Cómo beber alcohol y qué alimentos se ingieren en el proceso son factores importantes que influyen en los efectos de esta sustancia en el organismo. Por ejemplo, si las fiestas de fin de año contemplan su consumo, no es buena idea hacerlo en ayuna, ya que “sin alimento en el cuerpo, el alcohol alcanza rápidamente el torrente sanguíneo y acelera sus efectos”, explica el gastroenterólogo de Centros Médicos Vidaintegra, Dr. Ricardo Amaya.

En relación a este tema, el especialista agrega que para justificar la ingesta de bebidas alcohólicas “existen mil y una teorías folclóricas que alguna vez le funcionaron a alguien y que se pasan boca a boca y generación tras generación”. Entre estas hipótesis, algunas tienen algo de sentido, considerando que el contenido calórico de una comida logra que la digestión del alcohol a nivel gástrico demore más tiempo. “Si recién cenamos, el paso de este líquido por el intestino, donde se absorbe, será más lento, pero finalmente igual se percibirán sus efectos”, advierte el gastroenterólogo.

Las razones de la demora en la aparición de sus efectos se relacionan con la ingesta de alimentos ricos en grasas, que favorecen la formación de una especie de película protectora que evita que el alcohol sea totalmente absorbido y que pase al torrente sanguíneo con mayor facilidad. “Las comidas recomendadas no son aquellas preparadas con mucha grasa, sino que los alimentos como el queso amarillo, pescados como el salmón, frutos secos o beber una cucharadita de aceite de oliva”, afirma el Dr. Amaya.

Comer y beber en exceso

Distintos aspectos influyen en la velocidad de absorción, tales como la presencia de alimentos en el estómago, “principalmente los hidratos de carbono (arroz, fideos, papas, pan, maicena, avena) y alimentos ricos en grasas (palta, aceite de oliva, frutos secos, aceite de oliva). Sin embargo, sí puede resultar un problema si se come y toma alcohol en exceso. En ese caso, explica el Dr. Amaya, existe el riesgo de pancreatitis y patologías biliodigestivas, sobre todo al mezclar comidas grasas y alcohol. “Así que la palabra a utilizar sería mesura más que restricción”, aclara.

Prevenir el famoso “hachazo”

En cuanto a la resaca, la deshidratación es el principal factor que la desencadena. El alcohol inicialmente es diurético y por ello induce perdida de líquidos. “El organismo necesita grandes cantidades de agua en el proceso de metabolismo y eliminación del alcohol. Así que no se recomienda dejar para el otro día la hidratación, debe iniciarse antes de partir con las fiestas”, indica el facultativo.

Por ello, el fuerte dolor de cabeza conocido como “hachazo” se debe principalmente a la falta de líquidos, por lo que su consumo reducirá la molestia y permitirá una correcta hidratación corporal. Un buen hábito es beber una vaso de agua por cada vaso de alcohol, tomar agua antes de acostarse y durante todo el día siguiente de forma constante, o hidratarse con bebidas isotónicas de manera de reponer electrolitos y agua corporal y evitar la deshidratación.