Un día como hoy

09 Septiembre 2011

Con uno de ellos, mi compadre, hicimos una promesa una noche en que el vino hizo su efecto benefactor: el que cayera primero se cargaba con todo y que el que sobrevivía seguiría luchando.

Jorge Bustos >
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Resultaba una jugarreta primeriza colocar un lienzo gigante, para nosotros y para entonces, en el que sería el edificio de la Intendencia.

Nos tomó la noche pintarlo y para espantar el miedo nos reíamos de todo. El Lolo, el Remigio, el Canoso y dos más, bajamos nuestros cerros para homenajear al que por entonces era nuestro Partido.

Después las cosas subirían de tono, hicimos de la materia truenos y relámpagos para lanzarlos en contra de los criminales que asediaron la patria. Éramos jóvenes sin nada que perder, sólo el miedo.

Los derroteros de la lucha clandestina resultaban extraños y de vez en cuando ese grupo de jóvenes que fuimos, y que en gran medida aún somos, perdían el rastro tras las misiones y tareas. De vuelta, muchas veces nos juntábamos a contar nuestras historias, los riesgos asociados a la aventura de combatir y el sabor de los amores disfrutados con nombres supuestos, bajo otros cielos.

Éramos alegres, poco precavidos, enamorados de la vida, y por sobre todo, disponibles para luchar con todo por derrotar al tirano.

Un día como hoy, los malditos lo apresaron,  cometió un error fatal que permitió su caída. Habrá hecho el mismo camino, error imperdonable para el conspirador, o habrá ido tras el mismo aroma de mujer, sin el amparo frío pero valiente de su Browning  9 mm.

Lo subieron a un helicóptero, lo amarraron con cadenas, le abrieron su vientre con un corvo y lo lanzaron al mar. No hubo ni habrá en el noticiero lugar para informar de la muerte aleve de cinco hermosos jóvenes héroes, que la cobardía lanzó desde la altura.

La venganza de los criminales intentó borrar de un golpe fiero la luz del ejemplo de nuestros camaradas. Después, sólo fue silencio.

Con uno de ellos, mi compadre, hicimos una promesa una noche en que el vino hizo su efecto benefactor: el que cayera primero se cargaba con todo y que el que sobrevivía seguiría luchando.

Bueno, en esa estamos.