Seis cosas que podrías regalar a un niño

Seis cosas que podrías regalar a un niño

12 Agosto 2013

Aquí, las humildes ideas de regalos de alguien que sin interés en reproducirse aún es una convencida que los niños son promesa de un futuro mejor pero también realidad de un presente que podemos cambiar.

Nina Sepúlveda. >
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Seis cosas que podrías regalar a un niño

Porque no todo es correr por los juguetes de moda, la celebración comercial del Día del Niño es un buen momento para cuestionarnos el estilo de vida que llevamos tan asumido y pensar en qué podríamos regalar a un niño en el día que se celebra su condición de tal.

Aquí, las humildes ideas de regalos de alguien que, sin interés en reproducirse aún, es una convencida que los niños son promesa de un futuro mejor pero también realidad de un presente que podemos cambiar.

Educación: Bien es sabida la importancia de poder acceder a una buena educación pero no todos son los más de 15 años de educación formal  que buscamos proveerles para que tengan una carrera y a futuro un empleo bien remunerado. Las enseñanzas  que podemos transmitir desde la propia experiencia, especialmente de los abuelos son un excelente regalo que llevará consigo toda su vida. Valoremos  la historia de vida y saberes de nuestros abuelos y propiciemos el aprendizaje entre ellos.

Conciencia: Plena conciencia de sus derechos, de su origen, de su familia, trayectoria y de la historia y memoria de su país y continente. Conciencia del lugar que ocupa en el mundo y la diversidad de cosas que puede hacer en y por él.  Siempre he pensado que los padres  de todas las clases sociales -en su esfuerzo por darle a los hijos las cosas  que no tuvieron- olvidan hacerlos conscientes del valor de las cosas y entregarles  justamente lo que ellos sí tuvieron en su niñez. Un niño consciente será un adolescente seguro de sí mismo y adulto que mirará más allá de su ombligo.

Naturaleza: Aunque cada vez menor en nuestras ciudades, que no paran de desbordarse, tratemos de regalar naturaleza.  Desde un arbolito a un día entero en algún parque. No siempre tenemos que maravillarnos con lo creado por el hombre como  el verdadero santuario moderno que es el Mall o fetiches como los Smart phones. Una subida a un cerro o al menos al árbol de la plaza nos puede hacer sentir  miembros de algo más grande pero frágil que debemos preservar.

Empatía: La capacidad de ponerse en el lugar de otro incluyéndolo a usted mismo como papá/mamá. Apreciar la diversidad de personas y realidades a su alrededor para  nunca perder la capacidad de sorprenderse y de movilizarse por aquello que le parezca arbitrario o injusto.

Amor: Ni como una metáfora  ni de una forma  simbólica. Nunca está de más el abrazo apretado o un “champú de cariño” como mi papá le llamaba a los cariños en el pelo. La recomendación es que aproveche hasta los 10 años antes que su acercamiento sea vilmente rechazado por tardío. Si lo hace bien probablemente tendrá para usted un hijo cariñoso y le dará a la sociedad un adolescente y posterior adulto sin problemas para expresar sus emociones, lo que en verdad ahorraría varios  de los problemas que vemos a diario.

Tiempo: Tan escaso como el agua dulce, amenazado por la simultaneidad de cosas a las que queremos atender a la vez, debe ser el regalo más preciado que un niño puede tener. Que no sea tarde para que se dé cuenta.

Ahora bien, no podemos pretender que los niños valoren –o si quiera consideren como regalos- este tipo de cosas si no “entrenamos” sus emociones para que los aprecien. Un regalo no es satisfactorio en sí mismo, si no en la expectativa previa que  genera. Con los juguetes de mercado, por ejemplo, es el estatus y la distinción momentánea que otorga el tener el último Hot Wheels, Monster High, videojuego o chiche tecnológico adulto que tanto les gusta regalar a sus hijos al padre de hoy.

Está en cada uno de nosotros, los adultos, hacer que estos 6 regalos  que proponemos sean  deseados y apreciados  por ellos, tanto como los que las empresas promocionan insistentemente en los medios de comunicación. Con regalos como estos puedes contribuir a que los niños no sientan que necesitan cada vez más cosas a edades más tempranas, cosas que realmente no necesitan si no que hemos dejado que la publicidad les diga que necesitan. Haz tu propia lista y te aseguro que pasarás un rato mucho más significativo con ellos y te ahorrarás más de algunas luquitas.

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