[OPINION] Valparaíso: ¿Puerto a la deriva?

18 Diciembre 2018

Ahora es el turno del nuevo gerente de EPV, Raimundo Cruzat, y, ¿por qué no?, del Presidente de la República, Sebastián Piñera, para buscar una salida rápida y razonada al conflicto que vaya más allá de la entrega de gift cards para Navidad.

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Por Hernán Castro Dávila (@hernancastro_)

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Ya llevamos un mes saliendo apurados del trabajo en Playa Ancha para no toparnos con el corte de tráfico y los tacos interminables producto de las protestas de los portuarios, quienes se parapetan en el emblemático Barrio Puerto para luchar con las Fuerzas Especiales de Carabineros.

No es primera vez que veo este sector de la ciudad sitiado. La primera vez fue allá a fines de los años 90, cuando a los gobiernos de la Concertación se les ocurrió la genial idea de descentralizar y licitar la gestión de los puertos chilenos, los que hasta 1997 eran administrados por la Empresa Portuaria de Chile (Emporchi). Esas eran batallas campales, donde una vez se nos ocurrió ir a hacer fotografías con un grupo de compañeros de la carrera de Periodismo.

Mala idea. Cuando trataba de retratar a un trabajador asomado a la ventana del Sindicato de Estibadores, este me apuntó con una honda. Al rato llegó carabineros disparando bombas lacrimógenas y terminamos subiendo como pudimos la escalera Cienfuegos para resguardarnos en la plaza del cerro Cordillera. Mientras, los portuarios agarraban lo que tenían a mano para tirarlo contra carabineros. Incluido un contenedor de basura escalera abajo.

Aquellas protestas no sirvieron de mucho, pues al final los puertos se licitaron igual. En Valparaíso, el trozo más grande de la torta, el Terminal 1, se lo llevó la empresa Terminal Pacífico Sur, vinculada a los dueños de Ultramar, la familia Von Appen.

Es contra esta empresa que los “trabajadores eventuales”, como los llaman ahora, están protestando.

Tras casi un mes de protesta, luego de una invitación del alcalde Jorge Sharp a conversar en una mesa de trabajo donde TPS no llegó, y luego de la salida del presidente de la Empresa Portuaria de Valparaíso (EPV), Raúl Celis (Para quien nunca hubo paro), finalmente TPS accedió a negociar. Su oferta: Un préstamo de $400.000 y una gift card de $150.000.

Curiosamente hace un año, el mismo gerente de EPV, Oliver Weinreich, celebraba que por primera vez el Terminal del Pacífico Sur había superado el millón de TEUS transferidos. En aquella ocasión dijo lo siguiente: "llevamos 17 años de operación continua gracias al diálogo permanente. Trabajamos por un objetivo común que es mantener la competitividad de Valparaíso y este logro lo demuestra plenamente”. ¿Qué pasó el 2018? ¿Por qué intenta solucionar el conflicto con un préstamo y una gift card tras un mes de silencio?

Mientras tanto, quienes trabajamos en Valparaíso debemos seguir aguantando los enormes tacos producto de las barricadas y el ambiente de caos e inseguridad que rodea a este tipo de manifestaciones. Y ni hablar del comercio establecido y las pequeñas empresas vinculadas al turismo, las que están muy complicadas por la disminución de cruceros.

Ante este escenario, es irresponsable decir que no existe paro portuario o que sólo se trata de un problema entre privados, ya que afecta la productividad del país (Por Valparaíso pasa el 30% del comercio exterior de Chile), la economía local asociada al turismo y la calidad de vida en una ciudad con reducidas vías alternativas para el desplazamiento de sus habitantes.

Ahora es el turno del nuevo gerente de EPV, Raimundo Cruzat, y, ¿por qué no?, del Presidente de la República, Sebastián Piñera, para buscar una salida rápida y razonada al conflicto que vaya más allá de la entrega de gift cards para Navidad.