[OPINION] Fuga de cruceros en Valparaíso: Las contradicciones y dudas que nos da EPV

[OPINION] Fuga de cruceros en Valparaíso: Las contradicciones y dudas que nos da EPV

09 Noviembre 2017

¿Cumplirá su promesa EPV de hacer el muelle exclusivo de cruceros -de aquí a dos años- si el 70% de los cruceros se fueron a San Antonio?

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Por Gonzalo Ilabaca

La empresa de cruceros Royal Carribean anunció que sus tres recaladas las hará en el puerto de San Antonio, dejando en total a Valparaíso con solo 12 recaladas para esta temporada de las 38 que tenía en la temporada 2015- 2016.

La fuga de cruceros a San Antonio tiene varios responsables, todos ellos hoy en día muy callados haciéndose los suecos sin asumir sus responsabilidades. Ya sabemos que el gatillante fueron los trabajadores portuarios y los concesionarios. Pero quien tiene la obligación de regularlos a todos y es su trabajo propiamente tal es la EPV. A la mala planificación -ya que recién después de esta debacle de los cruceros se piensa hacer el muelle de cruceros exclusivo, cuando llevamos años recibiendo cruceros y esta crisis se debiera haber previsto con anticipación-, a las malas cláusulas de contrato con sus concesionarios, se suma lo dicho por el Director de Turismo del Municipio porteño, Osvaldo Jara: las tarifas de uso portuario (TUP) que cobra EPV son cinco veces más alto que la tarifa del Puerto de San Antonio.

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Ese dinero se supone que entra a un fondo para tener aguas abrigadas, es decir, un molo de abrigo. ¿Dónde está ese fondo? ¿Dónde está ese molo de abrigo? ¿Cuánto dinero hay ahí recaudado? ¿Desde hace cuánto tiempo se cobra esa tarifa? Son preguntas que la EPV debería contestar. Para los simples ciudadanos "desinformados" solos nos queda esta respuesta: El origen del T2 (el peor de los diseños de EPV y el primero que intenta hacer en su Plan Portuario actual) se debe para aprovechar -según la propia EPV- "las ultimas aguas abrigadas". O sea, se cobra por acumular dinero para proteger aguas abrigadas y al mismo tiempo pretenden hacer el T2 que no necesita aguas abrigadas. Dirán que serán para las otras aguas abrigadas, las del T3 y T4.

Si el Puerto a Gran Escala se hace en otro lado (Puerto de San Antonio), quizás nunca se hagan el T3 y el T4 -es una duda plausible- entonces ese fondo no tiene sentido… ¿Pero en la realidad actual, qué tenemos? La fuga de cruceros a San Antonio, que sí ha demostrado que les interesa recibirlos con organización y tarifas bajas y queda la otra pregunta inquietante:

¿Cumplirá su promesa EPV de hacer el muelle exclusivo de cruceros -de aquí a dos años- si el 70% de los cruceros se fueron a San Antonio?

Ya el costo de hacerlo era arriesgado si vinieran el 100% de los cruceros porque se trata de un gasto no menor que solo se usa en la temporada de cruceros y no todo el año. ¿Va invertir el Estado en ese muelle? ¿Van invertir privados en ese muelle? El mismo Estado que pretende darle a Valparaíso el peor escenario para no invertir en Patrimonio, como es el T2, ya que el T2 dañará en forma irreversible el patrimonio de Valparaíso. Es por lo tanto “extraño” pretender hacer un muelle de cruceros si esos turistas vienen por una condición patrimonial de Valparaíso que desaparecerá.

Es decir, nos venden la ilusión de hacer un muelle exclusivo de cruceros, que no llegan, para turistas que vienen a una ciudad patrimonial y está la inminente realidad del T2 que destruirá para siempre esa condición de ciudad patrimonial... cito a Nicanor Parra: "En Valparaíso ni siquiera se cumple la Ley de la Selva".

Propuesta cándida de un ciudadano ¿Por qué no hacer el T4 primero?, gastar el dinero del TUP en hacer esas aguas abrigadas en San Mateo. Cambiar (negociar) la concesión a los australianos que vienen recién entrando del T2 para el T4. Hacer el muelle exclusivo de cruceros en la zona de Errázuriz y dejar toda la costanera abierta entre el Espigón y muelle Barón, con una zona exclusiva para los cruceros cuando ellos llegan y abierta a la comunidad todo el resto del año.

Así tendríamos crecimiento portuario en aguas abrigadas, los trabajadores portuarios mantendrían sus trabajos, los cruceros tendrían su muelle exclusivo, los turistas que vienen en ellos tendrían una ciudad patrimonial en desarrollo que visitar y los porteños tendríamos un espacio público de calidad que no tenemos. Tendríamos un desarrollo patrimonial que no tenemos y tendríamos una diversificación económica potente, nuestras calles estarían más limpias, nuestros edificios del barrio histórico más recuperados, los pescadores de la Sudamericana podrían volver a Valparaíso que, junto a los trabajadores del Dique (que mantendrían su posición actual, hoy en peligro) más la recuperación de deportes náuticos y espacios recreativos y de ocio harían que Valparaíso y su gente volvieran a recuperar su condición ciudad/mar privilegiada, condición diversa y rica que siempre tuvo cuando la actividad portuaria comercial permitía otros destinos y vocaciones y se relacionaba en forma armónica y dinámica con la ciudad.

¿Por qué no apostar por lo grande al Valparaíso del siglo XXI?