El jueves pasado concluía el plazo para presentar las observaciones. Entre ellas la más polémica: la posibilidad de construir una calle de 20 metros de ancho justo en medio de Playa la Boca, donde actualmente se instalan las escuelas de surf y varios locales comerciales. 

La propuesta de la Empresa Habiterra, diseñadora del nuevo Plan Regulador de la comuna, no cayó nada bien entre los surfistas. “Nos sentimos muy mal, pasados a llevar y poco considerados, pese a todos los beneficios que hemos traído, como cambiarle el rostro a una playa que estaba abandonada, llena de palos y donde se ahogada gente siempre. Y más encima estando a los pies de la Municipalidad, nadie se acercó a preguntarnos algo”, sostiene Rodrigo Arbulo, vocero de los deportistas. 

Según ellos, una calle casi en la arena traería enormes daños al turismo, a la topografía de la Boca e incluso a las prácticas deportivas sobre el agua. “Afectaría la zona de aprendizaje que ha sido tan característico de esta playa, pero también la forma de la ola y lógicamente todo se volvería mucho más peligroso porque para llegar al agua habría que cruzar una calle y eso implica un riesgo” agregó Arbulo. 

Mismos argumentos con los cuales el Arquitecto Enrique Gastó presentó observaciones al Plan Regulador. Inicialmente para el sector la Boca sólo se había contemplado ampliar Avenida Borgoño a 25 metros de ancho, entre la Rotonda hasta calle Santa Laura. Según el profesional, extrañamente eso fue borrado de la propuesta y a cambio se presentó la idea de la polémica calle por la Playa. 

“Nosotros pedimos que no se permita la construcción de una calle para uso vehicular en la Playa. Al contrario, eso debe ser un paseo peatonal con una ciclovía, mucho más acorde a los fines turísticos. Que sea el punto de partida para conectarse a pie o en bicicleta con Reñaca por el borde costero; con Quillota por el borde del Río Aconcagua; o con Quintero por el borde de la vía férrea”, sostuvo el Arquitecto que además presentó una segunda objeción.

Se trata de 25 hectáreas en el sector Cementerio Parroquial. El año 2014 habían sido declaradas como restringidas al desarrollo urbano por el riesgo de inundaciones, avalanchas o aluviones, sin embargo hoy aparecen con la posibilidad de alta densidad de población y 35 metros de altura para construir grandes edificios, condominios o complejos habitacionales, beneficiando a una Empresa Inmobiliaria, actual dueña de ese terreno. Un movimiento muy similar al que la misma empresa Habiterra realizó en la comuna de Machalí años atrás y que detonó en el tremendo escándalo con el hijo y nuera de la Presidenta Bachelet, al ser beneficiados por unos terrenos que cambiaron considerablemente su tasación comercial. 

“Nosotros no queremos acusar a nadie, pero es sospechoso. Queremos que se nos explique porque ese sector resulta tan beneficiado quedando como si se tratara de Bosques de Montemar o Calle Francisco Soza, sin que se contemple ningún estudio de impacto vial y no se considere el efecto que tendría en los servicios básicos, pensando que casi se construiría una ciudad satélite allí. Nosotros exigimos que se mantenga la misma densidad y sólo siete metros de altura máxima de construcción, tal como lo tiene el vecino sector de Colmo o sus alrededores. Es extraño que se hagan esas diferencias”, manifestó el Arquitecto Enrique Gastó al entregar las observaciones en la Oficina de Partes de la Municipalidad de Concón. 

Mientras tanto los surfistas y comerciantes de Playa la Boca de Concón ya se están organizando. Hablan de marchas pacíficas por mar y tierra, para enfrentar lo que dicen es un atentado al único diamante en bruto turístico que posee la comuna.