El olvido del Mercado Municipal de Viña del Mar

El olvido del Mercado Municipal de Viña del Mar

09 Abril 2018

El Mercado genera vida de barrio, comunidad, reactivación económica, gastronomía, idiosincracia viñamarina más allá del Casino y de la tribuna preferencial del Sausalito. Pero no vemos el Mercado Municipal en los comerciales del Festival de Viña, como sí al Reloj de Flores. 

Oscar Aspillaga P. >
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Hay que aprovechar las ocasiones, sobre todo cuando la planta de revisión técnica está cerca de un lugar como el Mercado Municipal de Viña del Mar.

Hace ya varios años que es una especie de ritual: esperar la revisión del auto para aprovechar de ir al Mercado y degustar algún tentempié. Cuando voy temprano, la paila de huevo frito con batido es una máxima. Lo distinto es que el huevo no te lo pasan revuelto, así que es cosa de poner el huevo frito completo dentro del pan y dejar que la yema haga lo suyo. Un descubrimiento de esos que se repiten en la casa. 

Este año fui a la hora de almuerzo, por lo que que una cazuela asoma como una buena idea. El local se llama Los Cari y es uno de los pocos lugares donde venden almuerzos. Es chico y la cocina es parte importante del espacio disponible. Afuera también tiene algunas mesas. 

Tengo que reconocer que venía un poco dañado de la noche anterior, donde asistí a la espectacular cata de piscos del Bar Ritual, así que esta cazuela fue lo mejor que me podría haber pasado. Si bien uno a veces espera un pedazo de carne y choclo más grande, la verdad es que la relación precio calidad es muy buena. Obviamente con pan con pebre y ensalada de entrada.

Mientras esta cazuela de Los Cari reactiva mis sentidos, pienso en el Mercado de Viña. Desde hace años que no se nota ningún cambio en este lugar ni en los alrededores. No es que todo necesite cambiar, pero como que no se nota que este Mercado o el lugar donde está sea de algún interés para las autoridades, como por ejemplo, sí lo es el Reloj de Flores. Ahí se puede quizás notar la mentalidad que impera en el municipio.

Por un lado, el Reloj de Flores es algo estático, no da empleo, no genera valor, es pura imagen pasajera, para la selfie. Por otro lado, el Mercado Municipal genera vida de barrio, comunidad, reactivación económica, gastronomía, idiosincracia viñamarina más allá del Casino y de la tribuna preferencial del Sausalito. Pero no vemos el Mercado Municipal en los comerciales del Festival de Viña, como sí al Reloj de Flores. ¿Por qué?

Sin embargo, a la vez pienso que mejor que se quede así como está, los cambios que se impulsan desde el Municipio a veces no son los más acertados. ¿Levantar edificios de 30 pisos cerca del Mercado? Es posible. ¿Poner un centro comercial con esas cadenas de "cafés" internacionales? Lo más probable. ¿Queremos que el Mercado siga así? Tal vez sí, entonces.

Qué dilema.