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La construcción de un edificio de 22 pisos de altura está amenazando la seguridad y calidad de vida de los vecinos que residen en el paradero 27 en las calles Esmeralda, Mira Valles y Pasaje Fortuna de la ciudad de Quilpué. El proyecto, que ya cuenta con el permiso de la I. Municipalidad de Quilpué, fue realizado a espaldas de los vecinos utilizando para ello información desactualizada.

Un descontento generalizado provocó este lunes en los vecinos del sector de Esmeralda en Quilpué la entrada, sin aviso previo, de las máquinas retroexcavadoras que comenzaron a eliminar todos los arbustos del cerro, árboles y espinos que, según los vecinos, han protegido a sus viviendas ubicadas en la parte alta del cerro de peligros de derrumbes por más de 40 años.

Pero el problema es bastante mayor, la información con la cual la Dirección de Obras de la Municipalidad de Quilpué otorgó el permiso de construcción está desactualizada y no toma en cuenta la normativa vigente en términos de seguridad vial y estructural de las viviendas aledañas al proyecto inmobiliario.

“La información está desactualizada, por no decir que se entregó información falsa, ya que no se toma en cuenta la existencia de las propiedades del condominio “Mira Valles” ni las seis casas pareadas que existen en calle Esmeralda. Por lo tanto la magnitud del proyecto no se ajusta a las dimensiones reales del terreno del sitio eriazo, poniendo en peligro nuestras viviendas”, explicó Elizabeth Breitler, vecina del Pasaje Fortuna.

El terreno del sitio eriazo de 4.500 m2 está inserto entre casas de uno y dos pisos, su única salida es un callejón de no más de 6 x 7 metros que desemboca en una calle sin salida de 6 metros de ancho de calzada. La Ley General de Urbanismo y Construcción indica que “Los edificios de 7 o más pisos deberán contar con acceso desde la vía pública hasta la base de dichos edificios, tanto para ambulancias como también para carros bomba y/o de escalas, el que tendrá una resistencia adecuada y un ancho suficiente para permitir el paso expedito de los mismos” situación que claramente no se cumple en este caso.

Además, el movimiento de tierra que produciría la construcción de la obra pondría en peligro a las propiedades deslindantes, ya que al realizar una excavación de la profundidad que se requeriría, los muros y cimientos de las casas pueden quedar expuestos o podría provocarse un desmoronamiento de terrenos. Asimismo, las aguas lluvias que eran absorbidas por el cerro y los arbustos, ahora correrán por la pendiente, provocando posibles inundaciones para los vecinos de Calle Esmeralda.

Otro punto importante es el efecto sombra que provocará el edificio, como nos señalaron los vecinos “este edificio va a bloquearnos el sol, aquí viven abuelos, abuelas y niños, las casas tendrán más humedad, menos calor, esto empeorará la calidad de vida y salud de todos los vecinos. Sin contar la cantidad de contaminación acústica, de polvo que levantará la construcción, o sea, personas que han vivido aquí desde siempre, por más de 40 años verán para siempre su forma de vida, su hogar destruidos”.

Mientras los trabajos avanzan, los vecinos están organizándose para detener este proyecto que, a su juicio, no respeta un sector residencial, ni las condiciones mínimas para garantizar seguridad y calidad de vida a sus familias