[OPINION] La guerra de la jibia pasa al campo político

[OPINION] La guerra de la jibia pasa al campo político

16 Mayo 2018

En nuestro país, los pescadores se combinaron con las industrias para superar la plaga. Fue así como en 2014 la exportación de filetes de jibia marcó 102.000 toneladas con 115 millones de dólares, valor que aumentó a 143 millones en 2017.

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Por Eduardo Reyes F.

La primera batalla se registró en mar abierto en el 2006, cuando una violenta invasión de jibias atacó los cardúmenes de merluza y destruyó artes de pesca en la costa de Chile. El gobierno debió entregar subsidios de cesantía a las caletas afectadas por el calamar gigante, cuya voracidad incluye canibalismo.

Se trata de un molusco que nada mediante un sistema de aspiración y expulsión del agua, estilo jet, hasta 400 metros de profundidad. La especie Dossidicus gigas tiene amplia distribución oceánica, desde California a Chile, y a pesar de su agresividad sustenta una provechosa pesquería en México y Perú.

En nuestro país, los pescadores se combinaron con las industrias para superar la plaga. Fue así como en 2014 la exportación de filetes de jibia marcó 102.000 toneladas con 115 millones de dólares, valor que aumentó a 143 millones en 2017.

El problema se trasladó últimamente a la Cámara de Diputados, donde se discute un proyecto que reserva la captura de jibia exclusivamente con lienza y anzuelo, prohibiendo las redes industriales. En tales condiciones el producto tiene mejor calidad, pero disminuye el beneficio de la industria, cuya ganancia está en las exportaciones, en tanto el consumo nacional es bastante bajo. En consecuencia, la exclusividad de la captura artesanal del calamar rojo abre un nuevo frente de combate en el Congreso.