EE.UU asfixia, Chile ciega: ¿Queremos ser billonarios realmente?

EE.UU asfixia, Chile ciega: ¿Queremos ser billonarios realmente?

09 Junio 2020

¿La respuesta del gobierno? Represión desmedida, muertes a manifestantes y total desconcierto de que el país está mal por culpa de ellos y sus salarios exagerados. 

Pablo Rebolledo >
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Pablo Rebolledo Bañados

Parto esta columna con una pregunta necesaria en estos tiempos de crisis económica, sanitaria y social: ¿El dinero soportará lo que queramos para vivir? El comercial de Loto que es transmitido en la cadena nacional de nuestro país nos dice que por un azar de la vida puedes tener la cantidad de dinero equivalente a la de los multiricachones para solucionar tus problemas. ¿La vista? Una playa afrodisiaca, miles de modelos en bikini, y en la picardía del chileno, un hombre clase media que no cumple con los canones de belleza del mercado, gritando alegremente “chao jefe”. ¿La cantidad de dinero que se gana cada uno? 12 mil seiscientos millones de pesos. ¿El salario del Presidente Piñera por mes? US$ 15.500.

Esto se convierte en una competencia, en una guerra de quien compra más boletos para hacerse de este premio que para Chile, un país donde el 1% más rico captura cerca del 17% de los ingresos fiscales, mientras que el 10% más rico percibe más del 50% de todos los ingresos, nos obliga a estar en una larga fila duradera de años para recibir un premio rebajado del 15% del monto por los impuestos. Entonces, mientras el reloj avanza, los encargados del gobierno siguen explotando y privatizando hasta en tiempos de cuarentena, cuando más se necesita agua para el cuidado sanitario, donde se estima que cerca de 500 mil personas carecen de este vital recurso, mientras que organizaciones cifran entre 18 mil y 20 mil personas en situación de calle, no teniendo oportunidad de optar a estos recursos.

¿Esto es nuevo? Para nada, y cuando se le subió 30 pesos a una tarifa de metro que ya condenaba y ponía en duda la distribución del dinero, pues todo estalló de manera abrupta. La desigualdad de años, donde la pobreza siempre es retratada de una manera romántica, donde tener tres trabajos y jubilación es una historia de superación. Todo colmó el vaso. ¿La respuesta del gobierno? Represión desmedida, muertes a manifestantes y total desconcierto de que el país está mal por culpa de ellos y sus salarios exagerados. Hace unos días atrás se logró firmar una ley en la cual ya no podría haber reelección de los alcaldes y municipios que llevan años en el poder, pero ¿qué se saca con eso si lo más posible es que busquen cargos en otros lados del sistema para seguir ganando?

La gente indignada salió a las calles en busca de algo esencial y básico durante los acontecimientos ocurridos en octubre del año pasado, por una vida digna en la cual puedan crecer, estudiar, formar y así poder vivir el resto de su estancia de manera tranquila y sin preocupaciones, solamente pidiendo que de una vez por todas haya una igualdad en sueldos. Pero así mismo van cortando las instancias culturales, deportivas y recreativas, porque nos han metido en la cabeza que ser de terno y corbata nos llevará a lograr vivir dignamente. Ahora, tener influencia en los medios, cosa que puede ser utilizada de manera positiva y negativa, podría enclarecer y dar más soluciones, pero como es conveniente, ahora Karol Dance, ex rostro de Yingo e hijo de una generación pasada que dijo que, con picardía y contactos puedes hacer todo, ahora es apuntado como que estafa a gente inocente sin recursos con estafas piramidales, aun insistiendo en que no lo es y así cagarse a más personas para lograr tener un capital. ¿Es eso lo que queremos? ¿Pisar a los demás a costa de todo para llegar a ser igual de egoístas con la “torta” en el poder?

Lo que pasó hace unos días en EE.UU con la muerte de George Floyd va de la mano. Cuando solamente se pretende exigir dignidad y trato igualitario para derechos tan básicos, pues allá los asfixian por ser de otro color de piel, por asumir que ellos estarán siempre dentro de los guetos más violentos, solamente porque a ellos les sirve para mantenerse a tope. Este sistema no soporta más, gente ahora que se quiebra la cabeza y su salud mental se deteriora porque en su lugar de descanso les obligan a seguir produciendo. A otros, simplemente los obligan a trabajar y a no recibir sueldos, porque bueno “las empresas grandes están en crisis”. 

Finalmente, nuestras exigencias son cegadas con represión, ejemplo claro es lo que ocurrió con Gustavo Gática cuando perdió ambos ojos al estar registrando y mostrando al mundo lo que en el país estaba ocurriendo de manera abrupta. En EE.UU la consigna de la asfixia es constante, gritan “no puedo respirar” en las calles por la injusta muerte de Floyd bajo las manos de una policía, que desde los hechos ocurridos con Rodney King en 1992 (y mucho más atrás con el asesinato de Martin Luther King en 1969, días antes de la firma de los Derechos Civiles) ya no daba para más. 

Bajo esas circunstancias y problemas ¿Realmente queremos ser billonarios?