En estos días en nuestra ciudad la temperatura fue un poco mayor a las registradas desde el inicio de la primavera, y como es lógico y habitual en nuestra ciudad, se generó un incendio forestal que nuevamente puso a todos los organismos en estado de alerta. Los cacareos y las fotos para campaña no se hicieron esperar; sin embargo estas “preocupadas” reacciones no se condicen con la respuesta de nuestras “autoridades” que al parecer gustan más de los boleros de Luis Miguel, que preocuparse por resolver y minimizar el riesgo de otro incendio como el último que arrasó con más de 3.500 viviendas.

La mayoría de los porteños cree que las plantaciones que existen tanto en la meseta de la ciudad como en sus cerros son bosques. Y la verdad que la mayoría de esos árboles son plantaciones exóticas que nada tienen que ver con nuestros bosques nativos: los pinos y los eucaliptus son especies que no pertenecen a nuestra flora local.

Ahora dirán que me puse ecologista… bueno, si un poco, pero básicamente por dos razones: para argumentar e informar con fundamento. En esta lógica resulta clave saber que según estudios, cada eucalipto consume 60 litros de agua y por tanto resecan el ambiente ; además, es una especie altamente combustible, dado el gran número de plantaciones existentes tanto en la meseta, como también en las quebradas y cerros.

Sumado a esto, la humedad de la ciudad ha tenido una variación de al menos un 10%. Hace más de dos décadas la humedad promedio de nuestra ciudad era de 80%, hoy el promedio alcanza a un 70%. La elevación de las temperaturas producto del calentamiento global, ha provocado que en algunas ocasiones, la humedad llegue a 20%, elevando peligrosamente el riesgo de incendio ;una chispa, un pucho mal apagado, un asado, una faena de soldadura o como mencionó el último informe de bomberos, la participación (involuntaria creo) de dos pájaros (calientes me imagino), pueden generar uno o más mega incendios, como los ocurridos en los últimos años.

A través del Consejo de organizaciones de la Sociedad Civil de la Comuna de Valparaíso (COSOC) propusimos al Concejo Municipal sacar la resolución de talar esas plantaciones, la cual fue aprobada por unanimidad, pese a ello, hasta el día de hoy esa medida no se ha llevado a efecto.

Es de esperar que ahora que se inicia la temporada de incendios, el municipio en coordinación con otros organismos del Estado, hagan el esfuerzo y logren ponerse de acuerdo para hacer “ lo que se debe hacer”. No bastará con que ,al igual que en otras ocasiones, una vez ocurrida la tragedia se echen la culpa unos a otros, y al final nuevamente sean dos pájaros los responsables de dejar sin viviendas a los más pobres de la ciudad.