Arte y Feminismo en Encuentro Corazones Rojos: “Tengo una arma en la mano y la voy a usar”

25 Marzo 2019

Para Natalia Valdebenito, el feminismo fue una revelación que la hizo entender que con el stand up tenía un arma en la mano. Ella cuenta que sus primeros monólogos no eran muy políticos.

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Este sábado 23 de marzo, Beatriz Sánchez, Camila Rojas y Natalia Valdebenito participaron en un conversatorio sobre Arte y Feminismo como herramienta de transformación social, en el marco de la tercera edición del encuentro de arte Corazones Rojos. Iniciativa de La Musa Estudio de Arte, durante todo el mes de marzo se podrá disfrutar de intervenciones artísticas, charlas y talleres, todo en conmemoración al Día Internacional de la Mujer Trabajadora.

“Que ardan las palabras, que se revolucionen los sentidos”, empieza Antonella Martín, directora general de Corazones Rojos. “El trabajo nuestro, como mujeres del arte es precario”, dice moderando la mesa redonda que se plantea como una instancia para visibilizar las manifestaciones artísticas que trabajan para concientizar sobre el feminismo.

“Lo que hacemos es importante”

Presentando a Natalia Valdebenito, Antonella Marín insiste en que el arte puede ser un “vehiculizador de sociedad, con un rol político y social y que las mujeres feministas trabajadoras tienen un rol en el arte. Lo que hacemos es importante”. Ella lo relaciona con lo que pasó en 2016 en el Festival de Viña, cuando Natalia emitió un discurso feminista durante su presentación. “Con lo que pasó en Viña abriste una puerta para que las demás entran y toman espacio”, destaca Antonella.

“No quiero que me quieran, quiero que me escuchen”

Para Natalia Valdebenito, el feminismo fue una revelación que la hizo entender que con el stand up tenía un arma en la mano. Ella cuenta que sus primeros monólogos no eran muy políticos. “Pero descubriendo a Bertold Brecht, quien insiste en que la comedia tiene que informar y decir ideas, entendí que tenía la opción de decir basta”. Este cambio se inició cuando ella se fue del Club de la Comedia y empezó a hacer monólogos más provocadores.

"Me di cuenta que me provocaban cosas a mi también. Cuando el Festival me pidió no hacer este material, pensé que era una razón para hacerlo”. Pagando el precio de un público a veces ofendido, que se calle y recibiendo amenazas e insultos…“Al principio, fui un poco inocente. La resistencia fue muy fuerte”.

Ella quiere seguir escribiendo y abriendo su mente para un público más diverso. “No quiero que me quieran, quiero que me escuchen. Para que ojala, te vayas con algo. No quiero guiar el pensamiento, sino poner una duda. La incerteza y la vulnerabilidad no son tan malas. Con el stand up, el monólogo y la comedia, vi que tenía una arma y yo la voy a usar”.

El feminismo como lucha política

Comentando este proceso de cambio, Beatriz Sánchez continúa la conversación: “con el feminismo aprendemos todos los días, es un camino. Y ese camino se hace en conjunto, como lo vimos el 8 de marzo”. Ella cuenta que frente al gobierno que declaraba que la huelga ya no era necesaria, más de un millón de personas salieron a marchar. Para Beatriz, fue un hecho “histórico y transversal, dando otra conversación frente a los que ven al feminismo como la paz en el mundo: algo bueno, sin significado. Al contrario, tiene un significado potente, es una lucha política para otro equilibrio de poder”. Ella insiste en que las estadísticas muestran una ausencia de mujeres en las alcaldías, los rectorados, la dirección de empresas, en el cine, la publicidad, construyendo un imaginario desde la mirada de los hombres. “Y estas mujeres que tienen voz pública, como Natalia, no son reconocidas, sino aplastadas por las autoridades y el patriarcado, porque plantean algo concreto, que incomoda al poder, algo que es un movimiento político por si”.

“El arte no es el agregado”

Antonella Marín insiste en esta dimensión del encuentro, no partidista, pero política. Corazones Rojos encontró el apoyo institucional de la diputada Camila Rojas. Según ella, el arte es un herramienta fundamental para masificar el mensaje feminista, sembrar la duda, provocar y desafiar. “El arte no es el agregado, el arroz o la puré. Con el feminismo se politiza los mas íntimo, lo personal que es político, estos asuntos silenciados, que parecían individuales pero que son colectivos”.

Ella insiste en que en la política el feminismo tampoco puede ser sectorial, dado que “nosotras vivimos en sociedad, entonces hay que ocupar espacio a todos lo niveles, organizándonos constamente como contra-hegemonía”. Camila también cuenta que “siempre hay un riesgo de reacción de la hegemonía para apropiarse, suavizar y subordinar esta resistencia. Por eso, la masificación de la defensa del espacio no tiene sentido por si, sino para generar un cambio”. Para ella, frente al avance de la derecha conservadora y del autoritarismo, las feministas van a contra-pelo, y tienen una tarea no intuitiva, en la cual el arte tiene un rol clave, igual que la política, para ser “una voz que antes no estaba”.

Corazones Rojos sigue hasta el 31 de marzo, con numerosas actividades interdisciplinarias: espectáculos, performances, danza, escena femenina, poesía, exposición, stand up feminista, etc. Mayor información en el facebook de Corazones Rojos.

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