Opinión: "Una Sociedad de la Confianza"

06 Agosto 2015

La confianza social se ha deteriorado. Existe un estado de incredulidad y sospecha hacia el poder.

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¿Puede un texto legal restablecer la confianza social?

¿Es posible que una nueva Constitución Política logre que nuestro país tenga un trazado común que nos conduzca a todos?

¿Puede una conversación intensa, de esas que no se olvidan, dejarnos como resultado un marco que sustente nuestros principios?

La confianza social se ha deteriorado. Existe un estado de incredulidad y sospecha hacia el poder.

Aquello no sólo se dirige hacia el poder formal de la política. Lo que está en entredicho hoy, cubre como un manto a todos quienes toman decisiones o tienen acceso a ellas, y en todos los ámbitos de la vida social.

No cabe duda que esto es evidentemente grave y perjudica, de paso - en la generalización -, a todas aquellas personas, organizaciones e iniciativas que trabajan en buena voluntad por el país, por una región, ciudad o barrio, por una causa o por un propósito.

Se escucha con cierta recurrencia ahora, que cada vez es más compleja la participación, que está menos orgánica, más liberada producto de las redes sociales y por lo tanto, menos articulada. Que las instituciones están cada vez más desconectadas y que no son verdaderas correas de transmisión entre las diversas capas de la sociedad.

Y qué decir de la representación ante la inmensa diversidad que asoma, donde cada uno se representa a sí mismo y pocos entregan parte de su libertad para hacer comunidad con otros y favorecer miradas mayores que hagan crecer el tejido de la sociedad. Sólo en las instituciones políticas se ha visto un nuevo modo de ser evaluado y se han debido extremar los acentos para cumplir con los mandatos respectivos, ya sea desde la ejecución políticas públicas o bien desde el mandato popular.

Por lo anterior, vale la pena volver a las preguntas del inicio y contestarlas con un sí consistente, pues en momentos en que la sociedad está en transición hay que “poner la pelota en el piso”, mirar el contexto y dibujar un camino. Una conversación larga entre los chilenos, mirando las cosas buenas y las que deben mejorar, buscando aquello que nos parece justo y posible a todos, persiguiendo un ideal de confianza que nos involucre y reconociendo que el mundo ha cambiado y debemos ajustar nuestra ley fundamental que ordena nuestra convivencia.

Una Constitución como pacto social, político, económico, ambiental y cultural, es un propósito que debe ser puesto en nuestra agenda, como una manera de fijar reglas que perduren por décadas, que nos estimulen, que nos protejan y que nos produzcan el legítimo orgullo de haber escrito entre todas las manos que somos, una síntesis de nosotros como país y lo que aspiramos para nuestra vida, la de nuestros hijos y de la comunidad a la que pertenecemos. 

Gonzalo Cowley

Director ejecutivo #TuConstitución (www.tuconstitucion.cl)