Por Valeska Ponce Moreno

Comisión de Mujeres Valparaíso

Nuestro país frecuentemente es azotado por distintas catástrofes naturales, hoy sumamos las ambientales provocadas por el ser humano e intereses económicos.

Comúnmente se han visto vocerías masculinas, pero ¿qué pasa cuando una mujer realiza el mismo rol? El de representar a masas, movilizarse, exigir vivir en un lugar sin contaminación, luchar por sus derechos ¿por qué esto genera rechazo y desconfianza en ciertos sectores de la sociedad?

En la crisis sanitaria y medio ambiental que sigue ocurriendo en Quintero y Puchuncaví, una mujer embarazada salió a protestar y fue insultada cuestionando su rol de madre, por poner en riesgo la vida de su hijo ¿por qué ella no podría salir a manifestar su malestar, temor y rabia? Si lo vemos por tema de salud y el gran riesgo que se está viviendo, ninguna persona debería estar en esta zona.

Al analizar actualmente las llamadas Zonas de Sacrificio, coinciden en que son sociedades con menores ingresos y con una mayor desigualdad social, las que deben pagar los costos del desarrollo económico, en este caso el desarrollo de Chile.

Hoy como sociedad debemos tomar conciencia de la responsabilidad que tenemos, ya que nuestras exigencias en crecimiento y desarrollo son cada vez mayores, ¿estamos dispuestos a cambiar y reducir nuestra huella ambiental?

Las mujeres son y quieren ser agentes fundamentales de la transformación social en diferentes ámbitos y espacios. Muchas de las luchas han logrado relevancia y alcance global, en varias direcciones y donde feminismo como también ambientalismo convergen en un proceso de beneficio y crecimiento mutuo.

Hay ejemplos de movimientos internacionales como el del movimiento Chipko, en el que desde 1973 mujeres rurales del Noreste de la India, lucharon contra la explotación comercial de los bosques abrazándose a los árboles para evitar su tala. Otro ha sido el de Greenham Commons en Gran Bretaña contra el despliegue de misiles nucleares, en los años 80. Y así, en distintos lugares del mundo por diferentes causas y movimientos.

A pesar de vivir en un sistema patriarcal, cada día las mujeres hemos ido empoderándonos y asumiendo roles que antes eran impensados y que nunca deberían haber estado separados por género. Hoy nos vemos liderando movimientos sociales, ambientales, estudiantiles, entre otros. Nuestro reconocimiento es para todas aquellas que se han atrevido a levantar la voz, salir a la calle y seguir luchando a pesar de que muchos quisieran apagar esas voces.