[OPINION] Valparaíso: ¿Negocio versus bien común general?

[OPINION] Valparaíso: ¿Negocio versus bien común general?

17 Octubre 2017

Las organizaciones sociales, los ciudadanos conscientes, no estamos en contra de las inmobiliarias, per se, sino por la forma depredadora que han asumido e impuesto de hacer su negocio, labor deshumanizada que al construir, paradójicamente, dañan y destruyen.

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Desde el Pacto Urbano La Matriz: Soledad Escrich Castillo

Etimológicamente NEGOCIO es la NEGación de OCIO, lo que en gran medida responde a la realidad, pero: ¿Porque el NEGOCIO debe ser NEGACION del BIEN COMUN GENERAL?

Al parecer una  forma de enfocar los negocios nacida en esta neo-cultura, generada desde la  visión económica del neoliberalismo, se ha impuesto y ha sido asumida por la mayoría de los empresarios chilenos. Vemos claramente, como ejemplo, el negocio inmobiliario, dónde deberían considerarse a lo menos tres estamentos para su gestión y  buen fin, a saber: Los ciudadanos, el medio ambiente  (entendido este como el cruce entre naturaleza y cultura o identidad local),  y lógicamente el empresario(a),  solo es considerado este último, el cual, además,  siempre intenta convencer(nos) de la bondad de su acción, mientras echan abajo árboles, destruyendo los pulmones de las ciudades, drenando, moviendo y matando flora y fauna local, construyendo torres en los cerros de nuestra ciudad, donde siempre han habido  casas que le dan esa identidad a nuestro Valparaíso, y como si esto fuera poco, construyen edificios y torres que parecen nichos de gran altura, sin ningún valor estético.

Para este tipo de  empresario, donde el negocio radica exclusivamente en sus ganancias personales, ha sido redondo, ya que han funcionado impunemente con la complicidad de algunas autoridades, invirtiendo poco en relación a sus ganancias económicas, pagando mal a sus trabajadores y destruyendo todo aquello que ha sido hecho a escala humana y sobre todo pasando máquina, literalmente a nuestro entorno.

“El neoliberalismo transformó el mundo en un gran negocio…” “La esencia del neoliberalismo descansa en la noción de que cualquier situación debe ser gestionada como si fuera un negocio; las metáforas, las métricas y las prácticas empresariales son aplicables a cualquier ámbito de nuestra vida” (Ben Tarnoff) . Este autor plantea u observa que hasta la vida privada se ha convertido en un negocio.

Nicolás Ibáñez, dueño del Parque Pumpín, planteó hace unos días que la acción del municipio porteño actual está “desligada del sentido común”, por lo expresado al respecto por el alcalde actual y las acciones que se llevan a cabo para impedir que se construyan torres en este Parque. Una se pregunta entonces: ¿A que sentido común se refiere?

¿Al sentido común de él mismo, de algunos otros empresarios, al del ciudadano desinformado o desesperado por trabajo? Hablar de sentido común, en este caso, es una forma de parapetarse en palabras que poco se condicen con la realidad de querer construir 22 edificios-torres en uno de los pocos pulmones que quedan en esta ciudad, como lo es el Parque Pumpín

Las organizaciones sociales, los ciudadanos conscientes, no estamos en contra de las inmobiliarias, per se, sino por la forma depredadora que han asumido e impuesto de hacer su negocio, labor deshumanizada que al construir, paradójicamente, dañan y destruyen.

Desde otra mirada, que involucra lo humano y sus múltiples necesidades y posibilidades, un buen negocio bien podría ser una forma de cooperación entre el empresariado, el medio ambiente y la ciudadanía, Un negocio donde todos ganáramos,  potenciando la satisfacción de cada una de las partes involucradas.

Sería interesante y esperanzador que los empresarios chilenos, pudiesen sensibilizarse frente al deterioro de la naturaleza, el deterioro de las relaciones de trabajo, el deterioro de las confianzas, de la ética y estética de las ciudades, y se inclinaran por entender el negocio como colaboración entre partes, donde todos ganan, para esto se requiere pensar con todo el ser y no solo con la mente, que tiende por condicionamiento al cálculo, pero,  sin calcular ni prever lo que esta fría forma de hacer las cosas está provocando en cada uno de nos-otros y en nuestras formas de vida, que  aunque ellos no lo consideren, también los involucra, al igual que a sus familias, aunque no vivan en esta ciudad. Lo local influye en lo nacional y  todo lo que hacemos, cada uno de nosotros  interviene  en las partes y  el todo.

Como Organización social, con vocación política, no partidaria, vamos a seguir, en este intento, de recuperar Valparaíso para nosotr@s l@s habitantes de esta ciudad, y sabemos que estamos en el camino de aportar en la construcción de una Alcaldía ciudadana, porque en el municipio porteño hay personas y autoridades que tienen la voluntad y la convicción para esto.