“Fortalecer la profesión docente apunta al corazón de la calidad en el sistema educativo”

“Fortalecer la profesión docente apunta al corazón de la calidad en el sistema educativo”

21 Junio 2015

Así opinó en entrevista con Universia, Horacio Walker, decano de la Facultad de Educación de la Universidad Diego Portales.

José Ugarte >
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Horacio Walker es doctor en Educación de la Universidad de Toronto, Canadá y después de Portland, Estados Unidos. Sus áreas principales de investigación son la formación de profesores y la efectividad escolar. Walker fue coordinador nacional de Curriculum en el Ministerio de Educación, director de estudios de la Bernard van Leer Foundation en Holanda e investigador asociado en el Intercultural Center for Research in Education en Boston.

En la presente entrevista con Universia, el decano de la Facultad de Educación de la Universidad Diego Portales, analiza, entre otros temas, el por qué los docentes cumplen un papel clave en todo sistema de enseñanza que aspire a la calidad y la inclusión de nuevas metodologías en la educación.

-¿De qué manera influye el papel del docente en la educación de calidad?

-La calidad de los sistemas educativos está a la altura de la calidad de sus docentes. Esta es la consistente conclusión de variados estudios en diversas partes del mundo que demuestran empíricamente que el factor más importante en los logros de aprendizaje, es el docente, descontando por cierto, la influencia de la familia. Por lo tanto, debe ser prioridad de cualquier política pública el establecer medidas para seleccionar cuidadosamente a quienes ingresan a la profesión, ofrecerles una formación inicial de calidad y luego apoyarlos para un desarrollo profesional que les permita actualizarse en forma continua y contar con las condiciones necesarias que requiere el buen ejercicio de esta compleja profesión.

-¿Cuáles son las tendencias en metodología de enseñanza y aprendizaje actualmente? ¿Qué tanto cree que evolucionarán en 5 o 10 años?

-Las metodologías de aula han ido gradualmente evolucionando en varios frentes. Quisiera destacar cinco tendencias que se aprecian en los mejores colegios y sistemas educativos. En primer lugar, unfoco más claro en el estudiante y en su aprendizaje. En este sentido es muy importante definir con más precisión el tipo de logros que se espera obtener, y cómo los alumnos aprenden a distintas edades diferentes materias, identificando los errores más frecuentes que cometen de manera de poder anticiparse a los problemas que se presentan en el aula. En segundo lugar, el aprendizaje se ha volcado más interdisciplinario. En los buenos colegios las clases de lenguaje están interrelacionadas con las ciencias sociales, y las de matemática, con las ciencias naturales, por dar algunos ejemplos, ofreciendo al estudiante una visión más integrada de las distintas disciplinas, como ocurre en la realidad de todos los días. En tercer lugar, se aprecia una tendencia hacia el desarrollo de competencias transversales, denominadas competencias del siglo XXI que incluyen habilidades para trabajar en equipo, para resolver problemas, conflictos, entre otras. Los buenos colegios han sido capaces de transversalizar este tipo de competencias, las que se enseñan y se evalúan consistentemente en distintos tipos de asignaturas. En cuarto lugar, se aprecia una clara tendencia hacia la inclusión de todos los estudiantes en el proceso educativo, considerando la diversidad como un recurso y una oportunidad formativa de grandes beneficios. Desde el punto de vista de la docencia esto supone realizar una planificación diferenciada de manera de considerar distintos niveles de desafío en las actividades que el profesor propone a los estudiantes, que motiven el aprendizaje de niños y niñas o jóvenes en situaciones diferentes. Una quinta tendencia, es el uso de tecnologías de información como un recurso y medio para aprender a buscar y a procesar información y para trabajar en equipo y en red para producir conocimiento.

-¿Cuáles son algunas barreras a las que se enfrentan estas nuevas metodologías para su implementación en el país?

-Algunas barreras son de tipo cultural en el sentido en que heredamos una cierta visión tradicional de la educación que pone todavía mayor énfasis en el profesor que en los estudiantes, y en la enseñanza que en el aprendizaje y que mantiene bajas expectativas de los niños, niñas y jóvenes que provienen de sectores vulnerables o que presenten alguna diferencia que los haga ser percibidos fuera de la norma. Estas representaciones de la docencia están sin duda influidas por los modelos que los maestros han aprendido durante su propia vida escolar de quienes fueron sus profesores y que luego muchas veces refuerzan durante su formación inicial docente. Luego, estos mismos modelos son lo que continúan reproduciéndose durante su propia vida profesional.

