OPINIÓN: El panorama desolador de Santiago Wanderers

OPINIÓN: El panorama desolador de Santiago Wanderers

25 Enero 2017

El Presidente de la Corporación del Decano analiza lo que viene este año 2017.

Corresponsal El... >
authenticated user Corresponsal Corresponsal Invitado

Por Mario Oyer Labbé
Presidente
Corporación Santiago Wanderers

Mientras escribo esta columna, imagino a Miguel desgastándose la yema de los dedos contra las teclas de su calculadora, haciendo hervir sus neuronas para hacer calzar las cuentas que le permitan a fin de mes decirle a su patrón Nicolás Ibáñez Scott que ha cumplido su misión. Mal que mal, Bejide fue nombrado para hacer lo que antes no pudo José Mendoza: intervenir Santiago Wanderers apretando al máximo el cinturón, para que a Ibáñez no se le escape un solo peso más.

En esa línea se entiende que la "política de refuerzos" implementada para este 2017 no sea otra que traer al Decano lo que botó la ola, sin abrir mucho la billetera. Seguramente Miguel pensará que ha sido generoso, pues en un comienzo se negaba a la llegada de cualquier nueva incorporación, pero lo cierto es que José Luis Muñoz no tenía cabida hace rato en la Universidad Católica y Luis Pavez no jugaba desde Mayo del 2016 un partido oficial en Colo Colo. Luis "Larry" Valenzuela, por su parte, persigue su revancha en primera, tras no lograr afirmarse en Cobresal y O'Higgins y caer a la segunda profesional para defender los colores de Deportes Melipilla. Si bien les deseamos el mayor de los éxitos, claramente los tres vienen a Valparaíso por objetivos personales más que por el compromiso con un proyecto deportivo, pues en Wanderers esto último no existe.

Hay que hacer notar que las decisiones sobre los nuevos nombres que se suman al escueto plantel verde son tomadas cada vez por menos personas. La salida de Luis Alberto Landman del Directorio de la S.A.D.P. puso en evidencia de que en la Concesionaria todo pasa por Bejide. Como un "10" comilón, el ex División de Comunicación Social (DINACOS) - organismo creado por la Dictadura - hace y deshace a su completa voluntad en las oficinas de Estación Puerto. Así las cosas, decir que las definiciones sobre el futuro del fútbol profesional en Wanderers se toman entre cuatro paredes puede hasta ser demasiado generosa.

El panorama resulta más desolador cuando entendemos que esas determinaciones pasan por gente que sólo entiende de números, pero que de fútbol con suerte sabe que se juega con once por lado. Ni hablar de pedirles que comprendan de la pasión que produce un Club, de la identidad, sentido de pertenencia y vínculo con el territorio que es capaz de generar y de todo el capital social que hay tras éste. Peras al olmo, pues no son parte de los nuestros ni por colores, ni por clase, por lo que ni el mejor profesor del mundo podría hacer que estas cuestiones permearan sus cabezas donde sólo caben balances, gráficos y libros contables.

Es aquí, sin embargo, donde surge la necesidad de hacernos una pregunta clave: "¿por qué no podemos dirigir el Club nosotros?"

Sé que ante este cuestionamiento chillarán los defensores del modelo, pero pongamos las cosas en perspectiva. Si la Concesionaria no invierte ningún peso más que los ingresos que entran a sus arcas, y éstos son fundamentalmente los que proporciona el CDF, cuya gestión y superávit en nada depende de las Sociedades Anónimas, ¿entonces cuál es realmente el aporte de Wanderers S.A.D.P.? La respuesta es fácil: ninguno.

Sin embargo, una administración de la rama fútbol profesional por parte de las socias y socios a través de la Corporación Wanderers supone diferencias ostensibles respecto a nuestra realidad actual, especialmente en la forma de construir el Club. Es cierto que esto no asegura necesariamente el éxito deportivo, ni institucional, ni económico, pero si permite que los aciertos y errores efectivamente sean nuestros. Así, si nos equivocamos lo haremos entre todos y entre todos intentaremos enmendar el rumbo, sintiendo el destino del Club como algo propio.

Por lo demás, somos finalmente nosotros, los socios e hinchas caturros, los que sufrimos las consecuencias de las malas campañas. Mientras a nosotros el descenso nos cala hasta los huesos y nos deja al borde de la terapia psicológica, para tipos como Miguel son una mera anécdota. Lo anterior no constituye una especulación, ni una forma de adornar icónicamente estas líneas, sino que se extrae de las propias declaraciones de Bejide quien hace algunos años no tuvo pudor para decir públicamente que "no me importa que Wanderers descienda".

Somos distintos, muy distintos. Nosotros, socios e hinchas, somos Wanderers. Ellos, Bejide y los suyos, los representantes de una empresa que nos administra de forma deficiente y que durante 9 años ha demostrado que la premisa de que un grupo de empresarios gobernará mejor un Club de fútbol profesional que lo que pueden hacerlo sus bases es falsa.

Es por eso que no sólo creemos que en un futuro no tan lejano podremos hacernos cargo del Club, sino que sostenemos que podemos hacerlo de una forma más justa, participativa y acorde a los valores que identifican a Wanderers. Sepan que para eso nos estamos preparando.