Qué hemos aprendido en esta “nueva normalidad”

11 Mayo 2020

Si los suecos tenían razón y no había que hacer nada más que esperar alcanzar la inmunidad colectiva, por lo menos saquemos lecciones del tremendo experimento social que hemos implementado al someternos a un confinamiento obligado sin precedentes.

Alfonso Salinas >
authenticated user Corresponsal

Entonces ya estaría bueno vayamos pensando en cómo va a ser la mentada “nueva normalidad”. Si los suecos tenían razón y no había que hacer nada más que esperar alcanzar la inmunidad colectiva, por lo menos saquemos lecciones del tremendo experimento social que hemos implementado al someternos a un confinamiento obligado sin precedentes.

En ese sentido, la principal lección debiera ser entender que podemos trabajar más desde casa, menos viajes y mayor productividad. Podemos dejar a la naturaleza, mares, ríos, aire y las especies no humanas descansar un poco más, sin que eso signifique grandes pérdidas para nosotros los humanos. Podemos consumir menos sin sacrificar grandes dosis de felicidad.

Paradójicamente nuestra principal preocupación es perder el trabajo, dada la ecuación dominante sin trabajo no tienes derecho a vivir. Eso debiera hacernos reflexionar profundamente en la necesidad de que el sistema económico condicione nuestras vidas al círculo consumo=producción=dinero=vida. Más que seguir discutiendo si el Estado o el mercado, propiedad pública o privada, debiéramos cuestionarnos la necesidad y validez de que nuestra supervivencia, o más aún, la posibilidad de una vida coherente con el calificativo de digna tenga que condicionarse inexorablemente al trabajo remunerado. La pregunta es crucial y legítima pues hoy nuestra capacidad de producir lo necesario está determinada por la tecnología y no por el trabajo que realizamos bajo la lógica mercantilista.

Suena utópico, pero es la utopía que deberíamos perseguir. Si esta pandemia, el confinamiento e incluso las muertes sirven para demostrar que podríamos organizarnos mejor para enfocarnos en lo útil, bueno, saludable y necesario, sobre lo inútil, malo, dañino y superfluo, entonces habrá bien valido la pena.

 

Foto: Huawei / Agencia Uno