Los riesgos del apendicitis: Mira acá los síntomas y para que sirve el apéndice

Los riesgos del apendicitis: Mira acá los síntomas y para que sirve el apéndice

14 Octubre 2017

Existen una serie de estudios que han tratado de identificar los síntomas clásicos de la apendicitis. 

El Martutino >
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Muchas personas la confunden con un dolor de estómago, porque las primeras señales generalmente se manifiestan con ese malestar. Sin embargo, podría tratarse de apendicitis, una patología que afecta a un gran porcentaje de chilenos y que, de no tomarse las precauciones necesarias, puede desencadenar la muerte. El jefe de Urgencia de Clínica Vespucio, Dr. Franco Utili, explica por qué es importante detectar una apendicitis a tiempo, cómo se diagnostica y cuáles son las señales de alerta.

El apéndice es un órgano que está adosado a la pared del intestino grueso. Muchas veces, en él quedan atascadas pequeñas estructuras como hollejos o pepas de uvas, cuya acumulación puede generar una inflamación llamada apendicitis. El especialista  cuenta que, hasta la fecha, un 1% de los pacientes que han llegado al Servicio de Urgencia padecen esta patología. “La gente llega con una serie de mitos, cuando le duele una pierna, siente náuseas o tiene vómitos piensa que puede tener esta condición”, afirma el urgenciólogo.

Síntomas

Existen una serie de estudios que han tratado de identificar los síntomas clásicos de la apendicitis. Desde el punto de vista médico, la manera tradicional de reconocer la enfermedad es un examen físico en el cual se aprieta y suelta el abdomen para comprobar si el paciente siente dolor ante el efecto rebote. “No existe ninguna prueba que sea específica para detectar esta patología, más que realizar un scanner de abdomen y pelvis que tiene la sensibilidad necesaria para confirmar que hay un apéndice inflamado”, expone el especialista. Este examen tiene una serie de riesgos. Además de ser costoso, “la radiación que genera un scanner es equivalente a 140 radiografías de tórax”, compara el Dr. Utili, quien también aclara que sólo en casos de niños y personas delgadas es eficiente una ecografía.

Además, en la mayoría de los casos la apendicitis se manifiesta primero como un dolor sobre el ombligo que después se desplaza hacia el sector inferior derecho del abdomen. “Sobre un 70% de las personas que tienen apendicitis parten con un dolor epigástrico, que es un dolor sordo, cansado y molesto, que la persona lo puede asociar con una gastritis. Después ese dolor desaparece y se va posicionando en la zona de la fosa iliaca derecha”, describe el especialista de Clínica Vespucio.

Riesgos de la enfermedad

Existe la opción de tratar la apendicitis con antibióticos, pero “las complicaciones son peores cuando éstos no funcionan, además de que finalmente se debe realizar una operación de todas formas”, explica el especialista. El mayor peligro de la patología es que la cirugía debe ser de urgencia, ojalá antes de las primeras 24 horas, para evitar que se perfore el apéndice y se desarrolle una peritonitis. Como explica el jefe de Urgencia de Clínica Vespucio, “a diferencia de una operación planificada con anticipación, en una intervención de urgencia el paciente puede estar resfriado, por ejemplo, lo cual implica un riesgo adicional”.

Al mismo tiempo, a pesar de que esta patología se manifiesta con mayor frecuencia en menores de 30 años, existen excepciones y puede afectar también a adultos mayores o embarazadas. En ellas cambia la fisiología de la enfermedad y el dolor está en relación al tamaño del útero, lo cual dificulta su diagnóstico.

¿Tiene alguna función el apéndice?

Por lo general, se entiende que el apéndice no tiene una tarea específica en el cuerpo y, en el pasado, ante la posibilidad de no tener acceso a la cirugía de urgencia, algunas personas se operaban preventivamente. Sin embargo, cada cierto tiempo surgen investigaciones que estipulan lo contrario. El Dr. Utili explica que el apéndice podría tener las mismas funciones que la Bursa de Fabricius, órgano que tienen los pájaros y sirve para discriminar entre células propias y ajenas. “Cada célula tiene un código de barra con el cual las reconozco como mías y todo lo que no tenga ese código de barra es célula extraña, por lo tanto se ataca”, explica el especialista.