Alcalde advierte: “La sequía traerá pobreza, desempleo e incluso desabastecimiento alimenticio”

15 Marzo 2011
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Más de 240 familias campesinas fueron encuestadas durante las jornadas de viernes y sábado a fin de conocer cómo les ha dañado la sequía que afecta a la zona central del país. El objetivo es conformar una base de datos que permita solicitar al Gobierno central que Quillota sea declara zona de escasez hídrica, con lo cual podrían llegar recursos para ejecutar una serie de soluciones de emergencia propuestas por los mismos campesinos.

La necesidad de hacer una encuesta en terreno fue una de las conclusiones de las reuniones sostenidas por la Comisión Sequía con familias campesinas de La Palma y San Pedro, durante la jornada del pasado jueves.

Durante la reunión las familias campesinas relataron a la Comisión -integrada por una docena de profesionales y técnicos de la Secretaría de Planificación, Dirección de Desarrollo Comunitario y Prodesal, con la coordinación de la Oficina de Desarrollo Económico y bajo la dirección del alcalde Luis Mella- los efectos que han experimentado a la fecha con la falta de agua.

 

GRAVE REALIDAD

 

Además de los datos básicos, la encuesta recogió antecedentes sobre la superficie total de uso agropecuario, superficie sin utilizar, si se trata de usuarios de entidades como Prodesal o Indap, origen del agua tanto para consumo humano como productivo, nivel de tecnificación del riego y los pozos, cantidad de mano de obra que requieren y número de personas que dependen de la tierra afectada para su sustento, entre otras variables.

Según el testimonio recogido en terreno, son decenas los pozos que ya no abastecen agua y, los que aún entregan el vital elemento, operan a no más al 30 por ciento de su capacidad habitual, sobre todo en las zonas más altas o más al sur poniente de Quillota.

“Nuestro pozo proporciona 10 minutos de agua y luego hay que esperar seis horas para que se recupere”, afirmó una productora que tiene una parcela con paltos en Lo Venecia. “A mi sector no llega agua por  el canal desde septiembre del año pasado”, indicó otro campesino de Las Cruzadas. “Planté 55 mil repollos y con algo de suerte podré cosechar 10 mil. Los que no se han secado están siendo atacados por las plagas”, testimonió una campesina de El Cajón. “Las pocas flores que se han salvado tienen un calibre muy pequeño, por lo cual su valor comercial estará muy malo”, dijo una floricultora de La Palma.

 

NI PARA BEBER

 

Según el primer catastro efectuado por la Municipalidad, son poco más de 200 familias campesinas las que están sufriendo con extrema gravedad la sequía, personas que han perdido el grueso de su producción y que no pueden volver a sembrar pues no cuentan con nada de agua para regar y, en los casos más dramáticos, ni siquiera con el vital elemento para beber.

En efecto el municipio está entregando agua para consumo humano en cerca de 14 localidades rurales de La Palma, San Pedro, Rautén, Manzanar y Santa Rosa de Colmo, donde en muchos casos los pozos están completamente secos desde hace varias semanas, incluso meses, y las familias sobreviven gracias al suministro del camión aljibe municipal. Por ello se están haciendo las gestiones para arrendar a través del Gobierno Regional y por algunos meses, un segundo camión que permita abastecer la demanda al menos hasta mayo, mes en que la Oficina Nacional de Emergencia estima podría haber lluvias suficientes para revitalizar las norias.

 

SOLUCIONES DE EMERGENCIA

 

Mientras tanto, los mismos campesinos afectados propusieron una serie de medidas de emergencia que pueden ser implementadas con relativa celeridad y a costo razonable, como son la tecnificación del riego, adquirir mangas y/o revestir los canales para aprovechar mejor el agua; profundizar pozos (la mayoría tiene seis metros); hacer pozos profundos (de 50 metros) comunitarios y; construir microtranques que incluso podrían ser abastecidos a través de camiones aljibe desde otras zonas de Quillota con más recurso hídrico, siempre y cuando el tipo de cultivo así lo permita.

El alcalde Luis Mella estimó que todas estas medidas son necesarias por cuanto “hemos visto en terreno y tenemos datos concretos que decenas de familias campesinas están sufriendo por la sequía y sabemos que de seguir así esta situación acarreará pobreza, desempleo e incluso desabastecimiento alimenticio y alza de precios, lo que a la larga le significará un costo aún mayor al Estado. Desde el punto de económico y sobre todo social, Quillota debe ser declarada zona de escasez hídrica”.

Lo anterior porque la mayoría de los campesinos produce alimentos de alto consumo, principalmente hortalizas, y gracias a su actividad familiar le dan trabajo a otras personas. “Antes en nuestra huerta trabajaba mi familia y otras tres personas, sin embargo desde hace dos meses tuvimos que despedir gente y quedarnos con lo mínimo”, expuso un productor de Santa Olivia, dando cuenta de una cesantía que está creciendo y recrudecerá en los meses de invierno producto de la estacionalidad. 

URGENCIA DE RECURSOS

 El intenso trabajo desarrollado por el municipio permitirá gestionar ante el Gobierno central la posibilidad de que Quillota sea declarada zona de escasez hídrica, lo cual significa dotar de recursos para implementar alguna o todas las medidas de emergencias propuestas por los campesinos, que si bien implican inversiones razonables, se escapan a las posibilidades que posee el municipio.

No obstante Luis Mella instruyó a los equipos municipales a fin de buscar financiamiento y diseñar estrategias que permitan hacer frente a esta emergencia con recursos propios, lo cual siendo del todo insuficiente, permitirá paliar en algo el drama vivido en los campos comunales.

“Quillota es y será una zona rural y la sequía está golpeando justo en ese punto, en la esencia productiva de nuestra comuna”, finalizó la máxima autoridad comunal.