Despenalización del aborto: el debate que no puede seguir evitando la derecha

22 Mayo 2014

Pareciera que quienes se niegan a despenalizar la interrupción del embarazo no vivieran en Chile, desconocieran que hoy no existe educación sexual en los colegios laica y de calidad, como si las mujeres y niñas no fueran violadas,

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Por Francisca Bozzo Lara

Colectivo se me Rompió el Condón.

Bastó que Michelle Bachelet en su primera cuenta pública mencionara la urgencia de afrontar  una “discusión madura informada y propositiva” en relación al aborto en busca de despenalizarlo bajo tres causales (riesgo de la vida de la madre, violación e inviolabilidad del feto), situación que es evidente, pues no se puede continuar evadiendo la discusión, para que una ola de reacciones surgieran desde la derecha, protagonizadas por el ex presidente Sebastián Piñera que en su twitter señaló “Parece que hay más cuidado y preocupación por el bienestar de las mascotas, que por la vida y dignidad de los niños que están por nacer”.

Que hoy existan conservadores en el parlamento, que junto con la presión de la Iglesia, sigan considerando que no debemos si quiera discutir la posibilidad de despenalizar el aborto, deja en evidencia que hoy la derecha le teme a debatir, no por su acérrima defensa a la vida (defensa que con hechos históricos es discutible) sino por la falta de argumentos que estos tendrían para seguir privando a las mujeres del derecho de decidir por lo que pasa en sus cuerpos, pues hoy existen  las recomendaciones de la OMS (Organización Mundial de la Salud) y de la recomendación de los Estados en el marco del ultimo EPU (Examen Periódico Universal) rendido ante el Consejo de DDHH de las Naciones Unidas, que hoy no son cumplidas en nuestro país.

Todo lo anterior resulta una paradoja, pues pareciera que quienes se niegan a despenalizar la interrupción del embarazo no vivieran en Chile, desconocieran que hoy no existe educación sexual en los colegios laica y de calidad, como si las mujeres y niñas no fueran violadas, como si hoy las mujeres pobres no fueran las que se realizan abortos clandestinos que ponen sus vidas en peligro. Evitar esta discusión es que el Estado, que se supone es laico, les siga dando la espalda a las mujeres, que siga poniendo sus vidas en riesgo y que sigan privándolas de sus derechos, con una constitución dejada como herencia de la dictadura, pues previamente el aborto era legal y estaba normado en el código sanitario.

Hoy las feministas, los movimientos de mujeres y las agrupaciones por la defensa de los derechos reproductivos y sexuales han realizado una lucha con argumentos sustentados en estudios, en recomendaciones de la ONU y buscando siempre que las mujeres vivan con dignidad y que no sea otro el que decide por ellas. Que no se tema al debate y que cuando se debata se haga en serio, sin sesgos religiosos, sin imposiciones moralistas, con evidencia científica y considerando los derechos humanos de quienes viven los embarazos: las mujeres. El aborto no es un tema valórico de unos pocos, es un tema de derechos de las mujeres.