[OPINION] El Plan de descontaminación de Quintero, Puchuncaví y Concón

15 Enero 2019

El Plan de descontaminación de Quintero, Puchuncaví y Concón abre una ventana para que el Consejo de Ministros demuestre que estas políticas se generan con diálogos con las comunidades y no con imposiciones centralizadas.

El Martutino >
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Por Eduardo Pastén

El Convenio de Escazú, el cual Chile promovió desde su origen, pero que no firmó, reconoce entre otras cosas, el derecho de información, participación y justicia en temas ambientales. Es bueno resaltar esto, dado que el 14 de diciembre de 2018 culminó el plazo para la ciudadanía de Quintero, Puchuncaví y Concón hiciera observaciones al Anteproyecto “Plan de Prevención y Descontaminación Atmosférica”, correspondiente a estas comunas.

El anteproyecto en cuestión solo enfrenta lo relacionado con las normas de material particulado 2,5 y 10, siendo su intervención o regulación bastante limitada.

Es de público conocimiento que respecto de la comunidad internacional en materia ambiental, Chile posee escasa normativa de calidad de aire y su estándar están muy por debajo de lo recomendado por la OMS. Existe poca normativa que regule la exposición a metales pesados, sometiendo a la población a un alto riego. Esto factores sumados al otorgamiento desmedido de permisos de funcionamiento industrial en sectores aledaños a la población y a la falta de fiscalización de la autoridad, han contribuido que muchas comunidades a lo largo de Chile sean altamente castigadas ambientalmente. Es el caso de Quintero-Puchuncaví.

Ahora, frente a la escasez de instrumentos que reduzcan, regulen y fiscalicen, el cumplimiento de las normas de calidad del aire, esta instancia es valorable, porque lo anterior nos conducirá a elevar los estándares a unos más idóneos para la salud y el desarrollo pleno de las comunidades de la zona.

Este positivo ejercicio de participación ciudadana a propósito de este plan, se concretizó en talleres que generaron diálogos entre profesionales de la institución ambiental y vecinos/as del sector. Las más de 150 observaciones realizadas digitalmente, tanto por personas naturales como personas jurídicas, al parecer es un logro, por lo técnico del tema, pero además por el breve período que se abrió para realizarlas.

Esta consulta tendrá algún grado de legitimidad, o las personas participantes se sentirán protagonistas reales de este ejercicio, si sus consultas son respondidas fundadamente y consideradas sus propuestas, que el consolidado de Observaciones y Respuestas sea público y antes de la reunión del Consejo de Ministros para la Sustentabilidad y que las propuesta viables de ser ejecutadas sean parte del anteproyecto. Si algo así no sucede o si no cumple con lo esperado por la ciudadanía el rechazo social será inminente.

Es muy difícil concebir desarrollo sostenible sin participación ciudadana, con esta herramienta las comunidades buscan incidir, influenciar en decisiones que afectan directamente su calidad de vida. La participación ciudadana no es sólo la formalidad de enviar observaciones que podrían ser olvidadas, sino es una obligación, signo de sociedades modernas y también símbolo de nuestros tiempos.

El Plan de descontaminación de Quintero, Puchuncaví y Concón abre una ventana para que el Consejo de Ministros demuestre que estas políticas se generan con diálogos con las comunidades y no con imposiciones centralizadas.