Por Roberto Burgos, Consejero Regional

En las últimas semanas hemos sido espectadores de un conflicto en la industria portuaria local que ha perjudicado una actividad sumamente valiosa para la economía de Valparaíso.

La disputa entre trabajadores marítimos portuarios y dos empresas del sector (una estatal y otra privada), ha desembocado en una incomunicación perniciosa para avanzar en el diálogo y en el consenso, temas sumamente importantes para una comuna que necesita reactivar su crecimiento.

Producto de esto, la industria de cruceros y del turismo porteño se vio afectada por las medidas de presión ejecutadas por uno de los grupos en conflicto, de bloquear accesos y demorar así la atención de los turistas que cada temporada visitan la zona y que para esta estación están estimados por sobre las 100 mil personas.

La preocupación fue unánime y proveniente de distintos sectores. La razón es sencilla. Los cruceros son un rubro que tiene un alto valor económico para la ciudad y la Región, pues incentiva la industria turística, cultural, gastronómica, entre otras, cifrando en US$ 100 el gasto diario de un visitante que no pernocta. Pero también tiene un valor para la identidad de la ciudad, como polo marítimo portuario y capital del arte y la cultural. Y más preocupante aún fue oír la posibilidad de trasladar esta actividad a otro puerto o a Viña del Mar

Si bien aún su participación en el negocio portuario es muy menor respecto a los buques de carga, los cruceros son una oportunidad para potenciar aún más el turismo en la ciudad. Esfuerzos se han hecho, como contar con un moderno terminal de pasajeros único en la costa oeste. A Valparaíso ya le han quitado mucho, no permitamos que suceda lo mismo nuevamente.