Chile necesita Energía. Y qué mejor forma de obtenerla que a través de la Eficiencia Energética. Cuando cuidamos la energía y utilizamos sólo la necesaria, evitando que se malgaste, también estamos evitando que se genere una cierta cantidad de energía para cubrir ese malgasto, lo que finalmente se traduce en una menor necesidad de generación de energía a nivel país.

Recordemos que a comienzos del año pasado el presidente Sebastián Piñera lanzó la Estrategia Nacional de Energía, carta de navegación para los próximos 20 años, y precisamente el primer pilar de esta estrategia es la Eficiencia Energética. Esperamos reducir en un 12% el consumo de energía al 2020 sobre la demanda proyectada, y una de las herramientas para avanzar hacia esta meta es la norma ISO 50001 sobre Sistemas de Gestión de la Energía.

Esta norma fue diseñada para todo tipo de organizaciones, ya sean grandes o pequeñas, públicas o privadas, de productos o servicios, en cualquier ubicación geográfica. Es una guía para que estas organizaciones puedan utilizar mejor la energía que consumen sus instalaciones, facilitar la transparencia y comunicación en la gestión de los recursos energéticos y promover el uso de las mejores prácticas de gestión de la energía.

Aquéllas organizaciones que ya estén familiarizadas con las normas ISO tienen un buen camino recorrido, porque ISO 50001 también sigue el ciclo de Deming (planear-hacer-verificar-actuar). La organización internacional ISO estima que este estándar podría llegar a influenciar hasta el 60% del uso de la energía en el mundo.

La eficiencia energética es la fuente de energía que tendemos a olvidar. Hablamos de petróleo, gas, carbón y energías renovables como fuentes de energía, pero olvidamos que el uso más eficiente de la energía es no usarla.

Según un estudio realizado por Berkeley Lab las empresas que inician un Sistema de Gestión de la Energía observan entre un 10 y 20% de reducción los primeros 2 años, mientras que empresas industriales que ya cuentan con este sistema de gestión observan reducciones de la intensidad energética promedio anual de 2 a 3%.

Como Ministerio de Energía queremos impulsar a las organizaciones de nuestro país a implementar esta nueva norma, que entre otras cosas, les permitirá reducir sus costos a través de la eficiencia en el uso de la energía y al mismo tiempo obtener una mayor ventaja competitiva.