También destacaría como barrera las condiciones en que muchos docentes ejercitan la profesión, teniendo muy poco tiempo fuera del aula para planificar adecuadamente y para reflexionar en conjunto con sus pares y sus directivos, sobre la implementación de innovaciones y su impacto en el aprendizaje. Quebrar el círculo de la interacción tradicional entre profesor y estudiante y el de las bajas expectativas, requiere de políticas públicas con el foco puesto en la calidad docente.

-¿Los docentes son los principales responsables de su incorporación al uso de nuevas tecnologías o implementación de métodos de enseñanza?

-Me parece que todo profesional debe mantenerse informado, actualizado, en lectura permanente y en una disposición de cambio e innovación. Lo es especialmente para el profesor, por el alto impacto que tiene su desempeño en las personas. Sin embargo, es también responsabilidad del Estado impulsar políticas que mejoren la formación inicial docente y que incentiven el desarrollo profesional. Sin apoyos concretos, no es posible exigir a los docentes que mejoren sus prácticas.

-¿Qué medidas de sensibilización requieren los educadores para aplicar estas nuevas metodologías?

-Si uno revisa la experiencia comparada se pueden identificar algunas medidas que han dado buenos resultados. Entre estas se destacan tener tiempo en el horario escolar para trabajar fuera del aula, y contar con instancias para el aprendizaje entre pares y con los equipos directivos de manera de poder visibilizar buenas prácticas docentes, analizar muestras de desempeño de los estudiantes y revisar los instrumentos y resultados de evaluación. Desde el punto de vista de la política pública debe contarse con adecuados proyectos de carrera docente donde el desarrollo profesional se reconozca, de manera simbólica y monetaria. El mérito de un buen proyecto de carrera docente es crear una cultura con énfasis en las buenas prácticas y no en las debilidades del maestro y con un adecuado equilibrio entre la presión al cambio y la mejora y el apoyo para que esto pueda realizarse.

-¿Cuáles son las principales aptitudes/competencias que deberá tener el docente del futuro, pero que no necesitaba hace 20 años?

-El aula del futuro, de hecho ya en algunos lugares está ocurriendo, incluirá a más estudiantes con necesidades educativas especiales, transitorias y permanentes, productos de las políticas de inclusión que crecientemente están promoviendo los gobiernos. El educador deberá saber cómo planificar actividades para distinto tipo de alumnos y deberá ser capaz de trabajar en equipo con docentes de educación diferencial o educación especial, para asegurar una real inclusión.

El aula del futuro tendrá alumnos cada vez más empoderados para visibilizar sus diferencias. Estos estudiantes y sus familias tendrán la expectativa de no ser discriminados por el docente, sean estas diferencias asociadas a grupo étnico, raza, género u orientación sexual. El pedagogo deberá poner de lado sus propios prejuicios y tener una actitud profesional para valorar debidamente a todos sus estudiantes por igual.

El aula del futuro tendrá estudiantes cada vez más presionados por lograr aprendizajes y desarrollar competencias que necesitarán para insertarse en la educación superior y obtener un empleo.

Las situaciones esbozadas apuntan al desarrollo de aptitudes y capacidades docentes complejas tanto en el ámbito valórico y cultural como en su capacidad profesional para generar los aprendizajes que la sociedad del futuro requerirá para la inserción social y laboral de los jóvenes.

-¿Qué cambios y en cuánto tiempo se tendrían que realizar, para evitar un rezago educativo en las nuevas generaciones?

-Algunos cambios son indispensables y deben ser abordados por las políticas educacionales. El primero necesario es fortalecer la profesión docente, lo que apunta en el corazón de la calidad. Al respecto se requiere elevar la valoración social de la profesión, por medio de incrementar los niveles de remuneraciones y estándares de desempeño. Esto implica mejorar la selectividad de quiénes ingresan a la profesión, vincular los aumentos salariales al desempeño profesional y montar un efectivo sistema de formación docente articulado con uno de desarrollo profesional. Asimismo, se requiere profesionalizar el cuerpo directivo de los colegios y poner el acento en un liderazgo que tenga como foco el aprendizaje de los estudiantes, el trabajo en equipo entre los docentes y la promoción de comunidades de aprendizaje con un fuerte componente de desarrollo profesional.