La Constitución de Todos: Sobre el Consejo Ciudadano de Observadores para el Proceso Constituyente

10 Diciembre 2015

Con este Consejo, se busca que en los diálogos comunales, provinciales y regionales del Proceso Constituyente participe libremente toda la ciudadanía, sin que el gobierno pueda ejercer presiones, pero también sin que el resultado del trabajo sea meramente un debate entre políticos.

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El miércoles pasado, la Presidenta Michelle Bachelet reactivó el denominado Proceso Constituyente con el nombramiento de los integrantes del consejo que tiene por objeto velar por la adecuada realización y transparencia de los diálogos ciudadanos, base esencial del camino hacia una nueva Constitución. Este consejo estará presidido por el abogado constitucionalista Patricio Zapata (DC) y se encuentra integrado por representantes de distintas tendencias políticas, como también por distintos sectores de la sociedad civil, abarcando desde la academia y la política hasta sectores poco considerados como el deporte y la cultura.

Si bien la forma de operar de este consejo aún se encuentra en discusión por sus integrantes, esta instancia, de acuerdo a lo expresado por la presidencia como también por el cronograma del Proceso Constituyente, más que un órgano consultivo, es un ente fiscalizador del proceso. Se busca que en los diálogos comunales, provinciales y regionales participe libremente toda la ciudadanía, sin que el gobierno pueda ejercer presiones, pero también sin que el resultado del trabajo sea meramente un debate entre políticos. Por ello es que resulta importante el rol que cumplan los consejeros no-oficialistas, quienes no necesariamente están de acuerdo con una nueva Constitución, pero sí que la decisión que se tome sea de la ciudadanía en base a información libre.

Son naturales las dudas que puedan surgir de este Consejo. ¿Supervisarán la etapa de educación cívica que ha propuesto el gobierno? ¿Cómo lograrán desplegar su tarea en las distintas regiones, considerando que la mayoría de sus integrantes viven en Santiago? ¿Tendrán espacio para hacer activismo a favor de sus propias posturas? Lo más importante, ¿tendrán algún grado de decisión en el resultado de todos los diálogos ciudadanos? Esperemos que éstas y otras preguntas acerca de su naturaleza observadora sean respondidas en el curso de su trabajo.

Sobre el Consejo en sí, resulta rescatable la señal que ha dado el gobierno de buscar desde su primera etapa que, de promulgarse una nueva Constitución, ésta sea viva imagen de la diversidad de la ciudadanía chilena, habiendo personas de origen indígena, mujeres, empresarios y destacados académicos de distintas filosofías. Sin embargo, considerando que este Consejo es de confianza presidencial, no queda clara la independencia que éste tenga respecto del gobierno, sobre todo en caso que fiscalice la entrega de información que éste efectuará a través de la educación cívica.

Independientemente del rol que adopte el Consejo Ciudadano de Observadores, las señales emitidas por el gobierno indican que los pasos a seguir se enmarcarán en lo contemplado por la actual Constitución en materia de reforma. En otras palabras, el trabajo de transparencia que el Consejo realice tendrá por finalidad un informe que le plantee al Congreso Nacional como iniciativa presidencial una reforma parcial o total de la carta fundamental. Por esto, resulta más importante la relación que los ciudadanos tengan con sus representantes legislativos que la participación en esta etapa del Proceso Constituyente.

Los invitamos a informarse y participar del debate sobre éste y otros temas de interés constitucional en www.laconstituciondetodos.cl 

 

Roberto Sagredo Kraunik

La Constitución de Todos

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