Educación, lucro y despilfarro: un veneno y no un motor

Educación, lucro y despilfarro: un veneno y no un motor

14 Julio 2011

El afán por "retener al educando en el sistema"  genera promociones automáticas, eximiciones y abolición de los exámenes. Los "cuatritos filantrópicos" son epidemia. La consigna: evitar "la mortalidad académica".

Pedro Godoy P >
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En la educación sistemática el lucro es un veneno y no un motor. Al empresario privado -apodado "sostenedor"- no le interesa la calidad del estudio, sino la cantidad de alumnos, porque implica dinero. No escapan de la burda ecuación los planteles municipales y tampoco los estatales. Se usan ingeniosas estrategias de marketing para reclutarlos. También el mercado ofrece "tres años en uno" y cursos de nivelación de media" que son chistes macabros. El educador exigente es un estorbo, pues ahuyenta a los "clientes". Se le presiona para dar "otra oportunidad" que muden, por arte de magia, "rojos" en "azules".  Las escuelas municipales cuyo contingente disminuye se clausuran, pues no rentan.

El temor a perder el trabajo acecha del director al auxiliar pasando por los maestros. Esto vale en los tres niveles de la estructura escolar. Cualquier maniobra vale para conservar matrícula. Legitiman el despanzurro las psicólogas repetidoras de las teorías del Dr. Spock.

El afán por "retener al educando en el sistema"  genera promociones automáticas, eximiciones y abolición de los exámenes. Los "cuatritos filantrópicos" son epidemia. La consigna: evitar "la mortalidad académica". Los alumnos  denominados "vulnerables"  estiman un derecho se les obsequien notas, certificaciones o títulos. Están nutridos de paternalismo, pues de pequeños han captado que los bienes -alimento o vivienda- se distribuyen desde el Municipio, La Moneda o la Iglesia a título gratuito. Nadie lo dice, pero yo me atrevo a denunciar estas y aquellas impudicias. Lo expreso en  "Libro negro de nuestra educación" y me deprimen como opinan expertos librescos que jamás han estado en la faena docente concreta.  Hoy el aula es un circo pobre donde un individuo que se dice profesor hace como que enseña y un puñado de presuntos discípulos hacen como que aprenden.

Mientras tanto se continúa invirtiendo millones en la patética comedia.

 
Prof. Pedro Godoy P.
Centro de Estudios Chilenos CEDECH
[email protected]
www.premionacionaldeeducacion.blogspot.com