivos y visiones que cada institución publica en sus medios. El gráfico quedaría de esta manera (pueden descargar la versión en PDF desde aquí):

En al menos siete ámbitos (cultura, deporte, educación, medios de prensa, política, salud y empresas) las instituciones están directamente unidas o poseen al menos un grado mínimo de distancia entre ellas. No es algo ilegal, de ningún modo. Ni siquiera podría ser éticamente cuestionable que personas decidan participar libremente de las decisiones a través de sus influencias y privilegios heredados o adquiridos con sus mismos pares que comparten los mismos propósitos, pero es extremadamente peligroso que la información privilegiada que pueden manejar solamente ellos, por su posición, pueda ser utilizada en beneficio de sus intereses propios o de sus representados en otro ámbito. En Micropolítica creemos que la información debe ser un elemento que ayude al progreso ciudadano y no una mercancía, y es por eso que promovemos que cualquier tipo de vínculo de poder público o privado debe ser conocido por todos. La información con la que se realizó esta investigación es pública y las conexiones también.

Fuentes: