Por Daniel Alejandro Morales Escudero, arquitecto y concejal de Valparaíso. 

La Ministra Gloria Hutt falta a la verdad, pues juega con las expectativas de los trabajadores portuarios prometiendo un imposible, como es la materialización del T2 y desgasta a la ciudadanía generando profundas divisiones en la comunidad porteña, las cuales se podrían salvar con un buen proyecto y con la verdad por delante.

El Way-Out -o cláusula de salida- no es más que el gran negociado de un proyecto que nació muerto. Con esta tercera extensión, TCVAL cumplirá casi 6 años parasitando de nuestra infraestructura portuaria que, salvo por la compra de un par de grúas usadas, no ha realizado ninguna inversión significativa.

Esto abre la puerta a nuevas eventuales acciones judiciales, puesto que de haber sabido que era tan fácil extender la cláusula de salida, muchas otras empresas con intereses afines se habrían presentado a la licitación inicial, sobre todo empresas nacionales, que a diferencia de OHL, no aplican malas prácticas para la adjudicación de proyectos.

Señora Ministra, los motivos no han sido las judicializaciones como usted afirma. Los motivos son técnicos y son los que hemos descrito insistentemente, ya que el proyecto no cuenta con acceso eficiente que permita la circulación de un camión por minuto, que es el equivalente al millón de Teus al año.

La mitad del terminal no cuenta con aguas abrigadas, que es algo fundamental para garantizar una operación eficiente. El informe de Isaza es una sentencia clara y directa sobre los impactos del proyecto en el patrimonio, de los cuales a la fecha no se han podido hacer cargo, dado que, al parecer, en el SEA estos temas no son relevantes, de momento que el CMN no participa del proceso de forma directa.

El Estado no se hace cargo de sus empresas públicas ni de la relación de sus concesionarios con el entorno, la calidad de vida, el medio ambiente, la economía local, ni mucho menos con la marisma operación portuaria ya que sólo les exige rentabilidad económica a cualquier precio.

Finalmente no olvidaremos las visitas que la Ministra realizó a las distintas Seremias de la zona, previa aprobación de la Comisión de Evaluación Ambiental, cooptando técnica y políticamente a los funcionarios públicos quienes deben actuar de manera objetiva y sin presiones de sus autoridades superiores.