[Especial #8M] El Feminismo como lucha consecuente

[Especial #8M] El Feminismo como lucha consecuente

08 Marzo 2019

Una mujer puede ser libre, tener igualdad de derechos, solo en un mundo de trabajo socializado, de armonía y justicia.

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Por Marcela Espinoza Silva

Vicepresidenta de la Mujer y la Equidad de Género

Partido Socialista de Chile Región de Valparaíso

El miedo a la contradicción parecía algo lejano hasta esta “nueva era política” mundial, es extraño que las personas se contradigan de sus propias acciones o reflexiones, debido a que el resultado para quienes las rodean es la desconfianza. ¿Quién puede confiar en alguien que dice algo y hace todo lo contrario? Pero observemos un momento, ¿no pasa esto todo el tiempo? Se dicen cosas contradictorias, la mayoría lo hace, pero teme hacerlo para no quedar mal, pero de todas formas lo hace.

Todos los años, en la Conmemoración del Día Internacional de la Mujer, renace, con mayor ahínco, la necesidad de mostrarle al mundo nuestras demandas, que ya desde el S.XVIII marcaron el rol de las mujeres en el movimiento obrero, las huelgas y la cuestión social, y que tomaron fuerza con las denominadas Olas Feministas, y la otrora actual, Huelga Feminista, a la cual, hemos convocado con fuerza.

He escuchado como la derecha chilena, presa de ese afán mediático twittero, ha declarado ser feminista. Acá, el ejemplo claro de la contradicción sin vergüenza alguna, sin temor, ni pudor, que señalase al comienzo. De todas formas, es el perfecto escenario para que hablemos de la incomprensión teórica del conservadurismo y liberalismo chileno, de lo que es propiamente el feminismo.

Una característica esencial, se funda en la SUBORDINACIÓN de la mujer, donde se esconden factores económicos, políticos, sociales y culturales específicos, que determinan dicha característica. Como auténtico movimiento solidario, tiene un recorrido histórico consecuente, y por eso se define esencialmente anticapitalista y antipatriarcal; por ser el primero, el sustento de la estructura social y económica que nos reprime; y el segundo, por ser el brazo ejecutor del sistema.

En el marco del mundo capitalista actual, se lleva la discusión, a que las mujeres podamos “liberarnos”, a jugar futbol, al igual que los hombres, a hacer las mismas actividades; esa es la caricatura liberal que encabeza la actual Ministra de la Mujer, Isabel Plá Jarufe, quien además, realizó un llamado a no participar de la huelga feminista. ¿A alguien le sorprende que una agente del sistema se resista?

Entre tanto tironeo feminista, que suele confundir a ratos (y claramente es parte de la estrategia hacerlo), nos preguntamos, ¿qué lucha es la que debemos dar entonces?, ¿qué los colores sean unisex? No, tenemos que darla contra todo lo que atente contra la clase trabajadora, contra quienes concentran el PIB del país, contra quienes se coluden para subirnos los precios, contra quienes impiden tener una nueva constitución o un nuevo código del trabajo, contra quienes su codicia no tiene límites y esconden la explotación humana cómo su razón de existencia. Todo contra lo que las mujeres trabajadoras hemos experimentado durante nuestra existencia: precarización, explotación, marginación, bajos salarios y pobreza laboral.

Una mujer puede ser libre, tener igualdad de derechos, solo en un mundo de trabajo socializado, de armonía y justicia. Por eso, en el marco de dignificar el ejercicio político, en diferenciar los medios disponibles y los fines, y por el respeto a las ideas que nos identifican, digamos fuerte y claro: señora Jacqueline Van Rysselberghe Herrera, su partido, sus simpatizantes, su conglomerado y Ud., NO SON FEMINISTAS.

Foto: Huawei / Agencia Uno