[Opinión] Redes sociales y ciudadanía: "Los secretos políticos no corren como en el pasado en las grandes decisiones"

[Opinión] Redes sociales y ciudadanía: "Los secretos políticos no corren como en el pasado en las grandes decisiones"

25 Junio 2018

A partir del 2011 las redes sociales permitieron llevar adelante las grandes manifestaciones en contra de HidroAysén y, posteriormente, se siguiera con los temas universitarios, salud, educación, jubilaciones y el tema ambiental, que permitieron la revolución social que hemos estado viviendo.

Andrés Gillmore... >
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En los tiempos actuales es indudable que el mundo ciudadano ha adquirido la capacidad de organizarse y cada día se hace más difícil pasar por arriba de los derechos de las comunidades. El entorno de la información ha cambiado el escenario público, haciendo que gobernar y tomar decisiones dirigidas al mundo social no sea tan fácil como lo fue en el pasado. Como dijo un político de la vieja guardia que le gustaba cocinar en el congreso: “es difícil gobernar, hay que pedir permiso por todo, antes éramos nosotros los que tomábamos las decisiones y era más fácil”; y esa es una de las razones sobre por qué estamos con una tremenda desigualdad social, con un país contaminado a más no poder y subdesarrollado como siempre. Todo, porque las grandes decisiones se hicieron de acuerdo con los intereses de unos pocos, por una casta política que cayó bajo el embrujo del dinero fácil y del arribismo social.

En la actualidad las redes sociales y la información en línea, esa frase que justifico muchas aberraciones “que lo importante es dar trabajo”, ha quedado en muchos sentidos vedada. Dar trabajo en la actualidad debe aliarse con la sustentabilidad y estar de acuerdo con la proyección de futuro de las comunidades. Las tecnologías de la información han dado origen a la llamada cultura de las redes sociales, que ha modificado el entorno social y la comunicación, mejorando el intercambio de información de la ciudadanía con las organizaciones, los políticos, autoridades regionales y gobiernos de turno. De este modo, ha ido construyendo un escenario altamente volátil en caso que no se respeten esos derechos ciudadanos y se manipule la información ante las verdaderas intenciones de los proyectos de desarrollo.

Esta nueva realidad social, precipitada por la cultura de las redes sociales de Internet, ha proyectado fenómenos sociales, artísticos, políticos y comunicativos de alto impacto para nuestra sociedad. Durante los finales del siglo XX se pensó que la nueva tecnología de la información se transformaría en un peligro para los medios de comunicación de masas y la realidad ha demostrado todo lo contrario: todos aquellos que tienen acceso a Internet -que en Chile son muchos comparativamente a nivel Latinoamericano- puedan organizarse activamente más fácilmente en torno a intereses comunes. En la actualidad pueden defender sus derechos ante hechos que en el pasado eran por obligación tolerados, por una ciudadanía sin medios para defenderse y que, lógicamente, restringían la proyección social y cultural y simplemente porque la información esta a un clic de distancia.

La tecnología y las redes sociales son la antítesis de las libertades individuales, transformándose en un aliado irremplazable del mundo social-ciudadano para defender los intereses de todos y no sólo el de unos pocos. Tener a disposición redes sociales, le ha permitido al mundo ciudadano sacar adelante movimientos de intereses generales muy bien organizados y lograr objetivos que en el pasado eran imposibles de realizar y enfrentar los grandes intereses económicos y corporativos que hasta hace tan poco nos regían y manipulaban a discreción. Si HidroAysén hubiese sido proyectada en los años 90 antes de la llegada de las redes sociales, se hubiera concretado sin duda alguna, ante la manipulación informativa que hacían los intereses creados y el país le hubiese agradecido a ENDESA España el proyecto y hubiésemos creído el cuento que el proyecto nos sacó de la crisis energética domiciliaria.

Esta nueva forma de hacer comunicación social, automáticamente modificó los hábitos de la ciudadanía y puso sobre la mesa una nueva forma de concretar la participación ciudadana al democratizar la información. De esta manera fue creando acceso de forma directa, permanente, en línea y gratuita, con la magnífica posibilidad de ser partícipes del discurso público político y modificarlo cuando corresponde mediante la presión social.

A partir del 2011 las redes sociales permitieron llevar adelante las grandes manifestaciones en contra de HidroAysén y, posteriormente, se siguiera con los temas universitarios, salud, educación, jubilaciones y el tema ambiental, que permitieron la revolución social que hemos estado viviendo. Todo desde ese magnifico año que modificó de manera sustancial la manera en cómo se hace y se desarrolla la política y la democracia en Chile. Aquellos personajes, entes públicos, autoridades y gobiernos de turno que no entienden esta nueva forma de hacer comunicación, cómo se desarrolla y no entienden que la manipulación y los secretos políticos no corren como en el pasado en las grandes decisiones, estarán destinados al ostracismo, al ridículo y al escarnio público.

Un ejemplo de cómo las redes sociales modifican realidades en forma positiva por el bien general, sucedió la semana recién pasada, en el maravilloso y espectacular lago Yelcho, ubicado en la frontera sur de la región de Los Lagos con Aysén. La comunidad por medio de las redes sociales se organizó rápidamente informando a quien quisiera escuchar, que la empresa salmonera Caleta Bay estaba interviniendo el lugar, dejando en claro que la intención no era aceptada ante la contaminación que genera la salmonicultura. La empresa, al quedar en evidencia, desistió de concretar el proyecto salmonero: sabían que se verían los malos manejos ambientales y, estratégicamente, optaron por la retirada y no ir en contra de la comunidad.